EN EL VERANO DE 1901 SE LEVANTARON LOS PRIMEROS DE LA ZONA

| 31/10/2021

¿Cómo y quiénes ubicaron los hitos fronterizos?

¿Cómo y quiénes ubicaron los hitos fronterizos?
El que abraza el hito es Alejandro Bustillo, en 1938.
El que abraza el hito es Alejandro Bustillo, en 1938.

Debían contar con una elevación mínima de 3 metros y hacerse con “piedras secas grandes, de cal y canto o de fierro”. Se arrancó con ocho señalizaciones.

La mayoría, apenas si conocemos el que está en paso Puyehue para indicar dónde termina la Argentina y dónde empieza Chile, si es que se viaja de este a oeste. Pero, además, hoy otros menos evidentes para la vista de viajeros y viajeras estándar: los que se terminaron de instalar en 1901 se fijaron en paso del Cajón Negro, paso de Constancia, paso de Mirador, paso de Pantojo, paso de Millaqueo I y II, paso de los Raulíes y paso de Pérez Rosales. La mayoría, parajes, desconocidos para el gran público.

Nos referimos a los hitos fronterizos que coronaron el trabajo realizado por las comisiones de límites entre 1898 y 1901, cuando la Argentina y Chile se abocaban a deslindar sus nuevas jurisdicciones. En el presente, no debe costar demasiado mantenerlos, sobre todo cuando se puede llegar a sus emplazamientos a través de una ruta asfaltada. Pero en 1901, había que transportar “piedras secas grandes, de cal y canto o de fierro” para su levantamiento, “con una elevación mínima de tres metros”. No debió ser fácil.

Algunas estas alternativas fueron rescatadas por Juan Martín Biedma en una obra clásica: “Crónica histórica del lago Nahuel Huapi” (Editorial Caleuche – 2003). La primera versión de su trabajo se publicó en 1987, a través del sello Emecé. La historia de la delimitación había arrancado en 1881, cuando se firmó entre los dos países el tratado que estableció los principios según los cuales, se deslindarían territorios.

Claro que, a posteriori, hicieron falta muchos más acuerdos. Corría 1898: “Para fijar en el terreno los puntos de frontera aceptados por ambas partes, los peritos resolvieron el 1ro de octubre formar cuatro comisiones mixtas compuestas por un ayudante de cada parte. Estas comisiones demarcadoras erigirían hitos en los lugares aceptados”, introduce la obra de Biedma. “En la zona del Nahuel Huapi actuó la cuarta subcomisión mixta”.

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Esta recién se hizo presente sobre el terreno en 1901, es decir, tres años después del acuerdo entre los peritos. Nuestros vecinos se movieron más rápido: “En la temporada 1898-1899 actuó la cuarta subcomisión chilena dirigida por Ernesto Frick. La sección del Nahuel Huapi estuvo a cargo del señor Carvajal y enlazó sus trabajos con la subcomisión séptima chilena a cargo del ingeniero Carlos Aguirre Luco y los auxiliares Espinosa y Jorge Dey”, reconstruyó Biedma.

El profesional trasandino retornó al año siguiente, “como jefe de la tercera subcomisión. Esta debía reconocer y levantar la línea divisoria entre el portezuelo de los Raulíes y el paso del Puyehue. Con ese cometido, “exploraron un brazo del lago Nahuel Huapi que denominaron Guillermo y que hoy se conoce como Tristeza. Vencidos por la tupida vegetación no pudieron avanzar mucho por el río Tauschek, actual río Bravo. Prosiguieron luego por el paso Puyehue, el lago Gallardo, el río Colorado, los Espejo, Totoral, Correntoso, Ortiz Basualdo y la laguna de los Cántaros”.

Del lado argentino, la séptima subcomisión actuó entre 1900 y 1901, bajo la dirección de Emilio Frey, también ingeniero. “Navegando el brazo Tristeza llegó hasta su extremo, donde remontó un río que lo llevó a un lago tan encajonado entre abruptas montañas que, para reconocerlo, tuvo que construir un bote. Había descubierto el lago que hoy, con toda justicia, lleva su nombre”, consideró el investigador.
En esa temporada, Frey y su gente recorrieron “el valle de Vuriloche” y rehicieron “parte del camino del mismo nombre”. El grupo “llegó hasta los Baños, tres arroyitos de agua caliente, de unos 50 grados centígrados. Halló también una macheteadura (sic) reciente. Había dado con los rastros del capitán chileno Arturo Barrios, redescubrir del famoso paso, entre abril y mayo de 1900”.

En 1901 comenzó la fijación de los hitos. “En las libretas de campo leemos, narrados con sencillez y parquedad, los ingentes esfuerzos y sacrificios que tuvieron que afrontar estos esforzados servidores del gobierno, transportando las pesadas pirámides de hierro, el equipo y la comida, atravesando montañas fragosas cubiertas por un bosque exuberante, cruzados por lagos, ríos caudalosos y mallines”, ensalzó Biedma.

Como resultado de esos trabajos, quedaron instalados los hitos que mencionamos en el primer párrafo. Las actas por las cuales se aprobaron las instalaciones se labraron en Puerto Blest, el 23 de abril de 1901. Su 120° aniversario pasó desapercibido durante el año que empieza a retirarse... En otros tramos de la frontera, la delimitación no fue tan clara y, como se recordará, los gobiernos tuvieron que esperar al arbitraje británico e, inclusive, celebrar nuevos pactos. Pero esa, esa es otra historia.

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