DEMOSTRACIÓN DE FE EN EL FRUTILLAR

| 07/08/2019

Una jornada compartida en comunidad para celebrar el Día de San Cayetano

Textos: Susana Alegría / Fotos: Tonny Romano
Una jornada compartida en comunidad para celebrar el Día de San Cayetano
Final de la peregrinación.
Final de la peregrinación.

Este miércoles (7/8) durante todo el día en la parroquia San Cayetano del barrio El Frutillar se realizaron distintas actividades con motivo de la celebración del día del santo de la providencia, patrono del pan y del trabajo.

A las ocho de la mañana recibieron a los peregrinos y a partir de las 11 dio inicio la primera celebración de la misa, un par de horas más tarde, en el patio de la parroquia ubicada en Chocorí y Charcao, compartieron una de las ollas populares.

En el mismo predio se hizo un campeonato de fútbol para los chicos y chicas, que disfrutaron de un espacio que ha sido cercado y mejorado para convertirlo en una hermosa cancha.

A las 16 un centenar de personas se dio cita sobre Ruta 40 a la entrada del barrio El Maitén, desde donde comenzó la caminata de fe y esperanza rumbo a la parroquia. Un recorrido que se hizo encabezado por la imagen del santo, compartiendo distintas historias de vida, relatando tareas que se realizan en comunidad en pos de mejorar la calidad de vida de familias del Alto de nuestra ciudad.

No solo se hicieron pedidos sino que también, se acercaron para agradecer el contar con un trabajo digno. El padre Pepe Lynch comentó brevemente lo que ha significado estos once años de tareas en el Hogar Emaús, “Muchas iglesias abrían sus puertas para que los que no tenían un techo pudieran pasar la noche ya sea por estar peleados con sus familias o por sus problemas con el alcohol, todos ellos ahora conforman una gran familia y por eso vengo a decir gracias”.

El obispo Juan José Chaparro también tomó la palabra en una de las intervenciones de la peregrinación: “Es una alegría compartir este momento con todos ustedes, porque son quienes nos ayudan a caminar, a pegar este grito para que nos siga acompañando san Cayetano, que bendiga nuestro pueblo, nuestros hogares y nuestros trabajos”.

Una vez arribados a la parroquia, otro centenar de fieles esperaba para en comunidad, escuchar la misa. Luego continuó la sana costumbre de compartir, con un rico chocolate con tortas fritas, llevándose un suvenir realizado por las manos de las voluntarias que hace semanas, organizaron para que este 7 de agosto, sea una verdadera fiesta.

Un poco de historia

Cayetano de Thiene, era uno de los tres hijos del Conde Gásparo di Thiene y la condesa María Da Porto. Recibió su nombre en honor a un tío recién fallecido. Se retiró de la vida cortesana en 1513 y fundó una sociedad de sacerdotes y prelados, llamada el Oratorio del Amor Divino. Fue ordenado sacerdote dos años después.
En 1572 regresó a su ciudad, Vicenza, donde fue el fundador de un hospital para enfermos incurables y dedicó su vida a luchar contra la reforma protestante. En 1524 fundó la Orden de Clérigos Regulares Teatinos, tenía como objetivo renovar el espíritu y la labor misionera de los sacerdotes. Murió el 7 de agosto del año 1547, en Nápoles, a la edad de 67 años, desgastado de tanto trabajar por conseguir la santificación de las almas. En seguida empezaron a conseguirse milagros por su intercesión y el Sumo Pontífice lo declaró santo en 1671.

La última palabra siempre la tiene la vida

El padre Miguel Haag es el párroco de la capilla San Cayetano de El Frutillar. Agradeció a todos los que de distintas maneras hicieron posible una nueva celebración en este 7 de agosto. El lema fue ¡Con San Cayetano, seguimos andando por un mundo más justo!, “nos propusimos un nombre que invita a unir festejo y compromiso” citó.

“Este santo en su tiempo y en su lugar se conmovió frente al dolor de sus hermanos más desprotegidos y puso a disposición de ellos lo que sabía y tenía, su título de abogado, sus bienes y lo más importante, su vida”.

“Nosotros como comunidad siempre soñamos y queremos ser solidarios pero esta fiesta, nos invita a dar un paso más, la Justicia. Está bueno ser solidarios frente a un mundo tan desigual e injusto pero no nos alcanza y por eso no nos conformamos con solo compartir, también nos animamos a preguntar ¿por qué? y ¿qué podemos hacer?”.

“Aunque no podamos cambiar al mundo al menos queremos hacer lo que está a nuestro alcance, para que en nuestros ambientes la justicia sea una realidad presente. De nosotros depende.”

De su forma de pensar y disfrutar de la vida, ha salido una de las tantas frases de Haag que los fieles repiten y dan forma: “Siempre cuando se comparte, sobra”.

Textos: Susana Alegría / Fotos: Tonny Romano

Te puede interesar
Ultimas noticias