COLUMNA ABIERTA

| 26/06/2019

A 17 años de los asesinatos de Maxi Kosteki y Darío Santillán

Seguimos reclamando castigo a los responsables políticos y materiales. Denunciamos la impunidad de los responsables políticos de la masacre de Avellaneda: el gobierno de Eduardo Duhalde y Felipe Solá y sus respectivos funcionarios, buena parte de los cuales se reciclaron luego en el gabinete de los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández. Y también, de los responsables materiales, ya que más allá de Alfredo Fanchiotti y Alejandro Acosta, los dos policías condenados por los asesinatos de Maxi y Darío, el 26 de junio de 2002 hubo decenas de heridos de bala a manos de la policía y la Prefectura.

La masacre de Avellaneda fue una decisión de Estado, acompañada por los gobernadores de aquel entonces –incluido el de Santa Cruz, Néstor Kirchner. Fue el intento por ahogar a sangre y fuego la lucha de los desocupados y piqueteros, los grandes protagonistas del movimiento popular que construyó el Argentinazo. La respuesta del pueblo movilizado acabó con el gobierno de Duhalde, no con las luchas de los desocupados.

El pasado 19 de junio tuvo lugar una audiencia pública en el Congreso Nacional convocada por el Frente de Izquierda en la que los oradores recorrieron la historia represiva de los últimos 40 años y la lucha de familiares y organizaciones sociales y políticas contra la impunidad. El hermano de Darío Santillán denunció al entonces gobernador Felipe Solá, a Aníbal Fernández, al ex ministro de Justicia Jorge Vanossi, y dijo “los asesinos de ayer no pueden ser los candidatos de hoy”. Señaló al régimen político como el responsable de los asesinatos de los piqueteros Maxi y Darío, de Mariano Ferreyra, Luciano Arruga y los casos de gatillo fácil que ampara la doctrina Chocobar de Macri y Patricia Bullrich como los asesinatos de los pibes de San Miguel del Monte y Silvia Maldonado en Santiago del Estero. Y en nuestra región los crímenes de Santiago Maldonado y Rafita Nahuel. El aparato represivo sigue intacto pero las luchas contra la impunidad siguen creciendo.

El movimiento piquetero ha vuelto a animarse en consonancia con la desocupación, la miseria y el sufrimiento de las masas. Con un índice de desocupación de 2 dígitos, una inflación de 50%, con la canasta de pobreza en $30.000 y los salarios aplastados solo queda organizarse en forma independiente de los partidos patronales y clericales hasta derrotar este gobierno hambreador, uniendo el movimiento obrero ocupado con el desocupado.

Hoy, estaremos nuevamente en las calles, luchando contra la represión y el ajuste de Macri, los gobernadores y todos los candidatos peronistas, peones del FMI.
Nuevamente, las memorias de Darío y Maxi honradas con la lucha. Su sangre derramada es una bandera que la clase obrera llevará a la victoria.

Partido Obrero en el FIT-U / Izquierda Socialista en el FIT-U / Partido de los Trabajadores Socialistas en el FIT-U / Multisectorial contra la represión Bariloche

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