FLEMA INTENTÓ RECREARLO CON INTELIGENCIA ARTIFICIAL

| 31/03/2024

La vez que Ricky Espinosa paseaba en Bariloche y terminó tocando en Onelli y La Paz

La vez que Ricky Espinosa paseaba en Bariloche y terminó tocando en Onelli y La Paz
El ex Flema y la banda de DED. Vargas es el de pullover y corbata.
El ex Flema y la banda de DED. Vargas es el de pullover y corbata.

Para celebrar el trigésimo aniversario de un lanzamiento, Flema recreó a su excantante, compositor y guitarrista a través de las nuevas tecnologías. 23 años atrás, sonó aquí, en el salón de una radio comunitaria.

El debate en torno a la utilización de la Inteligencia Artificial en la actividad artística también se instaló en el enorme gueto del punk, al valerse Flema de las nuevas herramientas para recrear la presencia de Ricky Espinosa en un concierto reciente. El líder de la banda dejó de existir en 2002, pero para celebrar el trigésimo aniversario de “El exceso” (1994), sus excompañeros de ruta decidieron “revivirlo” a través de ciertas imágenes que utilizaron para difundir la actuación.

La intención no es zanjar la polémica sino refrescar la memoria y recordar la oportunidad en que el emblema del punk nacional estuvo en Bariloche y, casi espontáneamente, terminó tocando en un concierto que se improvisó con rapidez. El acontecimiento tuvo lugar en el verano de 2001 y, más allá de perdurar en los recuerdos de quienes tuvieron que ver, está recreado en las páginas de “La otra cara de la postal. Punk en Bariloche”, el libro casi casero que editó Claudio Vargas un par de años atrás.

“Un día domingo (sic) del cálido verano en la montaña estábamos haciendo una edición más del programa D.E.D. (Desobedecer es Dignidad), que realizamos en (la FM) Gente de Radio. Esa tarde tenía pensado junto a mis compañeros hacer un especial de bandas punk de Buenos Aires, con exclusividad de la ciudad de La Plata”, arranca la reconstrucción del autor. No sabía que iba a contar con un oyente muy especializado.

“Mientras estaba al aire presentando bandas, el operador Chuky Uribe me hacía señas de vení y hablá vos, cosa que hice cuando largó el tema. Hablá vos que lo conocés, agregó”. La cuestión es que del otro lado de la línea -eran teléfonos analógicos- estaba el mismísimo Ricky Espinosa. “Le pregunté de dónde me estaba llamando y me dice que de una hostería de Bariloche, que estaba de vacaciones con su novia y recién había llegado de una excursión”.

Según la narración, cuando volvió de su paseo el ícono del punk argentino se tiró en la cama, sintonizó una radio y se sorprendió al escuchar una de sus bandas preferidas: Embajada Boliviana. Obviamente, conocía al dedillo a las demás programadas: Cretinos, Sin Ley, Comadreja y Penadas por la Ley, una banda de chicas punks de la capital bonaerense. Conductor radial y músico quedaron en encontrarse al día siguiente en Quaglia y Gallardo.

Ricky, a orillas del Nahuel Huapi.

Era lunes, alrededor de las 13. Concurrió al encuentro todo el equipo de D.E.D: “Chachi, Killy, Leti, Príncipe y yo”, recordó Claudio. “Nos fuimos a un barcito frente al colegio alemán para realizar la entrevista que salió en el fanzine Mentes Reprimidas número 10”. Los muchachos no podían saber que estaban haciendo historia. Para no reproducir los párrafos de la conversación y hacer demasiado extensa la nota en El Cordillerano, remitimos al lector/a una publicación de Facebook que debe buscar como “Ricky Espinosa: El Documental”.

Después de la charla periodística, “comenzamos a diagramar el recital con Ricky, el lugar para tocar era la radio (en Onelli y La Paz) a lo que nos dijo que solo estaban los dos, pero nosotros le insistimos que le podíamos conseguir los músicos y que se sabían todos los temas. Calculo que lo creyó a medias todo lo que habíamos dicho, pero confió en nosotros y nos fuimos caminando a la radio para que nuestro invitado grabe la promo con su propia voz”.

Claro, tenía que ser rápido y el boca a boca funcionó a la perfección, a tal punto que “en solo tres horas la puerta de la radio se llenó de punks. Un tanto incrédulos, ya que sabían que en nuestro programa solíamos mentir de lo lindo, hacíamos creer a la gente que había invitados especiales, tales como Alex Lora, de la banda mexicana El Tri, hasta que Ricky empezó a saludar gente, se volvieron locos y llegó mucha más gente”.

Todo salió bárbaro: “Entraron cerca de 100 personas, una locura tremenda ya que era un segundo piso y cuando la gente saltaba se movía la loza”. El pequeño pero inmenso festival comenzó con Aneurisma y Sakeo. Luego se sumó otra banda, Fucking Brats: “Cuando le consultamos a Ricky si no le molestaba incluir otra banda más, respondió que sí podían, esto es punk rock”, dice la reconstrucción del historiador del punk.

“Hasta que llegó el momento del invitado, desde el punto cero hasta el último acorde, Ricardo Espinosa dio todo su potencial cantando temas de Flema, Flemita, de su etapa solista, covers de sus bandas favoritas y cuando no le dio más la voz, tomó una guitarra y siguió, mientras sus fans cantaban; la esencia del punk más visceral volvía a las bases”, escribió Claudio. Una noche inolvidable imposible de recrear con Inteligencia Artificial. Las emociones no se digitalizan… Esa noche, Ricky zapó un tema que después dio vida a “Punk rock Bariloche”. Otro documento.

 

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