Sobre fines de 2023, el Fondo Editorial Rionegrino (FER) editó “Las muertes, las casas, las bestias”, el sucesor de “Biología” (Editorial UNRN). Se presentará el viernes, con la participación de otros poetas y músicos.

El primer libro de Gabriela Klier trascendió el ámbito de la poesía, a tal punto que al menos uno de sus textos inspiró acontecimientos del arte contemporáneo. A la luz del antecedente, tal vez genere expectativas entre la colectividad lectora qué vaya a suceder con “Las muertes, las casas, las bestias” (FER – 2023), segundo poemario de la doctora en Biología que salió de imprenta a fines del año pasado y que se irá a presentar el viernes (12 de abril) desde las 19 en Barcaza.

Ese fue el punto de partida para la conversación que la escritora e investigadora entabló con El Cordillerano. “Por un lado, creo que es un libro más íntimo que ‘Biología’ (Editorial UNRN – 2020) porque con su escritura exploré ciertas experiencias del último tiempo, entre ellas la pandemia. Por otro lado, se armó entre nuevos encuentros… La escritura siempre, en algún punto, es colectiva”, arriesgó.

Es que, según Gabriela, “escribimos desde las relaciones que armamos con el mundo, con los lugares donde vivimos y con otros poetas, vivos y muertos. Particularmente, la escritura de este libro estuvo muy atravesada por ciertas vivencias, pero también por talleres y encuentros con Graciela Cros, con Lola Halfon y Camila Vallendor, Lucía Caleta, Tom Maver y otras tantas amistades. A veces creo que siempre hablamos de las mismas cosas, como si todo lo escrito diera vuelta entre los mismos cuatro o cinco temas que se arman, desarman y reconfiguran”, señaló.

EC: -¿Y para vos qué diferencias hubo? Si mal no recuerdo, detrás del primero hubo mucho tiempo de escritura. Este se publicó no tanto después.

GK: -En un primer momento el proyecto era escribir sobre las muertes. Si el otro libro era biología, este sería tanatología o algo así. Había tenido algunas experiencias que necesitaba narrar, encontrarles voz, pero también me convocaba investigar y explorar acerca de diferentes relatos sobre las muertes. Siento que en lo que podemos llamar “cultura occidental” nuestros modos de entender la muerte son simplemente la ausencia, la muerte es solo la negación de la vida. Un final radical. Por otro lado, estamos rodeados de historias acerca de cómo se nos presentan los muertos, sobre modos de hablarles, de ponerles altares, de escribirles, de escucharlos… A la vez, desde la biología la pregunta por la muerte me abría a otras inquietudes: ¿qué es la muerte en la biología? Creo que los hongos, las bacterias y el compost nos pueden habilitar percepciones de regeneración que, tal vez, posibiliten otras relaciones con los muertos. Un biólogo de acá, Fernando Ballejo, me contó que en los lugares de extractivismo, en los lugares deforestados, contaminados, desertificados, los cuerpos “no mueren”, los cadáveres no vuelven a la tierra porque se extinguieron las relaciones vitales que posibilitan la descomposición y posterior composición. La pregunta en estos tiempos de destrucción no es sólo por el buen vivir, también es por el buen morir.

-En esas búsquedas estaba cuando se sumaron otras experiencias de casas y bestias (animales, plantas, seres diversos) que fueron llevando la escritura hacia otros lugares. Después me di cuenta de que, en realidad esos tres mundos, las muertes, las casas, las bestias, están conectados como en una maraña, donde es difícil saber dónde empieza la cuestión de las casas, dónde termina la pregunta por los perros o por los muertos. El libro empieza diciendo “un libro como una lista de listas: todo es una excusa para hablar de otra cosa”. Las muertes, las casas, las bestias es una lista, pero también fue un mapa para orientarme en esos tiempos.

Como suponía el que firma, “estos poemas se escribieron entre 2019 y 2023 y en un impulso lo mandé a la convocatoria del Fondo Editorial Rionegrino (FER), tal vez para poder empezar a escribir sobre otras cosas”, añadió la poeta. “Necesitaba internamente pasar a otros temas y a veces, armar un libro es un modo de dar cierre. El proceso de edición fue bellísimo gracias a mi amiga escritora Sofía Saúl y sus sabios consejos” y también “gracias a la investigadora y poeta de Comodoro Rivadavia, Luciana Mellado, que me enseñó muchísimo sobre la poesía y sobre los modos de edición”. La autora también demostró gratitud hacia Eliana Navarro, ex directora del FER que, asimismo, colaboró en la edición y conformación del libro.

La presentación prevista para “Las muertes, las casas, las bestias” será concurrida, porque según avisó Gabriela, darán a conocer el libro “las escritoras Tani Covezzi y Sofía Saúl”. Además, “leeremos unos poemas con Lola Halfon, Camila Vallendor y Silvina Fernández. A su vez tocará unos boleros el Dúo Picardía, conformado por Pepa Díaz y Juan Tenti”, informó. También se contará con la musicalización de Gaz. Según parece, la celebración de la escritura también es colectiva.