COMO PARTE DEL GRUPO CABEZUDOS

| 09/03/2019

Mercedes Schamber expone en Córdoba

Adrián Moyano
Mercedes Schamber expone en Córdoba
Cabezuda trabaja.
Cabezuda trabaja.

Junto con Paola Sferco y Horacio Occhi, el viernes inauguraron el segmento “ACA (Asamblea de Cabezudos Agrupados) – El tiempo sin regla”. Cabezas que se hicieron arte desde elementos de la naturaleza y desechos urbanos.

Con la participación de Mercedes Schamber, el viernes se inauguró en Córdoba la muestra “Lengua – Luenga – Longa”, que funciona como antesala del VIII Congreso Internacional de la Lengua Española. La barilochense integra un colectivo que también conforman Horacio Occhi (Aluminé) y Paola Sferco (Alta Gracia). Los tres adoptaron como nombre “Cabezudos” y están presentes en el Museo de las Mujeres de la Docta con una propuesta de múltiples lenguajes que denominaron ACA (Asamblea de Cabezudos Agrupados) – El tiempo sin regla.

Desde la capital de la provincia mediterránea, Sferco brindó algunas explicaciones a El Cordillerano: “Cabezudos se trata de una especie de seres creativos que somos nosotros mismos: artistas que nos dejamos transformar por lo que nos sucede con estas cabezas, que están hechas con los materiales que trabajamos”. Los insumos son “elementos de la naturaleza como semillas o palitos y también residuos urbanos, porque el cabezudo es una mezcla entre la naturaleza y los residuos, con una postura de utilizarlos y enriquecerlos de una manera bella”.

Historió la cordobesa que “el grupo surgió en 2016. Pedimos una beca de producción en el Fondo Nacional de las Artes que nos dio la posibilidad de encontrarnos dos veces en el año, una en San Martín de los Andes y la otra en Alta Gracia. Cada uno sigue con su obra personal pero Cabezudos va en paralelo y, cuando tenemos la posibilidad de viajar y juntarnos, hacemos una especie de expediciones”, comentó.

Durante el capítulo que se desarrolló en la localidad neuquina, este diario tuvo chances de acompañar periodísticamente el proceso que, al parecer, llegó a su culminación. “Tenemos la oportunidad de mostrar en el Museo de las Mujeres. Nos reunimos para hacer una acción performática con las cabezas puestas y en la sala, tenemos montadas videoinstalaciones”, describió Sferco. Explicó Schamber que las imágenes están “en tres videos de esos recorridos que fuimos haciendo. También tuvimos artistas invitados: la poeta y escritora Eloísa Oliva, que nos acompañó como una cabezuda más”.

Festejar la creatividad

Definió su compañera que el “modo de trabajo o producción es como un festejo a lo creativo. Cuando estamos juntos, de alguna manera, dejamos fluir la mirada creativa y de juego, que es muy lúdica. Encontrar materiales como hojas, semillas o un residuo urbano para apropiarnos y, con eso, poder construir un paisaje o una situación determinada que nos genere algún extrañamiento”, explicó. “El hecho de estar con las cabezas también nos produce cierto juego que nos invita a la exploración y a jugar con los materiales”.

Schambert resaltó el espíritu y la práctica colectiva de la experiencia. “Somos un grupo, trabajamos los tres en paralelo. Hacemos énfasis en el carácter grupal, las acciones las hacemos los tres juntos y salimos a caminar para ir recolectando el material que después trabajamos. Pueden ser palos o basura, hay cabezas que están construidas después de una caminata que hicimos en el lago Nahuel Huapi, juntando basura. Justamente, una de las cabezas se llama Basura, con el material que sacamos de ahí... Otra está construida con rosas mosquetas y una más con cardos, después de los movimientos que estuvieron haciendo frente al barrio San Francisco”, ejemplificó. “Cuando estuvimos en Alta Gracia, también caminamos y buscamos material e hicimos unos bastones, porque a veces los cabezudos construyen elementos como para seguir buscando”.

Aportó la integrante cordobesa que “el grupo nació en la Patagonia y me incorporó a mí, que soy una ex patagónica. También nos interesa que el trabajo sea colectivo y dinámico: a partir de lo que hace uno, se va construyendo en conjunto, no es que haya roles”. En efecto, “el carácter grupal es lo importante, por ejemplo, comer todos de un mismo plato como acción, no tenerlos separados... Accionamos todos juntos y horizontalmente, cosa que es tan difícil en el cotidiano de nuestras vidas”, consideró la barilochense. El arte como espacio de libertad, como había dicho su compañera.

Importante es el equipo

“Nos prestamos a un juego colectivo donde el ego queda de alguna forma anulado pero Mercedes tiene una habilidad con la técnica que hace que se encargue de algunos aspectos”, aclaró Paola Sferco, integrante cordobesa del grupo Cabezudos. “Horacio también, en lo manual, y Pao está más enfocada en los videos”, añadió Mercedes Schamber. “Yo soy video-artista y tengo más herramientas desde ese lado”.

En síntesis, “claramente, cada uno pone las suyas pero también hay algo común en nuestras obras que encontró este espacio abierto y libre, donde podemos ponerlo en juego y divertirnos. Nos divertimos mucho, los cabezudos somos felices. No en un tono inocente, pero hay una búsqueda de felicidad a través de la creatividad y de abrirnos a un espacio de libertad, que no es tan sencillo encontrar en el arte”, consideró la video-artista.

Cabezudas y cabezudo dispusieron las cosas de esta manera: “Hay tres videos, uno con la primera expedición y las acciones que hicimos en San Martín de los Andes en 2017. En otra de las salas, hay dos videos que se filmaron en Córdoba: Tierra Lunar y Chimpa. También pusimos una mesa con un montón de elementos, los que fuimos juntando… Además, trajimos tierra para acá porque en Córdoba está por empezar el congreso de la lengua y un poco en su marco es que nos invitaron a mostrar”, explicó Schamber.

Como “tenemos un lenguaje híbrido, en definitiva, nos pareció importante que estuviera la tierra como punto de partida para empezar nuestras acciones”, comentó la vecina del barrio El Cóndor. “Cada uno de los cabezudos hizo una acción en vivo en la inauguración, queriendo nombrar la tierra. Trajimos de Misiones, de la Patagonia, de Córdoba y la mesa tiene esos colores, más cosas que fuimos juntando alrededor del Museo”. Para que ACA pueda llegar a Bariloche, deben combinarse muchos factores. A cruzar los dedos.

Adrián Moyano

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