FUE EL DIA INTERNACIONAL DEL EVEREST

| 30/05/2023

Charly Galosi: “la cumbre es como un mar de montañas”

Charly Galosi: “la cumbre es como un mar de montañas”

Cada 29 de mayo se festeja en las alturas un día muy especial para los amantes de la escalada y el montañismo ya que se celebra el Día Internacional del Everest (8848 metros), para conmemorar la hazaña del primer ascenso por el montañista neozelandés Edmund Hillary y el sherpa Tenzing Norgary a la cima de la montaña más alta del mundo en el año 1953. 

Los barilochenses Ramón Chiocconi, Marcelo Deza, Alvar Puente, Leonardo Proverbio y Charly Galosi hicieron cumbre el 23 de mayo de 2010 en el llamado ‘techo del mundo’. Justamente Galosi recordó el momento al decir que “la visión es que se conozca la actividad, no del ego de una conquista, se pudo, se llegó, se cumplió, creo que la arenga viene por ese lado por parte de todo el grupo”. 

Consultado a través del programa "Chocolate por la Noticia" que se emite por "El Cordillerano" radio (93.7) sobre si es costoso ir al Everest señaló que “si, mas estando en la situación de nuestro país donde siempre los números son mas grandes. Toda la acción presupuestaria inicial fue el primer ascenso, se podría decir. Fuimos un grupo de 5 personas, toda la financiación nos llevó bastante tiempo, hubo empresas locales que nos ayudaron, pero el grueso lo cubrió una empresa grande de Buenos Aires. Para nosotros esa fue una batalla inicial muy importante”.

Sobre la idea contó que “surgió entre un grupo de amigos del Club Andino, en una cena, en ese momento se cumplían 30 años de la última expedición de argentinos de aca de Bariloche a un cerro de mas de 8000 metros del Himalaya y decidimos ir hacia las cordillera asiática, entonces dijimos ‘vamos nosotros’ y empezamos el proyecto con la idea que detrás nuestro, luego, fuera toda la juventud”. 

Para Galosi “lo físico va de la mano de la paciencia porque en la altitud se generan ciertos cambios orgánicos donde uno necesita aclimatarse, cuando uno supera la altitud de 4000/4500 metros ya empiezan cambios fisiológicos y hay que adaptarse. La aclimatación hay que prepararla, hay que dejar los campamentos intermedios organizados con equipamiento, carpas, combustible, hay que portear tubos de oxígeno, suministro de oxígeno complementario para la parte mas alta. Hace falta equipo complementario de montaña, las botas, trajes tipo ‘monos’ de pluma con muchísimo abrigo, calentadores, colchonetas, bolsas de dormir, indumentaria que uno lleva a la montaña, pero en este tipo de expedición de mas de 8000 metros la temperatura es uno de los agentes mas importantes que tiene la atmósfera de la mano de la presión parcial de oxígeno que es muy baja y todo eso limita”. 

Explicó el montañista que “una vez que uno se aclimata es muy necesario adaptarse al frío, es una dificultad de la montaña en si misma, además de las grietas, los glaciares, resaltes rocosos, hay que escalar en algunos sectores y si la montaña no tuviese el componente de altura también habría un granito de dificultad”. 

Consideró que “la cabeza también va en todo esto de la mano, nosotros trabajamos con un grupo donde nos favoreció mucho ser amigos, uno tiene roles muy marcados, muchísima paciencia, la fortaleza fue que ya teníamos algunas experiencias en altura en Sudamérica, pero sabíamos que teníamos que esperar, no apurarnos, estar tranquilos porque hay que dejar la familia, el trabajo, los compromisos hay que dejarlos un tiempo para ir para arriba, para poder aprovechar y disfrutar la parte alta” y agregó que “esa paciencia también te la da el paso a paso cuando uno ve que va avanzando, eso te va dando fortaleza, el cuerpo va respondiendo aclimatándose y hay que esperar que llegue el momento, En definitiva estar con paciencia con vos y con el equipo compartiendo ese tiempo. Hoy que han pasado 14 años uno mira esa montaña con magníficos recuerdos. Con el grupo que fuimos quedamos hermanados para siempre”. 

Consultado con respecto a qué se siente en la cumbre, indicó que “como dos cosas, por un lado poder mirar, la vista desde la cumbre no me la olvido mas, es casi una mirada espacial, sólo observás cordilleras de cerros, increíble. Nosotros estuvimos en la vertiente de Nepal y no terminan mas las montañas, era como un mar de montañas. Mirando hacia el Tibet, hacia el lado de China uno observa como un desierto, pero fue increíble ver montañas de 6000/7000/8000 metros por debajo de uno, esa sensación de pequeñez humana la vivimos ahi”. 

Dentro de las sensaciones “de pronto uno piensa ‘ahora tengo que volver a mi casa’, nos quedaba la otra mitad para bajar, hay que estar atentos con la bajada, faltaba mucho, hicimos nada mas que el 50%, hay que lograr un auto-cuidado, aparece el miedito desde el punto de vista emocional”.

Sobre si el grupo tuvo distintos estados de ánimo aseguró que “todos tuvimos un punto mas bajo, de extrañar, de pensar cosas, de situaciones que a uno le dicen ‘está bravo, hay que quedarse aca, no salgamos’, se dan chisporroteos donde a veces se pierde el eje. Es importante pensar que somos un equipo, que era importante seguir con la idea inicial, pero a veces a uno se le va la cabeza por algo que sucede en el momento, pero uno ahi está solo, son muchos días con nada mas que 4 o 5 amigos, con alguna otra persona de otra expedición, entonces pasa todo por la cabeza”. 

Por último Charly Galosi refirió que “fueron 70 días desde que salimos de Bariloche hasta que volvimos y el grupo fue el mismo, las 5 personas que salimos y volvimos juntas logramos el objetivo, siempre la idea fue subir los 5. Todo eso se dio postergando cosas que uno a veces siente en lo personal, pero siempre por el bien colectivo. Es un aprendizaje, el bien común es mas importante que lo que uno quiere para si mismo. El objetivo principal era volver a casa todos juntos y llegar lo mas alto posible si se daban las condiciones, que por cierto se dieron”.

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