EPILEPSIA

| 09/01/2022

Aprendamos a actuar frente a una persona con una convulsión

Aprendamos a actuar frente a una persona con una convulsión

Paola García Vázquez y Daniela Pacheco han formado un grupo de personas con epilepsia, un espacio que aún no había en nuestra ciudad. En base a experiencias personales, poco a poco va creciendo, con la meta de perder los miedos, basándose en el acompañamiento. Otro eje de importancia es trasmitir a la comunidad qué hacer ante alguien que está teniendo convulsiones.

La epilepsia es un trastorno del sistema nervioso central en el que la actividad cerebral normal se altera, provocando convulsiones o períodos de comportamiento inusuales y, a veces, con pérdida de consciencia.

En diálogo con El Cordillerano, Pacheco comentó “en febrero de 2021 nació el grupo Púrpura en base a una publicación de Paola en su Facebook, donde consultaba si había alguno en la ciudad”. Se comunicaron y así comenzó a funcionar, primero por WhatsApp y hace un mes se extendió a las redes sociales.

Ambas mujeres informaron de la creación de Púrpura a sus respectivos médicos para que les ayudaran a difundirlo, “hay epilépticos y también mamás y papás de quienes la padecen, quienes a su vez comentaron a otros y así en poco tiempo, fue creciendo la cantidad de integrantes”.  

Muy pocas personas saben cómo asistir a alguien que tiene una convulsión y quizás, esto debería conocerse, tal como hacer RCP. “Siempre decimos que la epilepsia no solo la tenemos nosotros sino la familia en sí, todos tienen que saber cómo actuar ante una crisis”. Ampliado a compañeros de colegio, de trabajo o simplemente, la comunidad.

Daniela es epiléptica desde los 19 años y fue muy contundente el motivo de armar este grupo, “cuando tuve una convulsión nadie intervino, me dejaron tirada en la calle y eso no quiero que le pase a nadie más”.

Púrpura ya cuenta con más de cien integrantes y más allá de la educación, el acompañamiento y la concientización, trabajan en conjunto con otras metas. “Uno de los grandes inconvenientes es el acceso a la medicación gratuita, es ley pero muchas obras sociales no la están cumpliendo” aseguró Daniela. El Hospital Zonal sí la otorga pero a veces, hay faltante.

Otro punto es que se rompa la estigmatización, “a muchos no los contratan porque tienen epilepsia” afirmó.

Ambas se sorprendieron por la repercusión casi inmediata del grupo. “También se ofrecieron profesionales y necesitábamos quienes nos ayudaran para manejar la ansiedad y los miedos”.

Estar en las redes sociales ha llevado a que se una gente de diferentes partes del país, con consultas e inquietudes.

 

Mejorar la calidad de vida

Daniela dijo que uno de los grandes miedos a los que se enfrenta una persona al recibir el diagnóstico es el de creer que ya no podrá realizar determinadas actividades. “Muchos dejamos de hacer cosas porque pensamos que podemos tener una convulsión en cualquier momento, ya sea de vacaciones, en la montaña, etcétera”. Esto ve que sucede sobre todo en adultos que reciben esa noticia de sus médicos “que un día te digan que tenés epilepsia da un giro a tu vida, porque vos tenías planes y de golpe pasás a tomar medicamentos y a caminar de otra manera”. Con el correr del tiempo todo se va acomodando y se acepta que desde ese diagnóstico simplemente se aprende a vivir de otra forma. “Cuando sos más chico quizás es diferente pero ese miedo entonces, lo tienen los padres”.

Hay miedos que paralizan, y para evitar esto, es necesario informarse, “por eso creamos Púrpura, para comunicar, difundir y básicamente, dialogar y compartir experiencias”.

Agregó, “la semana pasada falleció una persona por un ataque de epilepsia, no queremos que le suceda a nadie más, por eso la información debe ser clara y circular”.

 

Qué hacer

Al encontrarnos frente a una persona que está transitando una convulsión hay pautas a tener en cuenta para intervenir. En primer lugar, protegerle la cabeza para evitar golpes fuertes, girarla dejándola de lado ya que puede salivar o vomitar.

Más allá de lo que se decía culturalmente, no hay que colocarle nada en la boca porque no se va a tragar su propia lengua ni asfixiar por esta.

Lo más importante es tomar el tiempo de la convulsión, la que no debe superar los cinco minutos, de hacerlo, hay que llamar a los teléfonos de emergencias.

No hay que tratar de frenar esa convulsión, sino que hay que acompañarla aflojando las prendas que puedan estar apretadas y quitarle los objetos que puedan causarle daño, como lentes. Tampoco hay que intentar que beba ningún líquido. Luego de finalizado el evento, mirar en su celular o billetera si cuenta con un número para urgencias, no aturdirlo con preguntas, solo su nombre para mencionarlo mientras vuelve en sí puesto que puede sentirse desorientado.

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