03/08/2019

Consumo y publicidad infantil

Aprovecho las vacaciones de invierno de los niños para reflexionar sobre un tema recurrente pero, que en Argentina no se le ha dedicado el interés que corresponde. La publicidad infantil está regulada en varios países del mundo, y ello está mucho más que justificado.

No debemos confundir la publicidad infantil de la publicidad de productos infantiles. Son dos cosas distintas. ¿Qué es la publicidad infantil? Es la comunicación especialmente dirigida al público infantil, con el objeto de divulgar y estimular el consumo de algún producto, marca o servicio. Los niños no tienen capacidad plena para analizar críticamente los aspectos persuasivos de la publicidad y por ello, deben tener su tiempo de maduración respetado y preservado.

¿Cómo se puede identificar a la publicidad infantil?

Sobre este último punto, cabe recordar la sentencia de Brasil (2016) en el caso Shrek. En ese caso el STJ del país vecino prohibió la publicidad a los menores cuando ataba un juguete a la compra de unas galletitas. Había 5 relojes diferentes que los chicos podían intercambiar por 5 envoltorios de una marca de galletitas más una diferencia en dinero.

El Tribunal lo que dijo por ese entonces es que se estaba fomentando el consumo desmedido de los niños, direccionando indebidamente la alimentación. Se prohibió la publicidad sostenida la resolución en el abuso de la publicidad, por estar directamente dirigida a los menores, con la clara intención de generar presión para adquirir el producto.

Esta sentencia en Brasil llega dos años después en que se aprobara la Resolución 163 del Consejo Nacional de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes. Esta normativa marca un antes y después en la protección de los derechos de los menores en cuanto deja establecido que la publicidad y cualquier comunicación de marketing dirigida a los menores de 12 años de edad es abusiva.

Sin temor a equivocarme puedo decir que la comunidad científica mundial de las especialidades de psicología, medicina, educación, asistencia social, ciencias sociales y de la comunicación, coincide en que los niños de hasta 12 años de edad no son elegibles para recibir los mensajes publicitarios debido a su enorme vulnerabilidad a tales comunicaciones.

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