HISTORIA DE VIDA

| 24/05/2023

Albañil y escritor: Abel Nazario Almendra lanza su conmovedor libro nacido en pandemia

Albañil y escritor: Abel Nazario Almendra lanza su conmovedor libro nacido en pandemia

Abel Nazario Almendra es un vecino del barrio Nahuel Hue. Durante muchos años fue albañil y luego se dedicó al oficio de la carpintería. El mismo día que anunciaron la pandemia, se compró un cuaderno y comenzó a escribir su historia.

La perseverancia lo llevó a darle forma de libro, “Décimas de un albañil”, el que será presentado este jueves 25 de Mayo en la biblioteca barrial. Una historia de sacrificios y pesares, una vida dura pero ejemplificadora.

Sus padres son gente de campo pero Abel nació en Bariloche. “Algo de mi oficio lo debo haber heredado de mi madre porque ella ayudaba a mi abuelo a hacer los yugos o varas para los carros de bueyes con madera”. Hasta el año 92 hacía albañilería y de ahí en adelante se dedicó a la carpintería de banco.  

Escribir

Entre los trabajos que desarrolló en su vida, fue sereno. “Las noches eran muy largas entonces para matar al aburrimiento, escribía canciones pero la guitarra estaba en casa”. Por esas cosas de la vida perdió el cuadernito cargado de sentires.

El anuncio de la pandemia movilizó fuertemente a Abel, “lo primero que pensé era que me iba a quedar sin trabajo, entonces como sabía que eso me iba a poner muy loco sentí que tenía que ocupar mi mente en algo distinto”.

El 19 de marzo de 2020 salió a comprar un cuaderno “lápiz negro y birome siempre tengo así que no necesitaba mucho más”. En la primera página quedó plasmado el texto de lo que se convirtió en la Zamba de un Ocupante, una noche al escuchar el temporal sintió que tenía tema para escribir, lo que sufre la gente en ese barrio. “En el Nahuel Hue cuando sopla el viento parece que fuese un embudo, ventarrones que tiran todo, la canción está basada en un recuerdo que tuve de un vecino que estaba sujetando como podía las chapas de su techo y me pedía auxilio”. Otra zamba se llama Niño de Bariloche y narra lo que veía cuando vivía en La Cumbre, una parte de Bariloche que ya no está.

En la escuela primaria cantaba y participaba de todos los actos. “Iba a la 187 y en segundo grado ya me sabía varias estrofas del Martín Fierro y los recitaba”. Admite que a veces se equivocaba pero eso no le importaba mucho, siempre iba para adelante. Y Así fue juntando letras en base a recuerdos.

 

La pandemia

Antes del COVID una compañera de la primaria había armado un grupo de WhatsApp. “Ya tenía un celular más moderno y sabiendo que todos estábamos encerrados, algunos enfermos y otros muy tristes por la muerte de un familiar, traté de acompañarlos con lo que hacía, con alguna canción o una conversación”.

Después se armó otro grupo de personas mayores de distintos barrios de Bariloche. “Desde muy temprano los acompañaba con algún verso, alguna broma, eso que hacía en realidad nos ayudaba a todos, a ellos les alegraba el día y a mí, me sacaba a el estrés que tenía por no poder trabajar”. Incluso les seguía mensajeando cuando alguno estuvo internado.

“En esos días se me ocurrió escribir una historia de mis años de albañil cuando era pibe, se lo mostré a mi maestra de quinto grado, Alicia Veselka, y le gustó mucho y me dijo que siguiera.”

Con parte de ese material concursó en el Fondo Editorial Rionegrino, “no gané porque tenía errores, detalles de ortografía que nunca aprendí porque no terminé la secundaria”. Lejos de rendirse, decidió seguir adelante para completar su historia.

Décimas de un Albañil está dividido en cuatro capítulos “el ayudante, el medio oficial, el oficial y la decadencia” explicó Abel. “Lo relato en segunda persona, hablo de un muchachito que era albañil pero claro que ese soy yo en realidad”. Muchos se sienten identificados y ya le han comprado el libro.

Un camino largo pero fructífero

“Yo había pedido a la Secretaría de Cultura del municipio que me dieran una mano para poder imprimir el libro, en agosto del mes pasado les mandé el archivo y recién el 23 de diciembre me llamaron para decirme que me tenían novedades” recordó. “Fui contento pero era para avisarme que de imprimirlo, sería en blanco y negro para que salga más barato pero que no estaba decidido todavía, di media vuelta y me fui”.

Ahí comenzó a buscar algún editor “un día andaba con mi hija por el centro entonces entré a la librería La Barca, le dije al señor que hace tiempo quería imprimir mi libro y me dijo que ahí había uno, fue así que me presentó a Jorge Piccini”.

Agregó “me pasó su contacto pero en poco tiempo tenía todo organizado, me mandó al Centro del Copiado y en unos días tuve el primer libro en mis manos”. Como por su trabajo no podía cubrir los gastos de impresión, decidió salir a buscar auspiciantes y los consiguió.

“Los primeros que me ayudaron fueron Corralón Ñire y Sólido, Sebastián de la maderera del Alto y el gerente de un supermercado que quiso hacer su aporte pero de manera personal.”

La fotografía de tapa tiene también una historia muy particular. “Siempre pasaba caminando por una obra en construcción de Pasaje Gutiérrez y los muchachos al verme mojado o con frío, me invitaban a tomar algo calentito, así que un día les conté del libro que estaba escribiendo sobre mi historia, sobre la historia de cada uno de ellos en realidad”. Se animó a pedirles una foto para ilustrar la tapa del libro y todos accedieron muy felices.

Hizo una tirada de 50 libros y con el dinero de la venta, pretende seguir imprimiendo otros. La presentación será en la biblioteca del barrio Nahuel Hue de calles Eluney y Nehuen, casa 26, a las 16 horas. Quien no pueda asistir y esté interesado en adquirirlo, se puede comunicar con Abel al teléfono +54 9 2944 68-0679. (En la imagen Abel posa orgulloso junto a su hija Jazmín). 

 

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