02/09/2019

El historiador Mariano Nagy desmenuza a los “museos de frontera”

Adrián Moyano
El historiador Mariano Nagy desmenuza a los “museos de frontera”
El doctor en Historia.
El doctor en Historia.

Todavía algunos de esos establecimientos ubican a los pueblos indígenas en la prehistoria, en la misma sala que flora y fauna. Mirada evolucionista que se entronca con los sucesos que tuvieron lugar en la región en 2017.

“Los discursos sobre los pueblos indígenas en los museos de frontera” es el título de la charla que el historiador Mariano Nagy brindará mañana (4 de septiembre) en Bariloche, a instancias de la Secretaría de Investigación de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN). La cita se pactó a un horario inusual: las 14. Se desarrollará en el aula 2º A de Mitre 630 con entrada gratuita y no hace falta considerarse especialista para asistir.

El Cordillerano anticipó pormenores con el disertante, doctor en Historia, profesor e investigador adjunto del CONICET. “En principio, la charla va a ir de lo general a lo particular. Lo general tiene que ver con la construcción del Estado y cuáles son los discursos que legitiman o van a legitimar la conquista y el sometimiento a partir de una serie de dispositivos, entre los cuales se encuentran la escuela y los discursos que van a tener una larga trayectoria durante el siglo XX y por qué no, el XXI”. Pero “en este caso en particular, vamos a hablar de los museos en general: qué son, qué se expone en esos museos, qué historias se cuentan y qué guiones se arman. También en qué lugar ponen a los indígenas: como una suerte de objetos de estudio pero a la vez, como trofeo del sometimiento, cumpliendo ese doble rol”, señaló.

La mirada de Nagy se detiene en establecimientos un tanto específicos: los museos de frontera. “Yo he trabajado en mi investigación sobre aquellos museos de los pueblos que en algún momento fueron parte de la frontera. Trabajé mucho con la frontera bonaerense, es decir, sobre la frontera de Alsina de 1876. Analicé pueblos que fueron comandancias militares: Trenque Lauquen, Guaminí, Puan y Pigüe… Si bien el último no formaba parte de la frontera, estaba ahí nomás”, aclaró el especialista.

En esas localidades de la provincia de Buenos Aires, “se dieron otras cuestiones: está el relato general o generalista de la historia nacional tradicional, pero también la fundación de ese pueblo como parte de esa acción civilizatoria. Entonces, hay una tensión entre algún objeto o historia local para contar, que se inscribe en la historia general nacional. Esos discursos contribuyen a diversas ideas sobre la población originaria: maloneros, salvajes o bárbaros, que pese a convivir con la sociedad de la época, son trasladados hacia el pasado y por supuesto, en la actualidad, ocupan la prehistoria de esos pueblos de frontera”, ironizó.

En crisis aunque no total

A punto de expirar la segunda década del siglo XXI, “esos lugares están absolutamente en crisis frente a gran parte de la población, aunque nunca hay que olvidar que para mucha gente no. Hay gente que cree que está bien y no hace ningún recorrido crítico... Siendo museos de frontera, comparten esta mirada evolucionista por la cual en la primera sala están la prehistoria y están los indígenas junto a fauna y flora. Esos museos, en general, se componen por donaciones, según sea el pueblo más chico o más grande”, explicó Nagy.

Materialmente, “son muy eclécticos en cuanto al acervo que conservan pero comparten la mirada evolucionista que desde la mirada tradicional, ubica a los indígenas en el pasado. Por ejemplo, en la sala uno, están la prehistoria con los indígenas, la flora y la fauna... En la dos, están los pioneros, con la llegada de los inmigrantes, los trenes y todo eso. Después, hay algo del siglo XX y tal vez, algo actual. Lo que nunca hay es que estén los pueblos indígenas del presente”, problematizó el investigador. “Por eso, cuando aparecen los pueblos en la agenda pública con demandas sobre sus derechos, descolocan a gran parte de la población porque siguiendo esa línea discursiva de los museos, los indígenas se extinguieron o son pocos, quedan algunos, son falsos y o descendientes”, ilustró.

Si bien las actividades académicas traen periódicamente al bonaersense Nagy a Bariloche, “hace unos años que no entro” al Museo de la Patagonia. “Tengo entendido que hicieron algunas reformas en las salas y hay una específica para pueblos originarios, o sea, quedó separada de la de prehistoria. A priori, eso puede ser una buena señal pero habría que ver cómo la armaron. Sería una buena oportunidad para poder ir o para interpelar a la gente que va a venir a la charla para justamente, preguntarles cómo ven lo que estamos diciendo en el propio museo”, invitó. Y en la ciudad toda, añadimos nosotros.

Caldo de cultivo

Esta ciudad en particular y la región cordillerana en general, estuvieron en el centro de la escena nacional en 2017 y 2018 como consecuencia del pretendido “conflicto mapuche”. Para Mariano Nagy, “es muy emblemático que la charla sea en Bariloche. Justamente tiene como objetivo ver el impacto que tienen en la actualidad estas construcciones historiográficas, estas falacias que hacen de caldo de cultivo para que en tiempos actuales el racismo y la discriminación florezcan en formato de acciones represivas por parte del Estado. No nos olvidemos que hace dos años, la ministra de Seguridad (Patricia Bullrich), estaba denunciando que había una organización terrorista, la RAM, que estaba a punto de tomar el poder”, recordó.

Esas operaciones y otras son objeto de análisis académico. “Hace poco escribí para el proyecto (PI UNRN 40 B 731 Archivos y narrativas de la Nor Patagonia. Producción, circulación y efectos de relatos constituyentes y subalternos) sobre cómo las prácticas genocidas derivan en prácticas sociales discriminatorias, analizando los principales medios de Buenos Aires: Clarín, La Nación e Infobae, en los que esto se notaba mucho”.

En particular, Nagy y colegas repararon “en la construcción de un enemigo común con asesoramiento y financiamiento externo, socio que va cambiando de acuerdo a la época: en los 90 y pico era Chiapas y ahora puede ser la guerrilla del Kurdistán… Una serie de mentiras que se unen para deslegitimar los derechos de los pueblos indígenas en la Argentina, en particular del pueblo mapuche”, comparó el investigador.

Para el inminente expositor, “toda charla que tenga que ver con desmontar o de-construir esos discurso hegemónicos que avalan y legitiman el genocidio del siglo XIX ayudan a que vivamos en una sociedad más diversa y respetuosa”, anheló, en tensión crítica con “las construcciones de otredad que hizo el Estado en el siglo XIX y que continúan hoy, más claramente en algunos gobiernos”. Y en cierto sentido común.

Adrián Moyano

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