18/11/2017

El Coral Melipal cierra 2017 en la Biblioteca Sarmiento

- “¿Y POR QUÉ CANTAMOS?” - El elenco que dirige Patricia Tarantini despedirá “un año intenso” con casi 40 coreutas en escena y su habitual incursión en la música popular. La persistencia de un legado que consiguió sobreponerse a un golpe duro.

El Coral Melipal cierra 2017 en la Biblioteca Sarmiento

Por Adrián Moyano
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Con su concierto de mañana, el Coral Melipal cerrará un año que, al decir de su directora Patricia Tarantini, fue “intenso”. El elenco compartirá con la gente un repertorio de música popular, que se integrará con chacareras, zambas, “canciones autóctonas” y música alusiva a la inminente Navidad, entre otras expresiones. La cita se pactó en la sala de la Biblioteca Sarmiento, desde las 19, con entrada libre y gratuita, aunque serán bienvenidos los alimentos no perecederos que puedan integrar una canasta navideña.

En la redacción de El Cordillerano, la directora de la veterana agrupación comentó que, precisamente, se trata “del trabajo de todo el año. El recital se va a llamar ¿Y por qué cantamos? Entonces, hemos hecho un desglose de todas las canciones que hablan de la tierra y de la vida. Folklore, tango, temas de María Elena Walsh y también autores del sur, más las canciones mapuches. Es el racconto de final de año”, insistió.

Para la agrupación, un año tipo transcurre de la siguiente manera: “Se hace un trabajo de cuerdas previo y después la unión de las voces de todas las cuerdas; entonces, se van trabajando las canciones de a una”, explicó Tarantini. “Siempre hay que pensar que somos un coro amateur. No estamos hablando de profesionales sino de personas que vienen porque les gusta cantar. A partir de ahí, depende del director armar un trabajo que llegue a todos, porque en esa línea hay personas que aprenden más rápido y otras menos”.

En consecuencia, “hay que conformar un trabajo con eso (las diferencias) pero se tienen en común las ganas: la gente sale a trabajar, tiene su vida y se hace un tiempo para venir al coro… Evidentemente, aman cantar. Porque es un cable a tierra, porque gusta, porque quieren compartir, porque quieren compartir el arte con el arte de otro y, bueno, ahí se va formando”, explicó entusiasta la directora.

Como todos sabemos, “en el caso nuestro, no tenemos que olvidar que todavía somos un coro en formación porque tuvimos durante 30 años al mismo maestro: Rodrigo (Dalziel). Él tenía su manera y su impronta maravillosa de trabajar. Pero ahora el grupo tuvo que volver a adaptarse a otra forma que es la mía, porque soy otra persona. Si bien estuve bajo las alas de Rodrigo porque canté 20 años en el Coral Melipal, tengo otra impronta. Entonces, tuvieron que readecuarse y lo hacen magníficamente porque, además, el Coral Melipal es un legado. Nos trasciende a todos. Está mucho más allá de todos nosotros”, proclamó Tarantini.

La interpretación en primer plano

Precisamente, su sello personal pasa por “la interpretación (risas). Los coreutas sufren mucho con eso (más risas). A veces, lo que digo es paradójico: quizá la cosa no esté tan bien entonada o perfecta musicalmente, desde lo excelso de la afinación… Pero, si en la canción no se dice nada, es lo mismo que no haberla hecho, porque primero tenemos que elaborarla nosotros y salirnos desde adentro, de nuestro sentir y corazón, para que llegue a otro. Si yo no la siento, es muy difícil expresarla y que el otro sienta lo que yo siento”.

Con esas convicciones sobre la mesa, “el trabajo es interno y primero parte de mí: miro la obra, me gusta y la siento… Después, como buen director, todos deberíamos hacernos un imaginario de lo que es la obra. Cuando estoy frente al grupo, capaz que se la plantea desde otro lugar, desde sus sentimientos, sea un tango o una canción folklórica. Está en el director poder captar eso y, entre los dos, hacer algo. Es arte: se va haciendo, va cambiando, va mutando y obviamente, tiene que mejorar”, sentenció.

A la hora de armar el repertorio para conciertos como el de mañana, “se van eligiendo distintos géneros que trabajamos, en este caso zamba, chacarera, tango, canciones autóctonas, algunas canciones de Navidad también porque estamos próximos a la fechas, para hacer algo que sea entretenido. Primero, nos gusta a nosotros. Esa es la verdad. Y sabemos que también a la gente le gusta mucho escuchar música folklórica”, admitió Tarantini.

A pesar de los vaivenes, la composición del Coral Melipal “no ha variado mucho. Tenemos un tope al cual estamos llegando: aproximadamente 37 integrantes o 38 y ya somos bastantes. Más sería complicado y, con menos, tendríamos otro tipo de impronta. Para lo que nosotros cantamos, estamos en un número ideal. Todos son muy trabajadores y hay muy buena onda. Algo que es muy importante y, a veces, difícil de encontrar: no hay estrellas, somos todos iguales y compañeros. Todos son necesarios e imprescindibles. Creo que eso lo transmitimos hacia fuera”, definió. Toda una institución de la cultura barilochense.

Distintas pero iguales

Jorge Cendoya es uno de los integrantes del Coral Melipal. Estuvo en las épocas de Rodrigo Dalziel y persiste bajo la conducción de la actual directora. Sobre las características que definen el presente artístico de la agrupación, fue categórico: “coincido absolutamente con los conceptos de Patricia. Fundamentalmente, en el tema de la interpretación, porque como cantor siento que es la base de lo que el otro, que es el espectador, recibe. Independientemente de si una nota es un poquito más alta o más baja”.

Según el coreuta, “cuando canto solo, le estoy cantando a otro pero cuando cantamos en conjunto, le estamos cantando a muchos otros. Siento eso. Y Patricia le ha dado una impronta muy particular al coro. Yo estuve con Rodrigo, por suerte, y también por suerte estoy ahora, porque de ambos aprendí una cantidad de cosas, distintas pero iguales. Distintas porque así es el enfoque e iguales porque tienden hacia exactamente lo mismo: que el espectador se sienta con nosotros, hasta casi participante”.

Por otro lado, opinó Cendoya que “lo que tenemos en el coro, y me parece importante destacar, es que todo nuestro repertorio es popular. No hacemos canciones tradicionales de música clásica ni interpretaciones de los grandes maestros de la música. Todas nuestras interpretaciones son de música popular y eso le llega más a la gente. Aquel que escucha un tango en la radio cantado por Equis, también lo puede escuchar por el Coral. Probablemente sienta cosas distintas pero en el fondo, terminan siendo las mismas”, insistió.

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