En algunos meses, el primero de febrero del 2024, se cumplirá el centenario de la creación del vivero forestal de la isla Victoria.

Declarado Arboretum de nivel internacional, contiene ejemplares forestales de todos los continentes y es reservorio de semillas de importancia mundial.
Esta maravillosa colección de árboles, resultó del trabajo de técnicos forestales, inmigrantes de diversos países, mencionados afectuosa pero equivocadamente como “los rusos”. Equivocación que viene de la publicación de algunos relatos antiguos y otros recientes sin sustento histórico; preocupa ver estos errores en otras publicaciones, por ej: el cambio de ortografía en apellidos y nombres de personas, creando un relato que saca de contexto la verdadera historia. Dado que la isla Victoria me involucra personalmente, me permito hacer un breve recordatorio de los pioneros forestales.

El Ing. Alberti, contratado por Ing. Mulenpford en 1922, (la isla pertenecía a la familia Anchorena) pasa a la Administración Nacional por iniciativa del ministro Tomás Le Bretón en 1924, con la creación del Vivero Forestal. En 1926 se hizo cargo don Pablo Gross, dio forma definitiva a la Estación Experimental Puerto Anchorena, le sucedió el Ing. Glep Gruner también de origen alemán; en 1938 asumió el Ing. Demetrio Havrylenko, ucraniano, recibido en Praga (Rep. Checa), realizó la mayor parte de las parcelas experimentales; a su traslado a Bariloche, quedó a cargo el Ing. Agr. Carlos Krebs, nació en la colonia alemana del Volga y estudió en Alemania; entre 1949 y 1952 fue reemplazado por el Ing. Rojas Aubone, reasumió el cargo por varios años, siendo sucedido por el agrimensor Jorge Goodlewski, nacido en Polonia, quien realizó detallados planos y mapas de la isla Victoria. En los años 60 administró el Ing. Hermett, desde su alejamiento pasaron varios años hasta el cierre definitivo por el Ing. Suero. También mencionamos reiteradas intervenciones en la isla del Ing. Enrique Saint Antonin.
Cabe destacar la labor de los ingenieros Lebedeff y Koutché, si bien no habitaron la isla, realizaron tareas de seguimiento, supervisión y divulgación, rusos de origen, al igual que el ingeniero Archanov, conocido por sus cálculos de medición de bosques, actualmente se estima el trabajo del Ing. Moretti por la recuperación y puesta en valor del Arboretum y vivero de plantas autóctonas.

No debe quedar en el olvido el personal que hizo las tareas de obraje, puso su trabajo, entusiasmo y esfuerzo físico por tantos años; los primeros en 1922, Antonio Leiva y Estanislao Hernández; luego con la Administración Nacional acompañados por sus familias se radicaron Galindo, Barrientos, Millaqueo, Catalán, Pargade, Kowkalzuck, Winterhalter (dibujante e ilustrador de trabajos científicos), Rugli, Quintupurai, Rosales; en Puerto Radal Andrés Garcia y familia, y otros más.

Estas personas merecen tener un lugar en la isla que los recuerde. Confío que este escrito sirva para mantener vivo el recuerdo de los pioneros y despierte interés sobre un lugar tan maravilloso como la isla Victoria.
                                                                       

                                                                                     Samuel Havrylenko