31/08/2020

Algunos posibles consejos para este tiempo…

Hoy somos testigos de muchas personas que han perdido la energía. La razón es que, por momentos, no distinguimos qué día es, pues el tiempo, debido a la pérdida de libertad de movimiento, comienza a quedar “congelado”. La mayoría de nosotros tenemos que movernos dentro de cuatro paredes. Entonces, esta sensación nos conduce a tener baja energía. Algunos comentan: “No tengo ganas de nada”. 

¿Qué podemos hacer? En primer lugar, establecer pequeñas metas en el día. Lo ideal es hacer algo lindo y que nos brinde satisfacción, como llamar a varias personas queridas, que estén necesitando apoyo y compañía, y decirles algo positivo. Una acción simple como esta resulta terapéutica porque todos “nos curamos cuando ayudamos a los demás”. Cuando uno toma la iniciativa, se vuelve proactivo. ¿Por qué no tomar el teléfono y hacer una llamada (o videollamada) para decirle al otro: “Te quiero dar las gracias por…” mirándolo a los ojos para ver cómo sonríe? Esa dopamina que se suelta no es otra cosa que un “químico de la alegría” que nos vuelve a nosotros.

Alfred Adler, un terapeuta colaborador de Freud, cuando veía un paciente “bajoneado”, le escribía en el recetario: “Busque a una persona a quien amar durante catorce días seguidos”. ¡Qué maravilloso consejo! Por la ley de la siembra y la cosecha, todo lo que damos, lo que sale de nosotros, nos vuelve multiplicado. Y esto aplica tanto para lo bueno como para lo malo.

Otra situación muy común por estos días es el aumento de consultas por conflictos de pareja. ¡Imaginate las situaciones que surgirán al no contar con libertad de movimiento! Una pareja sana es como un bandoneón: están juntos y, a la vez, están separados. Estos son algunos de los consejos prácticos que suelo dar…

Primero, evitar en lo posible toda discusión. No tratar de “resolver la pareja” en este momento. Lo que no resolvimos antes no lo vamos a resolver ahora. Si uno está manejando de noche y hay niebla, seguramente no va a pisar el acelerador; por el contrario, va a ir hacia la banquina hasta detenerse por completo. Ahora estamos “en medio de la niebla”, en medio de una crisis, por lo cual, no es tiempo de resolver problemas. Tampoco de revisar hacia atrás grandes conflictos.

¿Qué podemos hacer entonces?

Llamarnos a una tregua de común acuerdo donde nos sentemos a hablar como pareja y decidamos tomar esos problemas y guardarlos en la biblioteca. Una vez que todo esto pase, entonces, los volveremos a tomar y a darles discusión. Otro consejo que resulta muy útil es buscar espacios en casa donde uno esté en el living y otro se vaya el dormitorio. Es decir, donde sea posible, encontrar espacios donde podamos estar a solas. Esto nos permite sentir un “espacio de individualidad” que se suma al tiempo compartido y algo muy positivo.

La vida es lo más valioso y debemos cuidarla. Todo lo demás puede esperar. Cuidémonos. Abramos espacios para relajarnos. Y, sobre todo, evitemos ser monotemáticos, pues todo tema exclusivo presente y omnipresente se vuelve omnipotente.

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