Patricia Tarantini también cumple durante 2024 diez años al frente del elenco. Hizo un poco de historia, describió el presente y anticipó festejos en diálogo con El Cordillerano.

Aunque prepara el festejo en grande para fines de 2024, el Coral Melipal ya pasó por un momento importantísimo de su trayectoria: el último 13 de marzo cumplió 40 años de existencia. Supimos de tan trascendente cumpleaños en ocasión de la Feria del Libro de Autores de Bariloche, cuando el elenco que hoy dirige Patricia Tarantini actuó para cerrar el primer día de actividades.

“Estamos muy bien. Estuvimos trabajando mucho durante los 10 años de mi gestión, que también se cumplen ahora”, le dijo la directora a El Cordillerano. “Hemos crecido mucho, cambiando un poco las maneras porque cada maestrito con su librito, pero siguiendo siempre la impronta y las necesidades del coro. También respetando como institución el legado de Rodrigo (Dalziel), así que, en lo personal, me siento muy orgullosa del trabajo y del grupo que tengo. De verdad, es muy comprometido y trabajador, siempre le da para adelante”, destacó.

A pesar de tanto tiempo, hay recuerdos que están muy vívidos. “No estuve desde el minuto cero, de hecho, todavía no vivía en Bariloche, pero está Margarita Brendstrup, que sigue estando con nosotros y estuvo desde el primer momento. También Rubén Xicarts, que entró de muy jovencito, creo que tenía 16 años, aunque fue y vino, fue y vino”, mencionó Patricia. “Entonces, tenemos los recuerdos suyos de los principios”.

No obstante, no pasó mucho tiempo para que la hoy directora se sumara. “Entré dos años después y Rodrigo lo hizo con esta idea linda y comunitaria: todo el que quería hacerlo podía ingresar y cantar cosas nuestras, de nuestro país, música folklórica, romántica o lo que quiera”, señaló. “Siempre argentina, pero también hizo mucho hincapié en el repertorio latinoamericano. Así que conservamos nuestro acervo, nuestra lengua e inclusive hemos tenido canciones en mapuche”, recordó.

El Coral Melipal en sus 40 años.

Cuatro décadas más tarde, “nos queda el amor por Rodrigo y el recuerdo por su hermoso y bello trabajo, porque él era una bella persona, pero también muy talentoso”, resaltó su continuadora. “Su legado es inmenso porque ha arreglado y adaptado cantidad de partituras que no nos alcanzaría una vida para hacer. Mantenemos eso: cantamos canciones que a mí como directora me gustan, pero siempre de ese repertorio que es riquísimo y hermoso”, insistió.

Como podía preverse, “en estos años ha pasado una cantidad de gente impresionante, todos se refieren el coro con una palabra de cariño y cuentan lo felices que fueron cuando estaban en el coro”, resaltó Patricia. “Hace poquito nos vinos a saludar al ensayo un señor que había estado en el 86 y nos dijo que para él fue una época feliz y hermosa. Los lazos que se generan cantando con otro son eternos y la sensación de pertenencia es tan profunda que no se va en el resto de la vida”, subrayó.

En 40 años, ¡si habrá anécdotas! “Por ejemplo, cantar bajo la nieve. No sé si era agosto en San Martín de los Andes, había un viento que nos llevaba puestos y nosotros cantamos medio agarrados. Otras veces nos agarró la lluvia de repente y teníamos que terminar la canción. El año pasado teníamos que cantar en la parte nueva del (Instituto Primo) Capraro y había nevado cantidad, todos llegaron con historias graciosas”, mencionó.

Hubo algunas ocasiones que no fue tan cómicas. “Cantar y que se corte el sonido en el medio o cantar en La Llave y que una de las integrantes se desmayara en el medio del canto. Yo estaba dirigiendo y no vi que se había descompuesto, los chicos la llevaron a un costadito, despacito”, rememoró Patricia. Superado el incidente, “después sí nos reímos mucho”.

En 2024 “el objetivo es el mismo: trabajar, hacer las cosas con mucha seriedad y si bien somos un coro aficionado que abarca todas las edades, siempre el trabajo se hace con mucho profesionalismo y estudio. Detrás hay muchas, muchas horas de ensayo, de hablar y de sacrificio de parte de todos, porque hay que posponer muchas cosas. Hoy estoy muy orgullosa de los resultados y vamos a seguir por el mismo camino, con mucho disfrute porque si no, no vale de mucho”, aclaró.

Para festejar “nos hemos propuesto ir a cantar a todos lados. Nos gusta mucho cantar en jardines y en escuelas y en la medida que la situación nos deje, vamos a tratar de hacer la mayor cantidad de recitales posibles. Lo más inmediato que tenemos es el 3 de mayo y también el 5 de mayo, porque nos viene a visitar un coro que conocimos en un intercambio en San Rafael (Mendoza) el año anterior. Un coro uruguayo, así que tenemos una presentación el 3 de mayo en la Biblioteca y el 5 de mayo, también a las 20 en la Iglesia Metodista. Antes de fin de año tenemos previsto un recital más grande, todavía estamos en los preparativos”, anticipó la directora. Cuatro décadas después del impulso de Rodrigo Dalziel, Bariloche sería impensable sin el Coral Melipal.