24/09/2018

Un líder inolvidable

Un líder inolvidable

Ya sea que alguna vez ocupemos un lugar de liderazgo o no, todos los seres humanos poseemos el potencial de liderar. Tanto nuestra propia vida como la de otras personas. Pero muchos ignoran cómo soltar dicha capacidad y hacerla crecer. Todos tenemos recursos para liderar, aunque muchos no lo sepan.

¿Qué significa liderar a otros?

Ayudar a esa persona a ser la mejor versión de sí misma, a adquirir seguridad y autoconfianza. Un líder de excelencia, ya sea que se trate de un maestro, un padre, un jefe o un amigo, colabora para que la gente que está a su alrededor descubra sus puntos fuertes y exprese: “Tengo una caja interna de recursos que no sabía que tenía”.

En todo grupo, existen distintas clases de personas. Te invito a considerar algunas de ellas:

• Nómades: Son los que no entienden la visión del líder. Es decir, la meta, el objetivo o el propósito que tiene. Aunque este se esfuerce, rara vez logrará que la lleguen a comprender. La persona nómade, tal vez, diga que sí pero después se vaya a otro lugar donde se sienta más a gusto.

• Seguidores: Son los que han captado la visión pero requieren ser motivados permanentemente, pues no son proactivos, no tienen iniciativa propia. La mayoría de la gente se halla en este grupo. Un seguidor es como una oveja que sigue al pastor y, si el líder no lo motiva todo el tiempo, podría irse también.

• Hacedores: Son los menos pues es ese porcentaje reducido de gente que acepta la visión no tiene que ser motivada y se dedica a hacer, aunque no se lo pidan (proactivos).

¿Las personas que están cerca tienen el deseo de ser como vos? ¿Admiran e intentan copiar tu energía, tu vitalidad, tu fuerza, tu determinación, tu voluntad firme para seguir adelante en todo momento? Todos podemos esforzarnos para liderar a otros y dejarles el mejor legado en sus vidas.

Pero muchos confunden el significado de la palabra líder. Creen que liderar, cuando ocupan un rol donde tienen gente debajo de ellos, es una oportunidad para maltratar a los demás. Por lo general, se llenan de orgullo e intentan sacar el mayor provecho de su liderazgo. De acuerdo a la actitud de la persona, podemos encontrar dos estilos diferentes de liderazgo. A saber:

1. Liderazgo radial

Se lo denomina así porque todos los miembros del grupo son como los rayos de una rueda de bicicleta. Se dirigen hacia el centro (el líder). ¿Cómo actúa alguien que ejerce este tipo de liderazgo? No confía en su gente y evita a toda costa que haya compañerismo. Una simple salida a comer puede interpretarla como una “conspiración para derrocarlo”. Esto se debe a que es una persona insegura que necesita controlarlo todo. Como resultado, no delega nada en nadie y exige que se le consulte todo. Siempre está a la defensiva y busca por todos los medios provocar tensión entre los demás.

Quien lidera a través del modelo radial es una persona paranoica. Teme inconscientemente ser atacado y desplazado por los demás. Cree que todo es una amenaza y tiene la sensación permanente de que algo negativo va a ocurrir. Si bien, en algunas situaciones, resulta útil ser desconfiado, el paranoico desconfía incluso de sus familiares y amigos. Por esta razón, no puede armar un equipo.

2. Liderazgo piramidal

En este modelo de liderazgo, la persona que está a la cabeza delega su autoridad. Está basado en la confianza, pues el líder es alguien seguro de sí mismo. Es así que establece un vínculo sano con su gente y todos saben que pueden confiar en el otro y que nadie va a robarle el lugar a nadie. Este tipo de líder forma personas independientes que luego pueden convertirse en líderes. Es decir, que les da el permiso para alcanzar el éxito e incluso superarlo.

Liderar a otros es hablar el mismo lenguaje que ellos, es comprender, es amar sin esperar nada a cambio. El propósito de todo líder debería ser motivar y ayudar al otro a crecer, lo cual lo convierte en alguien que ha dejado huellas.

Si tenés alguna consulta, podés escribirme a [email protected].

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