OBSERVACIONES DE UN SUECO EN TUCUMÁN, JULIO DE 1816

| 10/07/2021

“Los indios están como electrizados” con el proyecto del rey inca

“Los indios están como electrizados” con el proyecto del rey inca
Obra que recrea la imagen de Juana Azurduy.
Obra que recrea la imagen de Juana Azurduy.

Con grado de coronel, el europeo informó al príncipe de su país qué sucedía en el Río de la Plata. Su texto se publicó en castellano en 1949 y contiene trascendentes aseveraciones. Conoció a Belgrano y a Juana Azurduy.

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Testigo privilegiado de los sucesos de Tucumán, el coronel Jean Adam Graaner legó en su testimonio el grado de adhesión que ejercía sobre los “indios” el proyecto de adoptar una monarquía constitucional o atemperada, que tuviera en un descendiente de los incas la figura del rey. De nacionalidad sueca, Graaner conoció a Juana Azurduy, a quien describió como “una hermosa señora de 26 años”, jefa de un ejército de “mil cuatrocientos indios en la comarca de Chuquisaca”, hoy Bolivia.

Anotó el curioso sueco que “el 25 de julio fue el día fijado para la celebración de la independencia en la provincia de Tucumán. Un pueblo innumerable concurrió en estos días a las inmensas llanuras de San Miguel. Más de cinco mil milicianos de la provincia se presentaron a caballo, armados de lanza, sable y algunos fusiles; todos con las armas originarias del país, lazo y boleadoras”, enumeró.

“Las lágrimas de alegría, los transportes de entusiasmo que se advertían por todas partes, dieron a esta ceremonia un carácter de solemnidad que se intensificó por la idea feliz que tuvieron de reunir al pueblo sobre el mismo campo de batalla donde dos años antes (en realidad eran casi cuatro), las tropas del general español Tristán fueron derrotadas por los patriotas”, mencionó Graaner.

Según observó, “allí juraron ahora, sobre la tumba misma de sus compañeros de armas, defender con su sangre, con su fortuna y con todo lo que fuera para ellos más precioso, la independencia de la patria”. El Congreso de Tucumán la había declarado 16 días antes y es comprensible que los festejos masivos recién pudieran llevarse adelante dos semanas más tarde.

El sueco admitió que “todo se desarrolló con un orden y una disciplina que no me esperaba. Después que el gobernador de la provincia dio por terminada la ceremonia, el general Belgrano tomó la palabra y arengó al pueblo con mucha vehemencia prometiéndole el establecimiento de un gran imperio en la América meridional, gobernado por los descendientes (que todavía existen en el Cusco) (paréntesis en el original), de la familia imperial de los Incas”.

Graaner constató que “los indios están como electrizados por este nuevo proyecto y se juntan en grupos bajo la bandera del sol. Están armándose y se cree que pronto se formará un ejército en el Alto Perú, de Quito a Potosí, Lima y Cuzco. Doña Inés de Azurdui (sic) y Padilla, una hermosa señora de 26 años que manda un grupo de mil cuatrocientos indios en la comarca de Chuquisaca, ganó el mes pasado una victoria sobre los realistas, tomando una bandera y cuatrocientos prisioneros”. Pero, con el paso de los meses, el proyecto de Belgrano se desinfló y se impuso el proyecto porteño de impedir el acceso de los incas al poder.

Tradujo el texto de Graaner el historiador José Luis Busaniche. Sus impresiones se publicaron en 1949 por Editorial El Ateneo, con el título “Las provincias del Río de la Plata en 1816 (Informe dirigido al príncipe Bernadotte)”. Busaniche también aportó notas al pie. El fragmento que consultamos está en “Pueblos originarios e Independencia. 13.000 AP -1816”, elegante libro que editó en 2016 el Ministerio de Educación de Chubut, con textos de Sergio Caviglia.

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