DOLOR POR EL FALLECIMIENTO DE ALFREDO FIDANI

| 25/10/2021

Murió un “animal de teatro”

Murió un “animal de teatro”
Con Alfredo Fidani, se nos fue otro grande. Foto: Carlota von Gebhardt.
Con Alfredo Fidani, se nos fue otro grande. Foto: Carlota von Gebhardt.

Trascendió en la tarde-noche del sábado. Dejó una huella indeleble en la actividad teatral de Bariloche, adonde retornó después de trayectorias en Córdoba y Estados Unidos. Queda un gran vacío.

Se fue otro de los grandes de la cultura barilochense, aunque por su trayectoria, trascendió los estrechos límites de la ciudad. Se aproximaba la noche del sábado cuando empezó a circular la mala nueva por los WhatsApp de la gente vinculada al teatro: había fallecido Alfredo Fidani. El incansable director dejó de existir a sus 87 años, al sufrir un paro cardiorrespiratorio, según fuentes cercanas confiaron a El Cordillerano.

Después de experiencias en Córdoba y Estados Unidos, Fidani había retornado a Bariloche años atrás y desplegó una intensa actividad hasta que la pandemia y las restricciones sanitarias establecieron un pesado paréntesis en la actividad teatral. Uno de sus últimos emprendimientos consistió en crear un elenco estable en el marco de la Biblioteca Sarmiento, con el cual estrenó “Señor Galíndez”, de Tato Pavlovsky, en septiembre de 2016.

“Alfredo tenía esa condición magnífica de un director: poner en la creación teatral todo lo que sabía, pero agregaba la participación crucial del actor. Dejaba crecer el espacio y luego modelaba, sumaba y todo eso, con mucha paciencia y autoridad. Nos asentaba a todos en un clima, en un espacio común, nos ligaba”, recordó Carlota von Gebhardt, una de las actrices que participó en las más recientes puestas de Fidani.

También sumó que “en lo personal, Alfredo fue un director de teatro que me dio muchas herramientas. Me mostró mis propios caminos y me provocó a usar la intuición. Hizo algo genial porque aumentó mi confianza escénica. ¡Su vida entera estuvo dedicada a crear con tantos otros!”, se emocionó von Gebhardt, que precisamente, fue parte de la experiencia en la Biblioteca Sarmiento.

En Buenos Aires desde fines de 2019, también supo compartir andanzas con el gran director Maxi Altieri, en particular, en “Balseiro, un arquitecto en la tormenta”, recordaba puesta en La Baita. El actual asesor del INT había ideado la dramaturgia junto con Arturo López Dávalos y recayó en Fidani la dirección de la obra, tan entroncada con la historia de esta ciudad. “Alfredo claramente era un animal de teatro. Ha dejado su huella en todos los lugares donde desarrolló su actividad. Bariloche tuvo la suerte de cobijar varias de sus obras y creaciones. Haber tenido la dicha de trabajar a su lado fue un gran aprendizaje”, resumió.

Lectores permitirán que el cronista también deje su recuerdo: era un placer entrevistarlo. Profundamente erudito y apasionado, hablar con él excedía el mero cometido periodístico. Su mirada transmitía intensos fulgores, a la vez que un velo de tristeza. Se animó a grandes producciones, como “Sueños de una noche de verano” o “Salomé” en un ámbito que no está acostumbrado a grandes despliegues.

“Me tildan de clásico, pero no lo soy. Soy un tipo que me atrevo a los clásicos, pero en mi experiencia hay de todo y mi trabajo en la vida ha sido de investigación sobre teatros más antropológicos, como el absurdo y demás”, le dijo a El Cordillerano, antes de estrenar la obra de Shakespeare (2014). “Lo que pasa que, de vez en cuando, es refrescante trabajar clásicos. No sé si la palabra es refrescante, pero es una forma de volver a lo que llamamos las raíces, porque este hombre William (Shakespeare), es un autor que nos ha tocado para toda la vida. Y a todos”. Eternas gracias por su propio toque, maestro.

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