SOMETIÓ A SU PROPIA HIJA DURANTE OCHO AÑOS

| 09/08/2019

Ratifican condena de diecisés años para un padre abusador

Mariano Colombo
Ratifican condena de diecisés años para un padre abusador

La sentencia de un aberrante caso de abuso sexual ventilado en la justicia local fue confirmada luego de que el Tribunal de Impugnaciones de la provincia rechazara un recurso de la defensa oficial del acusado. Se trata de un sujeto de unos 50 años que se declaró culpable pero en todo el proceso reclamó una pena menor a la que demandó la fiscalía.

El involucrado fue condenado a la pena de dieciséis años de prisión como consecuencia de haberse declarado culpable por diversos episodios de sometimiento sexual a su hija, con una prolongación en el tiempo y una frecuencia estremecedora y fue el juez Carlos Mussi quien resolvió confirmar esa condena, impuesta tras un acuerdo parcial en el que no se discutió la culpabilidad, sino el monto de la pena a imponer.

La defensa oficial del acusado, reclamó que en la sentencia no se habían evaluado debidamente los atenuantes de imposición de pena y que solo se habían valorado agravantes.

En ese sentido desarrolló que no se evaluó que el acusado no tenía antecedentes y que colaboró en todo lo relacionado con el esclarecimiento de los hechos, desde su admisión responsable de la autoría, hasta la recolección de evidencia para el caso: ADN, autorización expresa de revisar computadoras, pen drive, teléfono y otros efectos. Entre otras consideraciones, solicitaron la aplicación del mínimo de la condena aplicable al caso, diez años. En ese sentido argumentaron que "la pena determinada exclusivamente conforme a la magnitud del delito es excesiva para los fines resocializadores de la misma".

Pero el fiscal Martín Govetto, pidió el rechazo de los planteos defensivos señalando que la escala penal contemplada por los hechos atribuidos establecía condenas de entre diez a cincuenta años de prisión, considerando justo el monto de dieciséis años que le impusieron.

Durante el desarrollo del juicio se rindió un informe elaborado por profesionales que intervinieron en el marco del trámite de la causa judicial, que revela que la víctima sufrió un trauma intenso y que padece a consecuencia diversos trastornos que indican que pese a haber cesado los episodios de abusos a los que fue sometida, su vida sigue en peligro. Por el contrario, la defensa aseguró que la víctima pudo rehacer su vida en la actualidad.

Según los hechos que el mismo acusado aceptó, sometió a la pequeña durante gran parte de su niñez y en el ingreso a la adolescencia. Los episodios comenzaron cuando la niña tenía apenas cinco años de edad y se dieron de forma reiterada y constante.

El padre de la criatura la manoseaba y la amenazaba para procurar su impunidad. Esos hechos fueron encuadrados en la figura de abuso sexual simple reiterado doblemente agravado por la convivencia preexistente y por el vínculo.

Envalentonado por los años de impunidad, la intensidad de los abusos fue aumentando. A partir de los diez años de la niña, los manoseos se transformaron en violaciones, que siguieron siendo reiteradas y sistemáticas y generalmente acompañadas de amenazas, intimidaciones y un fuerte contenido de violencia verbal.

La fiscalía logró fijar con exactitud varias violaciones de las que fue víctima la niña, aunque aseguró que se trataba de hechos repetidos en el tiempo. Por esos episodios que culminaron promediando el año 2017, cuando la chica tenía 13 años, el fiscal Govetto adjudicó también al acusado el delito de abuso sexual reiterado calificado por el acceso carnal y doblemente agravado por la convivencia y el vínculo.

Pero además el fiscal le reprochó al acusado el delito de promoción y facilitación de la corrupción de menores, agravada por la violencia ejercida, las amenazas proferidas y la ascendencia que tenía el acusado sobre su hija.

Durante el juicio que duró más de un mes, el acusado se declaró culpable ante los jueces Héctor Leguizamón Pondal, Marcelo Barrutia y Bernardo Campana, que en definitiva lo declararon responsable por esos hechos. La fiscalía y la defensa no lograron llegar a un acuerdo en relación a la pena a imponer, por lo que realizado el juicio en el que fue declarado responsable, fue necesaria la realización de una audiencia de cesura, en la que alegaron las partes y el tribunal fijó la condena que había planteado la fiscalía.

En su alegato, durante el juicio de cesura, el fiscal Govetto se había preguntado "¿Qué pena le corresponde a un sujeto que abusa de su propia hija desde los cinco años y la viola desde los diez?". Durante ese tiempo, el acusado ejercía sobre su hija, además de las situaciones de violencia sexual, otras tantas enmarcadas claramente en un contexto de violencia de género, con violencia verbal, psicológica y simbólica. Fue tanta la influencia que ejerció en la menor, que hasta logró convencerla de que "era su mujer", describió el fiscal.

Al momento de hacer uso de su derecho a pronunciar la última palabra del juicio, el acusado manifestó estar "muy triste con lo que está pasando en mi familia, pero me hice cargo". Dijo que en la cárcel hay "gente drogándose todo el día, borrachos de pastillas" y afirmó haber sido víctima de golpizas de parte de otros internos.

Mariano Colombo

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