25/12/2018

Fechas significativas se expresaron de forma artística

Fechas significativas se expresaron de forma artística

La agenda se sobrecargó alrededor de las jornadas del 8 y del 24 pero, además, hubo presentaciones de discos, nuevos libros y festivales.

Si bien estaba en línea desde diciembre de 2017, en marzo, arribaron a Bariloche ejemplares de “reFERentes”, la revista que amplifica la tarea del Fondo Editorial Rionegrino (FER). El sello provincial venía de vivir un año espectacular y la tirada de 600 ejemplares de la publicación ratificaba el gran momento. El secretario de Cultura de Río Negro, Ariel Ávalos, anunciaba: “abierta a toda la comunidad, esta revista será reflejo de la actividad editorial pública y privada, de poetas y narradores, investigadores y dramaturgos, artistas plásticos y diseñadores, expresión integral del arte provincial y regional”.

Por su parte, el director del FER la describía como “una revista de literatura, arte y sociedad, en Patagonia. Con humildes recursos e importantes pretensiones. Por eso del derecho a la cultura, de distribución gratuita. Por eso de la identidad cultural, con todas las voces. Para todos, por eso del ethos y del trürum, por eso del oikos y del newen”, enumeraba Daniel Welschinger, al proponer un diálogo entre categorías de la filosofía occidental y conceptos mapuches.

En el tercer mes del año, continuó la ebullición del ambiente musical. En este caso, mantener la llama ardiendo corrió por cuenta de Escaramuza, banda que dio a conocer su primer CD: “¿Cuándo será?” La banda se conforma con Andrés Osorio en guitarra y voz, Federico Pelloni en bajo y coros, Sebastián Gómez Romero en teclados y percusión más Jorge Galán en batería y coros. “Es un momento muy especial: estamos presentando nuestro primer disco después de nueve años de mucho trabajo musical y extramusical, lidiando con adversidades y con cosas muy buenas”, resaltaba Pelloni.

Según el abnegado bajista, “la banda tiene un desarrollo muy interesante a nivel música y composiciones, estamos expectantes para que sea un gran evento para nosotros y para la comunidad, porque somos una banda de acá. No todos los músicos tienen la posibilidad de presentar un disco tan producido porque está grabado acá y masterizado en Buenos Aires”. La presentación tuvo lugar en la Usina Cultural del Cívico, nombre que comenzó a adoptar la Biblioteca Sarmiento.

Retorno espléndido

Si bien el acontecimiento se concretaría al mes siguiente, en marzo comenzó a ponerse en marcha el andamiaje que recuperó al Encuentro de Poetas La Luna con Gatillo, a casi dos décadas de la última edición. El equipo organizador fue prácticamente el mismo aunque el paso del tiempo había favorecido la llegada de nuevos aportes. En esa oportunidad, El Cordillerano dialogaba con Arturo Castagnetto, integrante del colectivo. “Surgió la posibilidad de reflotarla a partir de una línea de financiamiento de Nación para fiestas populares, que finalmente no conseguimos. Pero esto, nos puso en movimiento y con ganas de reflotar el encuentro después de 18 años. Empezamos a reunirnos, allá por mayo del año pasado, para ir viendo qué posibilidades teníamos de conseguir fondos, pensando y leyendo posibles poetas a invitar”.

Para la que sería la octava edición, se pensó en “una particularidad: en vez de homenajear a un poeta en particular, decidimos celebrar la poesía en la voz y en la obra de cuatro autores”, definía el autor de “Poemas para la Señora”. Serían “uno cuasi-patagónico, Marcelo Díaz (Bahía Blanca); Raúl Mansilla (Neuquén), Graciela Cros y Diana Bellessi, que pasa la mitad de su vida en Santa Fe y la otra parte en Capital”, puntualizaba el poeta.

En cercanías del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, Florencia Burton desplegó una muestra de condimentos particulares. Seis meses atrás, la plástica había sido madre una vez más, de manera que no estaba precisamente centrada en el arte, pero la propuesta de exponer en la Torre del Reloj en el Centro Cívico la cautivó. No tanto desde una perspectiva histórica o patrimonialista, sino desde una visión más bien mística. Sus trabajos también se colgaron en la sala “Chonek” del Museo de la Patagonia.
La renovada chance de mostrar “para mí se abrió repentinamente y surge como una retrospectiva de las obras que vengo pintando en los últimos años”, explicaba para lectoras y lectores de El Cordillerano. “Cuando pensé en el nombre que le iba a dar a todo para unirlo surgió Bitácora, por el libro que se guarda en un barco. Entonces, uno piensa en ese libro, que contiene las historias que fueron recorridas, los paisajes que se descubrieron o conquistaron a través del navegar”.

Un solo pensamiento

Marzo de 2018 también cobijó el retorno del Festival Solidario “Kiñe rakiduam – Un solo pensamiento” a Bariloche. El acontecimiento contó con la organización de un grupo de músicos y productores, quienes idearon un programa que se nutrió de murgas y agrupaciones locales, pero las miradas estuvieron puestas sobre todo en el cierre: Gustavo “Chizzo” Nápoli sonó en el escenario de Bomberos Voluntarios con músicos amigos.
Anticiparon detalles a El Cordillerano Diego Medina, Giselle Napal y Cristina Rafanelli, integrantes del colectivo organizador. El primero precisó que “Kiñe rakiduam es un festival que anda dando vueltas a lo largo y a lo ancho del territorio nacional y también en Chile. Los tres últimos años, se hizo aquí en la Patagonia: Bariloche, Junín de los Andes y volvemos a repetir Bariloche. Es un espacio multicultural con expresiones artísticas y diferentes géneros musicales, la música es el hilo conductor pero también aparecen manifestaciones como la pintura, los artesanos y algunas cosas más”.

Días antes de la llegada del otoño, Carolina Biscayart dio a conocer su libro más reciente: “El inevitable trazo de las horas”. Alrededor de 50 poemas que nacieron del desencanto pero también de la búsqueda por encontrarle un sentido a las cosas, según confiara la autora. “Es un libro que se inspira bastante en la decepción, esa sería la palabra… En las ventanas o en los caminos a los que esa decepción me fue llevando, porque trato de darle un sentido a las cosas, no quedarme ni hundirme ni paralizarme frente a esa realidad. Me cuesta diferenciar la personal de la realidad del entorno pero lo logro y busco saber por qué se reflejan en mi realidad personal el resto de las cosas que están pasando”, apuntaba.

Por su parte, La Maroma tuvo la chance de estirar el verano a través de un concierto en Las Grutas. Un acercamiento oportuno entre la dupla que integran Marisa Di Giambatista y Cristina Villafañe y la ONG Aves Argentinas hizo que las barilochenses se presentaran en el balneario rionegrino por excelencia pero también quedó abierto, para ellas, un nuevo horizonte creativo: al compartir avistamientos y caminatas con los aficionados a la ornitología, la inspiración de las músicas se disparó más fácilmente.

“En octubre, ya nos habían invitado al encuentro anual de Aves Argentinas, en Esquel. Hicimos nuestro espectáculo y fue muy interesante porque fue para todos los observadores de aves, o sea, para las familias. Había algunos niños que, por supuesto, se pusieron delante pero era una cena enorme y tocamos para todos, así que terminaron los grandes tocando los toc-toc en ‘El pájaro carpintero’ o volando con ‘El cóndor’. Fue hermoso ver ese entusiasmo”, confiaba. Después, hicieron otro tanto en General Conesa para despedir el período del calor a orillas del mar.

Problemas urgentes

Si bien el libro saldría a la calle en coincidencia con la Fiesta de la Palabra, fue en marzo que supimos que “El niño de los problemas urgentes” correría esa suerte. Se trata del cuento para público infantil que escribió Melissa Bendersky y que resultara seleccionado en la Convocatoria 2017 del Fondo Editorial Rionegrino (FER) para su publicación. “Estoy muy feliz”, confesaba la escritora, habitualmente más poeta que autora de narrativa y correctora de El Cordillerano.

“Es un cuento para chicos que se llama ‘El niño de los problemas urgentes’. Está dividido en 15 capítulos y lo pienso para chicos entre 7 y 11 años. ¿Te cuento un poco de la historia? El protagonista se llama Vicente, es un nene que tiene una serie de aventuras y va conociendo personajes, este chico desarrolla como un camino del héroe que para mí es entretenido”, anunciaba.

Marzo es un mes cargado de significaciones, no sólo por el 8 del calendario, sino también por el 24. Para ejercitar la memoria en un contexto que promovía la tergiversación y el olvido, Julie Villagra, Jorgelina Guglietti y Blanca Valiñas volvieron a asociarse artísticamente. Pero, en esta ocasión, no colgaron obras propias, aunque fuera de su confección la multitud de espejos que exhibieron: reeditaron “El brillo de tu mirada”, una muestra que originalmente Cristina Piffer y Hugo Vidal instalaron por espacio de varios meses en el Centro Cultural “Haroldo Conti” (ex ESMA). La intención consistió en provocar la interacción con el público y que, con cada mirada, refulgieran una vez más el calor, la lucha y la luz de los 30.000 detenidos – desaparecidos.

Ausentes sus compañeras por cuestiones laborales y domésticas, le tocó a la escultora hacer de interlocutora frente a El Cordillerano. “Cristina Aldini es mi cuñada y sobreviviente de la ESMA. Ella me conectó con Cristina Piffer y Hugo Vidal que hicieron varias muestras. ‘El brillo de tu mirada’ fue reproducida varias veces, incluso en Montevideo. Creo que el más importante fue el trabajo que hicieron en la ex ESMA, donde permaneció tres o cuatro meses. Entonces, la gente iba y venía con escritos acerca de los desaparecidos”, introducía.

Villagra explicó la adaptación barilochense. “La gente que va a la ex ESMA es muy particular, porque acá en Bariloche, creo que solamente se conoce el tema de Juan y después hay dos o tres personas que son familiares (de desaparecidos). Entonces, la renovación nuestra fue escribir en los espejos los nombres de algunos de los 60 desaparecidos que hubo en Río Negro. Ese trabajo lo hizo Blanca, entonces la idea es que cuando venga, la gente escriba cosas”, invitaba. Fue lo que sucedió.

Brujita contenta

Con “Guardiana del planeta”, María Liliana Odano ratificaba que “La Brujita Alegría” puede provocar sonrisas pero que, a la vez, va muy en serio. Se trataba del cuarto libro de su cosecha, cuya escritura comenzó como ejercicio íntimo de amor hacia sus nietos. La nueva obra se presentó en coincidencia con la Fiesta Nacional del Chocolate. Su autora, profesora jubilada de Dibujo y Pintura, era pura felicidad.

En la redacción de El Cordillerano, Odano compartió su entusiasmo. “Es el cuarto hijito y sí, la verdad estoy re feliz. Primero, todavía no puedo creer que esté publicando libros y, bueno, ya es el cuarto. Todo empezó cuando tuve mis nietos y empecé a escribir cuentos infantiles. Siempre había escrito pero para mí, cosas de grandes. Después, me pidieron fotocopias y como soy profesora de Dibujo y Pintura, también empecé a hacer dibujitos, hasta que nació La Brujita Alegría”. Que fue por más.

Lejos de contentarse con el mandato cultural que aqueja a otras nonagenarias, la Biblioteca Sarmiento asumió su aniversario con objetivos de rejuvenecimiento, a tal punto que, en 2018, prefirió asumirse como Usina Cultural del Cívico, nueva reformulación de su identidad. Con esa y otras consignas igualmente vitalistas, la entidad más veterana de Bariloche conmemoró su 90 aniversario.

El acto tuvo lugar en el mismo reducto donde floreció Teatro IVAD, donde tocó Luis Alberto Spinetta o donde, en el presente, imparten clases profesores de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN), apenas tres ejemplos que ilustran sobre la centralidad de la que goza la institución en el quehacer cultural de la ciudad. El tono de la conmemoración fue sumamente distendido e informal. Y la historia continuó.

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