LA CULTURA Y LOS ESPECTÁCULOS DURANTE EL AÑO QUE SE FUE – ÚLTIMA ENTREGA

| 01/01/2020

El quehacer artístico creció más rápido que la infraestructura de la ciudad

Adrián Moyano
El quehacer artístico creció más rápido que la infraestructura de la ciudad
Carucha Giménez, blues de exportación.
Carucha Giménez, blues de exportación.

La carencia de espacios junto a la fe en la autogestión, aparecieron como comunes denominadores en las siete entregas del resumen de El Cordillerano. Aquí, las impresiones de Martín “Carucha” Giménez; Manuel Gutiérrez Arana; Mercedes Schamber; Rubén Fernández y Fran de Médicis.

Con la primera edición de El Cordillerano en 2020, finaliza el resumen que correspondió a la cultura y los espectáculos para el año que pasó. En la última entrega del siempre incompleto repaso, comparte pareceres Martín “Carucha” Giménez (músico); Manuel Gutiérrez Arana (actor); Mercedes Schamber (artista plástica); Rubén Fernández (actor) y Fran de Médicis (poeta y músico). Proyecciones dentro y fuera de Bariloche, esperanzas en las propias fuerzas y cuestionamientos a los sectores públicos, aparecen como constantes. Cabe aclarar que Schamber prefirió limitarse a la primera pregunta. Las y los hacedores barilochenses de la cultura hacen su historia, ¡nosotros la escribimos!

EC: - ¿Qué logros artísticos conseguiste en el año que pasó?

Martín “Carucha” Giménez: - Gracias a Dios, en lo personal tuve la gran bendición de poder tocar nuevamente y por cuarto año consecutivo junto a Ronnie Earl en la ciudad de Nueva York y en el mítico club de Jazz Iridium, el pasado mes de agosto. Por otro lado, también tuve la gran oportunidad de presentarme por tercer año consecutivo en show personal en las ciudades de Boston y Arlington (Estados Unidos), por lo que considero que sigo aprendiendo muchísimo de este gran género que amo tocar y que es el blues.

Manuel Gutiérrez Arana: - Con Tranqui 120 tuvimos nuestro primer viaje fuera de Argentina, cuando viajamos para actuar en el Encuentro de Empresas B en Asunción (Paraguay). Con Baco Compañía Teatral quedamos seleccionados para ir al Festival Internacional Santiago Off (Chile). Pude estrenar mi primer unipersonal: “Cansado de pensar”, un desafío que desde hace mucho tiempo quería encarar. Con Tranqui 120 también participamos del Encuentro + B en Mendoza y lo que se activó fue impresionante. Pudimos iniciar conversaciones con gente de más de 30 países involucrada con la sustentabilidad. Llegó Alfonsina y fui padre por segunda vez. La obra más grande de todas las obras.

Mercedes Schamber: - En marzo, los Cabezudos -grupo que integro desde 2017 junto a Paola Sferco, Horacio Occhi y en esta ocasión, la escritora y poeta Eloísa Oliva- desarrollamos dentro de la muestra “Luenga, Longa, Lengua” en el Museo de las Mujeres de Córdoba, una performance y video instalación donde proponíamos reflexionar sobre el lenguaje, la lengua desde lo cotidiano, lo doméstico como extrañamiento, poniendo en juego las relaciones, fricciones y tensiones entre lo estético, poético y el poder. En mayo, “Petu Mongeleiñ” para recordar y visibilizar los 140 años del comienzo de la Campaña al Desierto, del genocidio y la violencia. Junto al Espacio de Articulación Mapuche realizamos esculturas que fueron emplazadas en los carteles que identifican calles con los nombres de algunos generales de la Campaña al Desierto, a modo de señalamientos en la ciudad para poder enmarcar mejor algunos personajes de nuestra historia. En noviembre realicé un grupo escultórico dentro del proyecto “Fuego en la torre” que me permitió investigar, experimentar y producir un trabajo en la ciudad de San Martín de los Andes. Dicho proyecto fue impulsado por Manta, cuya gestora es Suyai Otaño, en diálogo con otros artistas y con la curadora Eva Grinstein. La propuesta escultórica buscaba la participación e intentaba recuperar las sensaciones corporales, concibiendo el espacio de experimentación como un territorio para el encuentro. Las esculturas funcionaban como prótesis para interactuar con otros y otras. También, dentro del concurso Bienal Federal 2019 del Consejo Federal de Inversiones, fui seleccionada y premiada con la Primera Mención de Pintura con la obra “Entre el oprobio y lo incesante”.

Rubén Fernández: - Como parte del Grupo Trampolín pudimos estrenar “Amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín”, de Federico García Lorca. En lo personal fue muy importante porque fueron muchos los obstáculos que hubo que sortear. Así y todo pudimos llevar adelante un proyecto del que estamos orgullosos. Estuvimos trabajando dos años para llegar a una propuesta que sigue creciendo. La respuesta de la gente fue muy buena. Por otro lado, continué con el Taller de Teatro con adolescentes en la Biblioteca Sarmiento, lo que me sigue alimentando como actor y director. Siempre pruebo diferentes propuestas y al verlas en escena con mis talleristas poniendo el cuerpo, descubro un mundo que me sigue sorprendiendo. Y si bien no es un logro artístico, quiero resaltar la importancia de contar con una asociación, Teatrantes, que nos proyecta hacia un futuro de crecimiento colectivo.

Fran De Médicis: - Haber podido sustentarme y sostenerme económicamente 100 por ciento con la actividad artística, tal como me lo propuse a fines del año pasado (2018). En lo colectivo, si bien dejé la gestión a mitad de año, que el Slam (de Poesía) haya cumplido con las expectativas que tuve al momento de encarar el proyecto. Se movió, se expandió y se instaló como un ciclo abierto a la participación de la comunidad que se realizó durante todo el año. Felicito a mis compañeras y espero que en 2020 siga creciendo la movida.

EC: ¿En qué estás trabajando o qué te quedó pendiente de cara a 2020?

Martín “Carucha” Giménez: - Sigo trabajando en mi proyecto “Caruchasblues Trío” y en otros proyectos que me acercan mucho más al blues de Chicago, algo que espero poder dar a luz en el año que llegó. Por otro lado, siempre estoy con ideas de continuar trabajando en otros proyectos que sigo analizando, entre los que se encuentra mi primer disco.

Manuel Gutiérrez Arana: - Estamos trabajando fuertemente en la sostenibilidad de los proyectos en todas sus áreas. Es decir, que no solo sean materiales escénicos que nos gusten, sino que además tengan impacto, lleguen lejos y nos permitan vivir dignamente del trabajo artístico sin necesidad de tener que buscar el mango en otro lado. Yo, en lo personal, quiero poder vivir del arte, que es lo que me apasiona. Históricamente estuve en muchos proyectos, soy inquieto. Este año quiero estar en menos proyectos para poder profundizar más, ir más profundo. Si siempre estuve llevando ramitas chicas a muchos fueguitos, ahora quiero llevar leños más grandes para que se arme una buena fogata más condensada.

Rubén Fernández: - Estamos trabajando en un reemplazo y por lo tanto, estamos revisando muchas cosas de la obra de Lorca. Aparece una nueva poética grupal que enriquece el proyecto. También quiero concretar una idea sobre la que vengo trabajando hace mucho, que tiene que ver con una búsqueda de la identidad. Algo que me quedó pendiente fue recuperar lo que veníamos haciendo con Teatro por la identidad.

Fran de Médicis: - Estoy trabajando junto a un gran equipo en un hermoso proyecto: un sitio web de difusión de la actividad cultural de la ciudad. También pienso en armar una banda, publicar unos temas que tengo grabados y si queda resto, también unos textos.

EC: ¿Cómo te parece que evolucionó -o no- el quehacer cultural y artístico en Bariloche?

Martín “Carucha” Giménez: - No creo que hubieran evoluciones en este punto. La ciudad está llena de artistas muy buenos que no poseen espacio para mostrar lo que hacen. Confío en que este punto pueda mejorar con el correr del tiempo, pues se hace necesario contar con muchísimos más espacios para que todas las bandas, de todos los estilos, puedan expresar su arte.

Manuel Gutiérrez Arana: - Veo que todo en Bariloche (o casi todo) crece. Hay más autos, más rotiserías, más dentistas, más baches, más foodtrucks, más cervecerías, todo tiende a crecer. El arte, la música, el teatro y lo escénico son parte de este crecimiento. Lo dicen las personas que están viviendo desde hace muchos años en Bariloche. Dicen que hay “más movida” ahora. En ese sentido, hay un crecimiento, coherente con el del resto de la ciudad, que parecería no tener freno (por suerte).

Rubén Fernández: - Evoluciona por la polenta que le ponen los trabajadores de la cultura. Los músicos tocando donde se pueda, los teatreros estrenando sus obras, los murales que hacen los plásticos y la danza cada vez con más propuestas. Si tuviera que hacer un balance de todo lo que se produjo este año, seguro me olvidaría de mucho de lo que se hizo. Tomando solo las diferentes propuestas teatrales que se vieron, se ve el crecimiento que se da en esta ciudad. Desgraciadamente, esto no está dentro de una política cultural. Hay muchas propuestas pero no hay lugar para mostrarlas. Hay pocos lugares en los que se pueda ejercer nuestro trabajo. En el 77 vinimos con mi familia a vivir a Bariloche y había dos teatros, uno en la Biblioteca Sarmiento y otro en la escuela 16. Cuarenta y dos años después hay dos teatros: la Sarmiento y La Llave. Me gustaría saber por qué el intendente no quiso hacer el teatro público. Saber también por qué no se hizo la Fiesta de la Palabra. Tampoco sé qué editó la Editora Municipal (Bariloche). De parte de los trabajadores de la cultura, lo único que escuchamos o leemos son quejas. Todas fundadas en la necesidad de una política cultural. A la (ex) subsecretaria de Cultura se la premia con un cargo importante en la provincia y todavía no sé cuál fue su proyecto de cultura para nuestra ciudad. Leí que el Presupuesto para el 2020 es de seis millones de pesos o sea 500 mil por mes. No veo que la situación mejore. Y no quiero dejar afuera de esto a Provincia, de la que tampoco sé cuál es su proyecto en relación a la cultura.

Fran de Médicis: - Hace cinco años que vivo acá y lo veo crecer desde que llegué. Creo que tiene que ver con la cosmopolita y abierta que es la ciudad a las novedades.

EC: ¿Qué influencia te parece que tuvo la situación nacional en el ámbito cultural y artístico local?

Martín “Carucha” Giménez: - Creo que las situación económica y social sin duda ha influido en este punto, ya no solo por la falta de disponibilidad de recursos económicos por parte de quienes pueden llegar a asistir a los diversos espectáculos, sino también porque sostener el arte en casi todas las formas conlleva la erogación de dinero. Los artistas luchan a diario en este sentido, sin la total ayuda que sería necesaria para que puedan continuar con su desarrollo.

Manuel Gutiérrez Arana: - Desde lo gubernamental, tanto a nivel nacional como municipal, la cultura estuvo castigada, relegada. La Secretaría cayó a Subsecretaría, los presupuestos asignados al financiamiento de la cultura sufrieron el recorte y ajuste y eso impactó fuertemente en el sostenimiento de espacios culturales, grupos y elencos que no pudieron resistir los recortes por un lado y los aumentos (de luz sobre todo) por el otro. El cierre de la Casita Azul es un reflejo de las políticas que en lugar de apoyar, acompañar y pensar en soluciones, sancionan y dificultan el quehacer cultural. A la vez, como nos gusta tanto lo que hacemos y tiene tanto que ver con nuestra razón de ser, los colectivos de trabajo seguimos adelante haciendo lo que nos apasiona. Independientemente del apoyo que pueda darnos o no el gobierno.

Rubén Fernández: - Muchísima. Los precios de las entradas eran muy bajos y sin embargo, se vio una merma en la asistencia de público. La gente o no tenía plata o estaba preocupada por su situación económica. Creo que no tenemos real conciencia de lo que pasó en este último año. El 60 por ciento de inflación, la desocupación, el hambre, los presos políticos, salarios cada vez más bajos, el abandono de la educación pública, la deuda que creció de una forma única... El peor gobierno desde que se recuperó la democracia. Y la cultura no pudo escapar a esto.

Fran de Médicis: - Se siente mucho la necesidad de la comunidad de acercarse a la actividad cultural y eso deja en evidencia la falta de políticas que ayuden a ese desarrollo. La sala de teatro que nunca se terminó de construir, la falta de un terciario de música, las trabas burocráticas constantes al crecimiento de los espacios culturales y otro larguísimo etcétera. Creo que el vaciamiento cultural fue un plan de gobierno que se hizo sentir en todo el país, no fue inocente que se haya cerrado el Ministerio de Cultura, entre muchos ejemplos. Depende de la comunidad artística seguir ocupando y habitando espacios posibles para hacernos cada vez más visibles.

Adrián Moyano

Te puede interesar
Ultimas noticias