RENÉ VARGAS OJEDA Y UNA EXPERIENCIA ÚNICA

| 24/04/2024

En la patria de Siqueiros y Rivera, deja murales un barilochense

En la patria de Siqueiros y Rivera, deja murales un barilochense
René en las calles de la ciudad mexicana.
René en las calles de la ciudad mexicana.

Viajó para hacer un curso de su especialidad, pero ya hace tres meses que está en México, donde en colaboración con colegas deja sello en los muros de Oaxaca.

En la patria de David Siqueiros y Diego Rivera hay paredes que cobijan trabajos de un barilochense. Se trata de René Vargas Ojeda, quien hace meses está en México y gracias a vínculos de camaradería con colegas de Oaxaca, pudo plasmar su arte a través de murales y otras obras pictóricas. Inicialmente, el joven artista se dirigió tan al norte para participar de un curso de su especialidad, pero luego la experiencia se extendió.

“Estoy desde enero. Además de visitar exposiciones, museos, galerías, talleres y artistas, vine invitado por una escuela de muralismo en Oaxaca de Juárez”, introdujo René, en diálogo remoto con El Cordillerano. “La lleva el maestro Jesús González Gutiérrez y recibe artistas y estudiantes de otras partes del mundo. Vine a aprender la técnica del fresco, que tiene que ver con el uso de pigmentos sobre la cal fresca”, completó.

La modalidad tiene sus bemoles. “Una vez que la cal se seca, no se puede volver a pintar. Existía en los pueblos prehispánicos y también se usó durante el Renacimiento en Europa. Incluso hoy se pueden ver frescos que están muy bien conservados porque es especialmente duradera”, enseñó René. “En el caso de México, el fresco tiene que ver con su ADN cultural, con la gastronomía y el arte, porque la misma cal que se usa para el fresco es la que se usa en los comales para cocinar las tortillas, parte fundamental de la comida acá”, compartió.

“En un espacio nuevo, con otra gente y otro país, aprovechando los encuentros, las comidas y las charlas, se conocen otras realidades”, compartió el artista. “Ahora estoy tratando de ir viendo cómo sostener el viaje, porque vine con recursos limitados, pero se me abrieron distintas posibilidades con los voluntariados para intercambiar comida y alojamiento por murales o cuadros. La verdad, el arte y México me abrieron las puertas”, destacó René.

Pareciera estar en su salsa. “Es un terreno donde puedo moverme y buscando, se dio la posibilidad de ir pintando murales o cuadros a cambio de comida y alojamiento. La verdad, acá es un montón. Ahora estoy en Oaxaca, pero también estuve en la costa, siempre en el mismo Estado conociendo paisajes, zonas arqueológicas y un poco de la herencia prehispánica acá, donde la identidad originaria es muy fuerte”, resaltó.

Uno de las colaboraciones Oaxaca - Furilofche.

Con los colegas que conoció “hablamos mucho de las mitologías y estoy muy interesado en la experiencia para tomar conciencia e ir hacia nuevas iconografías que me ayuden a hacer una obra más personal”, definió el muralista. “En los intercambios que se van dando con la gente de a pie se va armando una especie de rompecabezas y estoy haciendo algunas amistades. Acá en Oaxaca -la ciudad- se respira literalmente el arte”, resaltó.

En esa atmósfera favorable “muy rápidamente conocí artistas, pudimos colaborar y trabajar juntos con intervenciones callejeras para dar a conocer lo que hacemos. Siempre aprovecho para hacer una referencia de encuentro entre Furilofche (nombre mapuche de Bariloche) y Oaxaca para que quede como antecedente. Además de murales, hay pegatinas porque hay muchos talleres de grabado”, ilustró.

En la situación que vive México y en realidad, todo país latinoamericano, hay “mucha inquietud de crear mensajes que se puedan reproducir, políticos y sociales”, explicó René. “Nosotros estamos inmersos en todo ese ambiente, pero en cada mural tratamos de que haya un camino, no sólo denuncia, trabajando también la identidad y los rasgos originarios o mitológicos”, insistió.

Para un muralista, estar en el país del norte debe ser el sumun. “Ver obras originales de artistas siempre es una experiencia muy personal y especial, una sensación distinta. Claro que fui a ver a Siqueiros, a Rivera, las obras de Orozco y también, artistas más contemporáneos, como Paola Delfín. Pude ver en detalle un montón de obras que, por ahí, en un documental o en un libro, no es lo mismo. La experiencia es muy distinta y pasar por otro lado, más allá de lo visual. En vivo tienen una densidad simbólica muy fuerte”, diferenció el muralista.

A casi 7.000 kilómetros de casa, René tuvo palabras de agradecimiento. “Una de las instituciones que me acompañó desde Bariloche es la Alianza Francesa, porque es internacional y con la de Oaxaca, ya hicimos una primera experiencia de Taller de Murales y seguramente, haga otra”, señaló. En definitiva y en conjunto, “es una experiencia demasiado nueva para mí porque es la primera vez que viajo tan lejos de la Argentina. Voy para los 35 años y es un salto muy grande. Estoy muy atento a las pequeñas señales y me cuesta un poco procesar todo”. No hay ningún apuro, René, pero ¡qué ganas de ver nuevos murales tuyos a la vuelta!

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