AUDIENCIA INFANTIL, VIDEO-POEMA, VIDEO AMATEUR, 3 MINUTOS

| 15/06/2020

Una ojeada sobre los premios barilochenses “Producir en casa”

Adrián Moyano
Una ojeada sobre los premios barilochenses “Producir en casa”
La familia Studler en acción.
La familia Studler en acción.

La participación de realizadores locales en la convocatoria provincial fue sustantiva y varios resultaron ganadores. Aquí, reseñas sobres los aportes de Jean Studler; Agustín Demichelis; Alejo Ahrensburg; Malena Rizzone y Virginia Salamida.

Después de su estreno, los trabajos que resultaron premiados en la convocatoria “Producir en casa”, quedaron disponibles en un extenso resumen que alcanza una hora y media de duración. Pueden verse en el canal de YouTube del Ministerio de Turismo, Cultura y Deporte. El primer aporte barilochense por orden de aparición es el que lleva la firma del realizador Jean Studler, que resultó primer premio en el segmento Cortos para Audiencia Infantil.

La creación lleva como título “Hacia el espacio de libertad”: en su primera toma, un celular devuelve la imagen de unos muñequitos Playmobil desplazándose nerviosamente, mientras a la manera de los zócalos de los noticieros televisivos, puede leerse que según dichos de una “Diputada italiana sobre la pandemia, la Fase 2 no es más que la continuación de la Fase 1”, ironía no tan infantil sobre las maneras que se informa sobre el COVID-19.

Mientras, una vez en off sitúa la acción y explica que “los habitantes del mundo corren de aquí para allá”, ante la incertidumbre que provoca la situación. En efecto, los Playmobil van de diestra a siniestra, mientras aúllan de susto. La trama conduce “Hacia el espacio de libertad”, cuando se informa que unos simpáticos científicos avanzan hacia el descubrimiento de un fantástico elixir que permitiría mantener a raya al monstruo, pero para hacerlo deben viajar a otro planeta.

Luego, el propio Studler irrumpe en escena junto a su hijo Luan, con una caracterización que está a medio camino entre el astronauta y el científico.

La expedición espacial tiene como objeto ubicar al virus en su planeta de origen para rociarlo con el elixir en cuestión para que se agrande, y así permitir su captura corporal. La misión da con el objeto de su búsqueda pero no todo se resuelve fácilmente. Un gran muestra de creatividad con los recursos a mano, de acuerdo al espíritu de la convocatoria.

El segundo premio de la categoría correspondió para “En casa”, de Diego Morante (Choele Choel); mientras que el tercero fue para “El virus”, de Juan Huisman Aragona (El Bolsón). Siempre en este rubro, hubo dos menciones para trabajos hechos en Bariloche: “Mayo patagónico”, de Nicolás Mobilio y “Noti Peques”, de Mariángeles Casella. Sus creaciones (las menciones) no fueron incluidas en el resumen que mencionamos.

Desconfiar hasta de la desconfianza

También hubo un logro barilochense en la sección “Video poema”, con el trabajo que Agustín Demichelis tituló “Desconfiar. Todo está en devenir”.

“Estás arrojada a un mundo incierto y anfibio”, dice la primera línea de la poesía, mientras la imagen parece transcurrir al interior de un medio líquido que no se explicita. “Todo lo demás es ficción”, advierte la voz. “Sospechá de nombres, diagnósticos, recetas, relatos. Date a la experiencia sensible”, recomienda.

El medio líquido cede espacio a una llamarada mientras continúan las exhortaciones: “no montes altares a la permanencia. Recordá que este instante ya pasó”. Sigue: “No te empantanes en lamentos” y “no luches contra lo inevitable”. Después, la acción se traslada al interior de un bosque que se muestra en negativo y sorpresivamente, al retornar al medio líquido, el video-poema pide: “desconfiá también de estas palabras”. El texto y la locución corrieron por cuenta de Agostina Silvestri. Las imágenes de las que se valió Demichelis fueron tomadas con antelación a la cuarentena.


Aguante corazón aguante.

Se alzó con la categoría Video-Poema, “Buscaba la lluvia”, de Luciano Ruggeri Cantera (Luis Beltrán); mientras que el segundo galardón recayó en General Roca a través de “LEI”, de Franco Blanco Lozano. Desde la perspectiva local, también se impone mencionar tres menciones especiales, que se llevaron Luz Rapoport por “XXXIII”; Ariel Santana por “Beluga, Lapislazuli” y Rocío Ailín Valenzuela por “Declamato I y II”.

La producción barilochense se hizo sentir en la sección Video Amateur, en la que Alejo Ahrensburg se hizo acreedor del tercer premio, con “Aguante corazón aguante”. Mientras detrás suena la música del himno nacional, una voz que semeja la de una relatora deportiva acompaña el transitar por distintas superficies de sucesivos pares de pies. El cuadro arranca a la altura de las rodillas y relato asevera con tono triunfal, que el living se convirtió “en el lugar del mundo”.

Sobre el piso en cuestión aparecen dibujitos infantiles, una guitarra, un plato con tres empanadas y un cuchillo, entre otros testimonios de la rutina que podría caracterizar una situación de “quédate en casa obligatorio”. La desazón se expresa cuando el caminante empieza a desplazarse ya no por el piso, sino por sillas y mesas en situación se equilibrio inestable. Al final, “un golazo” distiende. Manejó la cámara sobre sus pies Mateo Di Noto; aportó voz y también sus pies Florencia Mazzone, mientras Ahrensburg concibió la idea, elaboró el guion y trabajó en la edición.

En la misma categoría, el primer premio fue para Malena Rizzone por “Los días”: el ojo izquierdo de una mujer que enfrenta al espectador o espectadora, derrama una lágrima, mientras unos contornos vaporosos que no se explicitan se mueven hacia arriba y abajo. La mujer toma su cabeza con las manos, con gestos que transmiten angustia o desesperación. Sus extremidades se desdoblan desde la mitad del cuadro y luego sucede otro tanto con su rostro, hasta que se unifica aunque de manera difusa.

La mujer continúa con su mirada perturbadora y con sus propias perturbaciones pero toda la expresividad corre por cuenta de las manos, que retornan al primer plano. Acarician sus labios, su cuello, los contornos de los ojos, a mitad de camino entre el erotismo y el desasosiego hasta que la acción conduce al comienzo, para invertirlo. Además de realizarlo, la propia Rizzone es protagonista de su trabajo a través de la actuación. En este rubro, el segundo premio quedó en Viedma, gracias a “Privilegio de clases”, de Lujana Zárate. En definitiva, “Producir en casa”, iniciativa de la Secretaría de Cultura de Río Negro, se convirtió en un gran pantallazo sobre la creatividad audiovisual de la provincia.

Ir al río y nadar

En la competencia Cortos hasta 3 minutos, descolló Virginia Salamida, vecina de Dina Huapi que participó con “Interludio”. Con el cerro León de fondo, la silueta de una persona en cuclillas y curiosa disposición de su vestimenta se destaca y con sus movimientos, da a entender que se sumerge en su interior. Palabras describen situaciones normales, del tipo “en el patio ladra el perro” para luego afirmar que toda las personas están dentro de sus casas, pero “haciendo lo que no les gusta”.


Virginia Salamida en Interludio.

Salamida -actriz en el grupo Limadas- es protagonista de su realización y personifica a una muchacha que quiere salir pero “tiene cerradas todas las puertas”. Dice: “a mí, a mí gustaría ir al río y nadar. Subir al tejado cuando la lluvia cala nuestra vivienda. Cada vez estoy más triste”, confiesa la mujer, mientras desciende una escalera pero deslizándose con todo su cuerpo por los escalones, cabeza abajo. “No es justo que yo me consuma aquí. Es demasiada espera”, proclama. ¡Con toda razón!

La música es hermosa, lleva la firma de Nicolás Sorín. Llamativamente, el texto -que parece escrito para la ocasión- es en realidad de Federico García Lorca, un fragmento de “Yerma”. Un gran trabajo con herramientas del teatro grotesco, a las que suele recurrir Salamida en su desempeño sobre los escenarios reales. Su aporte mereció el segundo premio. En esta sección, obtuvo el primero “Íntima”, de Guadalupe Cahuimpan (El Bolsón); en tanto el tercero, fue para “Desinfección”, de Abril Sanz (Allen). Más comentarios sobre la participación de barilochenses, en sucesivas ediciones de El Cordillerano.

Adrián Moyano

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