07/02/2018

Martín Boschile o de cómo un robo se convirtió “en un regalito” de la vida

- EL GUITARRISTA NO SALE DE SU SORPRESA - Que un músico sufra la sustracción de sus instrumentos no es noticia, la novedad puede radicar en su recuperación… En un lapso temporal muy breve, el líder de Rola Gitana pasó de la desorientación a la felicidad.

Martín Boschile o de cómo un robo se convirtió “en un regalito” de la vida

Cuando Martín Boschile supo que habían robado parte de los instrumentos que usa para ganarse la vida, difícilmente calculara que la pesadilla se convertiría en un sueño de final feliz. Los mensajes por WhatsApp y las advertencias por las redes sociales se multiplicaron de tal manera, que en el músico la angustia empezó a dar paso a la sorpresa. Cuando finalmente la Policía recuperó los implementos, varios aprendizajes comenzaron a tomar cuerpo.

“Me agarró en plena temporada”, le dijo el guitarrista a El Cordillerano. “Estamos a un mes o mes y medio de meternos a vivir en nuestra casa, que está en construcción... Entonces, estoy tocando por todos lados. En temporada hago mucha calle… Toco tres veces por semana al mediodía en Colonia Suiza, paso por casa, tomo un par de mates con mi mujer, beso a mis hijos y arranco para tocar en el Centro Cívico con el show solista de flamenco chill out. Todas las pedaleras son para ese show porque la Rola (Gitana) es un poco más rústica: usa un solo pedal de delay… Además, toco en bares en la noche, así que me agarró con toda esta movida”, ilustró Boschile.

La resolución favorable del incidente generó unas cuantas reflexiones en el guitarrista. “Si bien le tengo que meter a full para poder mudarme, una de las cosas que pasó fue que tuve que parar, mínimo dos días… Un cachetazo: la familia, mirá cómo la gente te ayudó, cómo la gente te quiere… Así que lo que viví, fue medio un regalito, una cosa muy loca… En el fondo, le agradezco al pibe, no quise escracharlo… ¿Para qué? ¿Para que no consiga más laburo y siga robando? No… Así que venía a full, a full, a full y me metieron un foul antes de llegar. Casi me dejan culo para arriba pero lo tomé re-bien”, graficó.

A fin de cuentas, ni siquiera un tropiezo. “Hace ya 9 años que me dedico plenamente a la música. El otro día tocando, me di cuenta que una cuerda de la guitarra en el puente, asoma una partecita y me empezó a lastimar. Al principio, pensé que me había picado un bicho, o sea, todo el tiempo estoy tocando la guitarra… Una de las cosas que agradezco es que la música que hago le gusta mucho a la gente, le provoca muchas sensaciones a nivel interior. Lo digo por los comentarios que recibo y por el amor que me dan en la calle cuando me compran discos o cuando me dejan la colaboración. ¡Si te contara las historias que se generaron con la música que hago! Tendríamos que estar todo el día”.

Amar la música

 Boschile piensa que “de alguna manera, salgo a regalar música y el dinero es una consecuencia. Salgo a tocar porque es lo que amo y lo que mejor sé hacer, aunque siempre trabajé en otras cosas. Pero hoy la música me sana, me considero una persona con buena salud porque no me zarpo en nada pero también porque estoy tocando y siempre alguna melodía, me provoca piel de gallina. Entonces, toco por mí también”, definió.

Su vocación por el flamenco se explica “por una cuestión artística, más allá de que mi bisabuelo vino de Siria, entonces tenemos esa parte mora por parte de mi abuelo materno… En mi casa siempre hubo una guitarra, mi viejo tocaba pero folklore, era guitarrero de asado, digamos… A los 9 años empecé a escuchar a Rata Blanca y me enamoré de Walter Giardino. Empecé a seguirlo y fue mi máximo inspirador en ese momento. Cuando empecé a estudiar guitarra a los 15, era sacar temas de Rata Blanca. Hay un disco de esa banda, Guerreros del arco iris, que en el último tema, el final tiene guitarra española tocada por Giardino, mientras queda estirada una nota de la guitarra eléctrica. Cuando escuché eso, ¡wow! Después, empecé a escuchar Paco de Lucía y aluciné”.

Cuando la obra del gaditano se cruzó en la vida de Boschile, el muchacho se encontró ante una encrucijada. “El flamenco y el heavy utilizan técnicas totalmente distintas a las que hay que dedicarles mucho tiempo. Yo venía tocando mucho la guitarra eléctrica pero cuando escuché a Paco, empecé a ponerle énfasis a la parte flamenca. Me di cuenta que me dedicaba a una o a otra. Dije: toco la guitarra española con púa porque soy muy roquero pero hago fraseos flamencos. De Walter aprendí esto, de Paco esto otro y acá está Martín Boschile… Es lo que salió. Si vos escuchás a la Rola, tiene mucho de rock. Muchos me dicen que se acuerdan de Rata Blanca, más allá del chiste de que me parezco (a Giardino). Fue de alguna manera sin querer como salió el estilo de la Rola”, consideró su líder. Un defensor de vivir la vida día a día. Su reciente experiencia ratificó la vigencia de esa convicción.

Once años de Rola Gitana

El proyecto mayor de Martín Boschile en 2018, “cumple 11 años. Empezamos en 2007 con diferentes formaciones pero desde el principio, generó cariño en la gente. Lo primero que salió fue un ensayo que grabamos de manera muy casera y de muy mala calidad, pero las canciones eran lindas… De golpe empezaron a sonar en las radios, los bares empezaron a llamar para que fuéramos a tocar y en ese momento, decíamos: ¡wow! ¡Qué bueno! Hoy escucho eso y te juro que me quiero enterrar (risas). No puedo creer que eso haya sonado en las radios”.

Ese disgusto se explica también porque “los discos que tenemos, especialmente el segundo, tienen muy buena calidad de sonido, buen toque”. Pero más allá de la desprolijidad de los comienzos, “se fue generando un amor con la Rola que hasta el día de hoy nos sorprende. El único original de los músicos que quedó fui yo pero hay fans que nos dicen: cierro los ojos y suena Rola Gitana… ¡Zarpado! Si bien soy el principal exponente del grupo, hay tres músicos más tocando, que logran que también suene a Rola Gitana. Así que súper feliz por la realidad que estoy viviendo”.

En la actualidad, la banda se completa con Nacho Garcés en bajo, Nicolás Rodríguez en batería y percusión, más Pablo Di Marco en guitarra rítmica. Cuando Boschile despliega su show de flamenco chill out cuenta con el inestimable aporte de Melisa De Angelis en la danza. Hoy sonará su música desde las 23 en Creppas Resto Bar (Mitre 479) en su formato solista. Pero mientras se extienda la temporada, será posible encontrarlo en los mediodías de Colonia Suiza o en las tardes del Centro Cívico.

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