Ante el anuncio de una marcha para este miércoles en pos de que los tiempos judiciales se aceleren en relación a las responsabilidades en la muerte del refugiero Manuel Benítez, cabe recordar que el 11 de mayo, con el fallecimiento del joven muy cerca en el tiempo (intentó subir la montaña el 26 de abril, y su cuerpo fue hallado dos días después) se produjo la primera caminata desde Onelli y Brown hasta 20 de Febrero 30, donde se ubica la sede del Club Andino.

Lee también: En el nombre del hijo

Si bien el reclamo siempre apuntó –y apunta– mayormente a quien en ese momento estaba a cargo de la concesión del refugio Frey, Federico Pajarín, por la demora en activar el protocolo de búsqueda, también se protestaba por la falta de controles por parte del Club Andino y Parques Nacionales, así que, aquella vez, en las puertas de la institución de montaña,  se vivieron momentos tensos.

Dos miembros de la entidad salieron a hablar, pero hubo gente que, ante el enojo, reaccionó vociferando.

Fue la mamá de Manu, Ximena Cerda, quien puso paños fríos ante la situación y solicitó que todos se retiraran en paz.

El 30 de mayo, en tanto, se llevó a cabo una concentración en las puertas del Club Andino y, esa vez, se vivió una especie de ceremonia. El marco de las velas –que ya habían estado la vez anterior y volverán a encenderse el miércoles– junto a las palabras en recuerdo del joven, más un cierre a cargo de la violinista Alma Crego, hermana de una refugiera, brindaron calidez a la tristeza.

Lee también: La razón de una nueva marcha

Ante la decisión de volver a marchar, para que el caso no se olvide, en reclamo de justicia por las responsabilidades que pueden haber existido frente a la muerte de Manuel, su mama dice: “Es difícil, porque equivale a remover todo otra vez. Hay que salir a los medios de comunicación, a los cuales agradecemos que nos acompañen, pero debemos contar lo que pasó desde cero, y eso nos duele. En casa tratamos de recordar los buenos momentos que vivimos con Manu, y en una marcha los medios piden explicaciones, que contemos cómo sucedió, cómo va todo… Pero el apoyo de la gente que nos rodea, de los amigos de mi hijo, de sus padres, de los refugieros, nos da fuerza para salir a la calle una vez más”.