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| 23/07/2021

Argentina celebra el Día del Payador conmemorando un mítico duelo

El 23 de julio de 1884, se llevó a cabo un duelo inolvidable entre Gabino Ezeiza y Juan Nava, en Paysandú (Uruguay). La efeméride se institucionalizó en 1992 y comenzó a celebrarse cuatro años después.

Desde 1996, se celebra en la Argentina el Día del Payador. Se eligió el 23 de julio porque ese día de 1884, tuvo lugar un memorable duelo en la localidad uruguaya de Paysandú, entre el payador oriental Juan Nava y el argentino Gabino Ezeiza. La conmemoración se oficializó en 1992 pero demoró cuatro años en hacerse efectiva. La payada es la forma folklórica del canto repentista.

El payador y la payadora -también las hay- son poetas, cantores e improvisadores. En los ámbitos rurales del siglo XIX, se utilizaba la payada como manera de expresar sentimientos y aludir a la realidad -siempre dura- que acompañaba al intérprete y sus escuchas. Habilidad de payadores es elaborar una historia con rima y canto, en derredor de los sucesos que acontecen simultáneamente, como solemos apreciar en los espectáculos de doma y jineteada.

En general, acompaña con su guitarra versos octosílabos. El tema sobre el cual versará la payada se presenta en los primeros cuatro y se explica o desarrolla en los seis que siguen. Es usual que el pensamiento que se expresa en la estrofa, concluya en el décimo verso. Cuando hay contrapunto, cada payador responde preguntas de su contrincante y luego, llega su turno de preguntar.

En la actualidad, los duelos son más bien de duración reducida pero históricamente, podían durar horas, hasta que uno de los participantes no atinara a responder con rapidez las interrogaciones de su rival. La payada se desarrolló en buena parte de Sudamérica, con énfasis en la Argentina, sur de Brasil, parte de Paraguay, Uruguay y Chile.

En el país existe un monumento al payador, en Tres Arroyos (Provincia de Buenos Aires). Antes de la pandemia, solían darse cita allí decenas de cultores del género, para celebrar y celebrarse.

Como Ezeiza era más bien moreno, era conocido como el Negro. De hecho, vino al mundo en el barrio porteño de San Telmo, el 3 de febrero de 1858. Pero la mayoría de su vida transcurrió en Floresta, donde murió el 12 de octubre de 1916. Cantante y compositor, fue precursor en la profesionalización de la payada y difundió la modalidad de payar por milonga. En su época, disfrutó de una enorme popularidad.

Si bien no hay acuerdo unánime, historiadores de la música aportan que el vocablo payador puede provenir de payo, vocablo que se utilizaba para designar a los campesinos de Castilla, en España. Sus colegas de Cataluña, recibían la denominación de payés. En todo caso, la payada parece tener sus orígenes en la península ibérica, aunque la forma con que llegó a nuestros días es de reelaboración sudamericana y en particular, rioplatense.

Entre los payadores actuales de Uruguay y la Argentina se pueden nombrar a José Silvio Curbelo, Marta Suint, Walter Mosegui, Álvaro Casquero, Aldo Crubellier, Jorge Soccodato, Mariela Acevedo, Héctor Umpierrez, Wilson Saliwonczyk, Gustavo Guichón, Gustavo Avello y Emanuel Gabotto. En Patagonia, sobresale Saúl Huenchul. Con el link a su película, “Polvareda de un trovero” (Néstor Ruggeri – IUPA 2019), saludamos a las y los payadores en su día.

“Ahura me voy, no sé adónde, / Pa' mí todo rumbo es güeno. / Los campos, con ser ajenos / los cruzo de un galopito. / Guarida no necesito / yo sé dormir al sereno” (De “El payador perseguido”. Atahualpa Yupanqui – 1974).

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