MES DE SENSIBILIZACIÓN SOBRE CÁNCER DE MAMA

| 10/10/2018

Gabriela Borraro: “En el bote van 20 guerreras que siguen remando”

Gabriela Borraro: “En el bote van 20 guerreras que siguen remando”
Reman para evitar secuelas del cáncer de mama.
Reman para evitar secuelas del cáncer de mama.

Gabriela Borraro cuenta la experiencia del grupo Nahuel Rosa Bariloche que funciona en el Club de Regatas. Reman juntas para evitar las secuelas del cáncer de mama y generar conciencia. “Es darnos cuenta de que hay una vida plena después de tanto dolor”, señaló la impulsora de la iniciativa.

Gabriela Borraro vive en Bariloche hace 31 años y desde el inicio logró combinar su pasión por el deporte con el impactante entorno natural que la atrajo siempre. Un día, la armonía se quebró con una noticia que cambió su vida repentinamente. Los médicos le informaron que tenía cáncer. Ella se ocupa de quitarle dramatismo cuando lo recuerda y aclara que es algo que apareció por algo, “por algún propósito”.

Luego de la operación, Gabriela conoció el trabajo del médico deportólogo de la Universidad de British Columbia, Donald Mc Kenzie. En 1996 les propuso a veinte mujeres operadas de cáncer de mama subirse a una embarcación. La palada en este tipo de botes requería de un ejercicio grupal repetitivo exigente, y además contribuía a crear un espíritu de unidad y acompañamiento.

“Es darnos cuenta de que hay una vida plena después de tanto dolor”, resumió Gabriela sobre el sentido del grupo Nahuel Rosa Bariloche que nació luego de que conociera la experiencia desarrollada en Neuquén y que funciona hoy en el Club de Regatas. De hecho, se constituyó ya como una subcomisión de la institución. “El remo favorece a una mejor calidad de vida y a la no formación de los linfedemas que es lo que queda como secuela de la operación”, explicó.

Según Gabriela, el 80 por ciento de las personas operadas caen en una pasividad total. “Es como si se cortara la vida después de la operación”, sintetizó. Influye el miedo a qué va a pasar, y también -agregó- la familia que “nos cuida tanto que nos retiene”. Cuando las pacientes se acercan a la experiencia, primero tienen alguna reticencia y luego se dan cuenta que alrededor hay muchas posibilidades. Y que pueden. “En el bote van 20 guerreras, sobrevivientes, que siguen remando para adelante. Y así es la vida”, describió.

La exitosa idea del médico Donald Mc Kenzie llegó al país por primera vez a través de la doctora Matilde Yahni que se contactó con Adriana Bartoli, una argentina del equipo Abreast Divas de Vancouver (Canadá) con el objetivo de impulsar la formación de equipos en la región. En julio de 2015 comenzó el proyecto en el club Náutico Hacoaj en la localidad de Tigre.

Gabriela reflexiona sobre el significado que tiene la actividad, desde un plano simbólico y “también muy real”. “Hablamos de que necesitamos limpiar lo que nos metieron dentro del cuerpo con quimioterapia. Además, ir sobre el agua es un fluir en donde estamos dejando ir la enfermedad. Y estamos haciéndolo a la par, juntas”, señaló.

La impulsora del grupo Nahuel Rosa Bariloche, compuesto por personas sobrevivientes del cáncer, aclaró que trabajan para que esta acción terapéutica sobre el bote dragón -que están trabajando para tener el propio- logre un impulso nacional “para recuperar a gente que lo necesita de forma gratuita, integral e inclusiva”.

Mes de sensibilización

El Mes de Sensibilización sobre el Cáncer de Mama sucede en todo el mundo cada octubre, con el objetivo de aumentar la atención y el apoyo prestados a la sensibilización, la detección precoz, el tratamiento y los cuidados paliativos.

Según la Organización Mundial de la Salud, cada año se producen 1,38 millones de nuevos casos y 458.000 muertes por cáncer de mama (IARC Globocan, 2008). El cáncer de mama es, de lejos, el más frecuente en las mujeres, tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo. En los países de ingresos bajos y medios, su incidencia ha aumentado constantemente en los últimos años debido al aumento de la esperanza de vida y de la urbanización, así como a la adopción de modos de vida occidentales.

Los conocimientos actuales sobre las causas del cáncer de mama son insuficientes, por lo que la detección precoz sigue siendo la piedra angular de la lucha contra esta enfermedad. Cuando se detecta precozmente, se establece un diagnóstico adecuado y se dispone de tratamiento, las posibilidades de curación son elevadas. En cambio, cuando se detecta tardíamente es raro que se pueda ofrecer un tratamiento curativo. En tales casos son necesarios cuidados paliativos para mitigar el sufrimiento de la paciente y sus familiares.

Te puede interesar
Ultimas noticias