El congelamiento que se dispuso sobre la actividad audiovisual puede suponer, en sitios como Bariloche, su desaparición lisa y llana.

Si bien nadie en el ámbito de la actividad audiovisual pensaba en hacer presentación alguna en estos tiempos, el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) resolvió no recibir proyectos a través de la modalidad Ventanilla Continua por el lapso de 90 días a contar desde el miércoles, cuando la resolución pertinente se publicó en el Boletín Oficial. La determinación implica blanquear una realidad que se sabe hace meses: no habrá financiamiento para películas.

La decisión lleva la forma de Carlos Pirovano, el hombre del Poder Ejecutivo en el organismo. Se trata de la Resolución 27/2024, que dice que: “En virtud del déficit presupuestario y financiero existente, y con el objetivo de retomar el equilibrio necesario para que este Instituto pueda financiarse con sus propios ingresos, como así también, debido a la reestructuración, funcionamiento y el establecimiento de un nuevo marco regulatorio para el apoyo al cine es que resulta necesario, sobre la base de los criterios de oportunidad, mérito y conveniencia, efectuar una suspensión de la presentación de proyectos a través de la VENTANILLA CONTINUA por el término de NOVENTA (90) días contados desde la publicación del presente acto”.

La determinación se dio a conocer mientras en el Congreso empieza a trabajarse en una nueva versión de la ley ómnibus, cuya aprobación en Diputados aspira a lograr el Gobierno antes de que expire abril. Si bien en los proyectos que trascendieron no hay un “capítulo cultural” como en su primera redacción, entre las facultades delegadas y otras modificaciones generales, la suerte del INCAA está más cerca de la parálisis que del funcionamiento pleno.

Con la Resolución 27 se congela el objetivo fundamental del organismo, es decir, el impulso y la promoción de la actividad audiovisual de la Argentina, congelamiento que en el interior del país puede equivaler a la desaparición lisa y llana. Cuando asumió su gestión, el actual titular se deshizo de 231 empleados y manifestó la intención de cerrar las plataformas digitales que contienen producciones audiovisuales nacionales, además de privatizar el complejo Gaumont en Buenos Aires, entre otras medidas restrictivas.

El artículo 2° de la misma determinación indica que “los proyectos presentados para su evaluación y que a la fecha no tengan una resolución emitida por el Organismo que los declare de interés, tanto AUDIENCIA MEDIA y MASIVA, como la que les otorgue un subsidio por vía digital documental, y que aún no cuenten con comité asignado digital, serán devueltos a los presentantes”.

No obstante, el siguiente aclara que “sin perjuicio de lo expresado, estos últimos proyectos podrán ser presentados nuevamente una vez culmine el periodo de suspensión”. Menos mal… Tal vez no esté de más recordar que los recursos que alimentan el Fondo de Fomento del INCAA no proceden de la recaudación impositiva general del Estado, sino de la que se obtiene a través de la venta de entradas en salas cinematográficas. O de la recaudación del Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM), organismo que también está en terapia intensiva.