EL OBISPADO DE BARILOCHE SE FORMALIZÓ EN 1993

| 26/03/2021

La Catedral se adelantó medio siglo a su destino

Adrián Moyano
La Catedral se adelantó medio siglo a su destino

En la organización de la Iglesia, el pueblo dependía del Obispado de Viedma, cuando Exequiel Bustillo quiso llevar sus ansias transformadoras al plano eclesiástico. Dicen que el tiempo le dio la razón.

Las ganas de transformar Bariloche por parte de Exequiel Bustillo y otras personalidades de las décadas de 1930-40 fueron tan intensas, que la ciudad tuvo catedral antes de que la Iglesia estableciera aquí un obispado. En efecto, el templo mayor de la ciudad se concretó cuando la ciudad cordillerana todavía dependía del Obispado de Viedma en la organización administrativa de la jerarquía católica.

Desempolvó esas páginas del pasado Juan Martín Biedma en “Crónica histórica del lago Nahuel Huapi” (Ediciones Caleuche–2003), un volumen sintético sobre el pasado barilochense que se publicó por primera vez en 1987. “La iglesia de Nuestra Señora de Nahuel Huapi se comenzó por gestión de una comisión de damas vinculadas a la región, presidida por doña Isabel Nevares de Ortiz Basualdo. Ellas efectuaron una colecta cuyos principales aportantes fueron las señoritas de Saavedra Zelaya y que solo alcanzó para costear los vitrales”, reconstruyó el autor.

Según su racconto, “los diseños de los mismos fueron sugeridos por Monseñor Esandi y ejecutados en Buenos Aires por Enrique Thomas y colocados en 1947”. En cuanto al edificio propiamente dicho, “su concepción, con una grandiosidad que excedía el entorno aldeano, se explica por la ilusión visionaria de Exequiel Bustillo, que el tiempo vino a confirmar, al crearse un obispado en la zona andina, disgregado de la diócesis de Viedma”.

En los primeros tiempos, la desmesura era evidente. “No en balde, a este templo que ni siquiera era parroquia, se lo conocía como la Catedral, aunque no contaba con un obispo”, consideró Biedma. “Se construyó con fondos de la Nación sobre un proyecto arquitectónico donado por el arquitecto Alejandro Bustillo. En estilo neogótico supo combinar el cemento con un material autóctono: la piedra”.

La historia de la construcción es la siguiente: “en 1942 se regularizó el dominio del terreno y dos años más tarde se concluyó la estructura de cemento armado, ejecutada por la Compañía General de Construcciones del ingeniero Pedro Faukland. El labrado de la piedra blanca de la cantera de don Ángel Pizzutti, en el cerro Carbón, demandó una paciente labor de cantería. Capataz de los picapedreros fue don José Lukman, esloveno de nacimiento, quien adquirió su arte en las cavas romanas de Aurisinia. A su habilidad se deben las piedras de encaje y la mayoría de las molduras de los arcos”.

Completa el relato que “su airoso campanario culmina con una aguja de 69 metros de altura. Mal llamado campanario porque no alberga campanas, sino un carrillón con amplificadores que emiten un excelente sonido de campanas”, según la aclaración de Biedma. El Obispado de Bariloche se instituyó en 1993, con la inclusión de los departamentos de Bariloche, Ñorquinco, Pilcaniyeu, 9 de Julio y 25 de Mayo. Recién entonces adquirió el templo el rango formal de catedral.

Adrián Moyano

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