22/05/2019

La neumonía, síntomas de alarma y métodos de prevención

Susana Alegría
La neumonía, síntomas de alarma y métodos de prevención
El doctor Benítez en diálogo con El Cordillerano.
El doctor Benítez en diálogo con El Cordillerano.

En un documento recientemente publicado de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) se alerta acerca de la elevada incidencia de la neumonía, en nuestro país afectaría a más de 150 mil adultos por año; preocupa sobremanera la baja tasa de vacunación.

Es por ello que se anuncia el lanzamiento de la tercera edición de la campaña de concientización denominada “Evitemos la neumonía”. El doctor Sergio Benítez, es neumonólogo de nuestra ciudad desde hace 15 años, en diálogo con El Cordillerano habló sobre esta enfermedad, sus síntomas y la manera de prevenirla. 

“Es una infección por la cual se produce pus en el pulmón, lo que genera una patología muy grave y el grado de mortandad depende directamente del estado de la persona que la padece, y de la virulencia del agente que la produce”.

“Algo extra es la carga de virus o bacterias que se reciben, no es lo mismo recibir 2 millones de virus que 80 millones, pueden ser de dos grandes grupos, las bacterianas que son gérmenes mucho más evolucionados y que nos permite actuar sobre ellos con antibióticos y las virales que son gérmenes extremadamente primitivos con los cuales prácticamente no hay tratamientos”.

Es por ello que cuando un profesional de la salud se enfrenta a un caso de neumonía, siempre como precaución, decide un doble tratamiento, “el de apoyo bajando la temperatura si le está haciendo daño, la colocación de oxígeno incluso, de ser necesaria o la internación del paciente”.


Algunos de los síntomas de la enfermedad.

Por otro lado buscan dar un tratamiento para la causa, “en general lo que se ve es que siempre se ponen antibióticos porque el riesgo de error es elevado, luego con más tiempo se determinará si la causa fue por virus o por bacterias”.

La población debe saber que la severidad de esta enfermedad depende de las características del huésped, “por ejemplo una persona mayor de 65 años que tiene alteración del estado general porque padece una enfermedad crónica o un cáncer, o un niño muy pequeño, tienen un riesgo mayor de que surjan complicaciones”.

Es por ello que si se tiene más de 65 años, lo mismo que los chicos, si sienten un decaimiento general, deben acudir a un médico.

Síntomas

No siempre el paso anterior a una neumonía es representado por un resfrío fuerte o una gripe, “en términos generales es un cuadro en el cual hay un severo estado de deterioro general, te sentís realmente mal, fiebre alta generalmente mayor a 39 grados, que baja o no con los antitérmicos comunes”. También se puede tener tos y escupir flema verde o amarilla. Estos son los puntos a tener en cuenta y que pueden hacer sospechar que se está frente a una neumonía.

La persona empieza a temblar cuando la fiebre comienza a subir, “es un mecanismo del cuerpo para producir temperatura, en la fase de ascenso se tiembla mucho, y en la de descenso para que baje”. Agregó “uno asume en los pacientes más graves que cuando se produce el pico de temperatura, hay una complicación potencialmente de la neumonía y es la posibilidad de que el germen haya pasado a la sangre, expandiéndose por todo el cuerpo”.

Tal vez no haya infección pero sí la respuesta inmunológica, esa reacción exagerada del cuerpo por creerse frente a una gran infección, produce dicho temblor. “Esto genera otras expresiones de la enfermedad como producir un shock y terminar internado”.

No siempre que un paciente tiene neumonía pasa por una internación, “la mayoría se atienden en forma ambulatoria y de hecho ni siquiera hace falta una radiografía para diagnosticar una neumonía típica”.

Alertó sobre una constante “lamentablemente se ven muy seguido los malos diagnósticos de la enfermedad, son muchos más los casos en los que les dicen a la persona que la tiene a los que realmente la están padeciendo”.

Citó los motivos de este error, “desconocimiento médico, un canchereo de uso de antibióticos potencialmente muy tóxicos y que sin embargo se usan en forma muy abierta y hay una lógica de algunas guardias que cuando uno llega, el médico que te atiende, no puede volver a verte, entonces se reasegura de darte ese antibiótico, como si ello previniera la neumonía”. Pero ante un posible reclamo legal, se aseguró de darle ese medicamento.

Cuando asiste a un consultorio médico, el profesional luego de atenderlo, le da la posibilidad de regresar si los síntomas se acrecientan. “Por eso cuando hay síntomas así siempre es conveniente ir al médico de cabecera o al neumonólogo porque lo van a ver de una manera diferente”.

Prevenir

Al hablar de la prevención el doctor Benítez aseguró que “las vacunas son extremadamente útiles para prevenir las neumonías, hay tres, la BCG de la tuberculosis que nos dan cuando somos chiquitos nos previene las infecciones generalizadas”. Hay otras dos que son las clásicas “una es la antigripal anual, lo que hacen los científicos es tomar el virus que circuló el año anterior, de allí les sacan pedacitos, por decirlo de una manera entendible, generando así una vacuna, que no tiene virus completos”. Esto se hace esperando que el virus que llega al año siguiente, se parezca al del año anterior. Esta previene la neumonía gripal por el virus influenza permitiendo prevenir también la bacteriana.

La tercera opción son las vacunas para la neumonía en sí, el esquema nacional cuenta con dos de ellas, se da una que es de trece valencias que es para el germen especial, el neumococo, y al año se da un refuerzo de 23 valencias. Ambas son otorgadas de forma gratuita y están dentro del calendario anual de vacunación, “tienen indicaciones precisas, por ejemplo por encima de los 65 años se indica la antigripal anual y la de la neumonía una vez en la vida, por debajo de esa edad si se tienen enfermedades crónicas como asma, EPOC (Enfermedad pulmonar obstructiva crónica), etcétera o alguna alteración de la inmunidad como HIV, deberían aplicárselas”.

Asimismo, para prevenir la neumonía hay dos o tres técnicas muy importantes, “si estás con gripe, malestar general, fiebre mayor a 38 grados sería cauto que te quedes en tu casa y no vayas a trabajar, esto corta la cadena epidemiológica”. Al tratarse de una enfermedad infectocontagiosa de esta manera se evita trasmitirla a más personas. Otra técnica es bastante lógica, si en la familia hay un nene con neumonía, hay que evitar juntarlo con los adultos mayores y la tercera es el lavado de manos frecuente y el uso constante de alcohol en gel.

Las vacunas

Llama poderosamente la atención que mucha gente es reacia a la aplicación de las diversas vacunas del calendario establecido por Salud, quizás porque no vivieron ninguna de las tantas epidemias que han afectado zonas de nuestro país. “Hay cosas de la sociedad que no pueden explicarse porque los que están en contra de las vacunas generalmente son de la franja de los 30 años, me parece que son posiciones ideológicas totalmente ridículas que no tienen ningún tipo de asidero científico. Está comprobado que las vacunas han salvado miles y miles de vidas”.

Agregó “las vacunas, el agua potable corriente con cloro, el invento del jabón y las cloacas son cosas que nos permiten vivir en vez de 40 años como se vivía en el siglo XVIII o XIX, más de 80 con mucha vitalidad”.

“Hay que vacunarse, además, vos no tenés el derecho sobre tu hijo solo porque es pequeñito, sobre esa otra vida tenés la obligación de cuidarla, cuando hay una cosa que es tan claramente beneficiosa, no es lógico quitarle ese derecho”.

Cifras

Por medio de un importante estudio realizado en la ciudad de General Roca, se estima que se producen cada año en nuestro país más de 150 mil casos de neumonía en personas mayores de 18 años. Entre otros datos preocupantes, ese trabajo, que fue publicado en el British Medical Journal, mostró una mortalidad en los mayores de 65 años, a los 14 días de internarse, del 19 por ciento, cifra que alcanza al 38 por ciento al cabo de un año del diagnóstico.

Dicho escrito estima que 2 de cada 3 casos de neumonía requirieron hospitalización. Una cifra altísima. Por otra parte, la mortalidad analizada a los 14 días era del 12% en adultos y del 19% en los mayores de 65 años. Mientras que, cuando se observaba la mortalidad al año de quienes habían contraído neumonía, ésta alcanzaba el 25% pero trepaba al 38% entre los mayores de 65 años, un dato por demás alarmante.

Susana Alegría

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