VUELVE A ESCENA UNA OBRA CON INTENCIÓN

| 15/08/2018

“No dejes de hablarme” reflexiona sobre los cuidados paliativos

“No dejes de hablarme” reflexiona sobre los cuidados paliativos
Colombo Paz y Pérez en el ensayo. (Foto: Soledad Dupuy)
Colombo Paz y Pérez en el ensayo. (Foto: Soledad Dupuy)

Es una propuesta que nació de la Fundación Ideas Paliativas en Acción. Sobre el escenario, trabajan Guadalupe Colombo Paz y Braulio Pérez. Funciones viernes y sábado.

Este viernes retornará a escena “No dejes de hablarme. Una obra sobre el después”, trabajo que se estrenara un año atrás a instancias de la Fundación Ideas Paliativas en Acción (IPA). La propuesta pondrá sobre el escenario a Guadalupe Colombo Paz y Braulio Pérez, quienes trabajan a las órdenes de Cecilia Meijide, responsable de la dramaturgia y también de la dirección. Habrá dos funciones: este viernes y sábado desde las 20 en la Usina Cultural del Cívico (Biblioteca Sarmiento).

Mientras sobre el escenario se producía un ensayo, El Cordillerano dialogó con Alejandro Nespral, una suerte de todo terreno detrás de la iniciativa. “Lo que tiene de peculiar es que la obra surge en el contexto de una ONG. Se llama Ideas Paliativas en Acción y nació hace tres años, somos del campo de los cuidados paliativos y generamos distintos proyectos artísticos, educativos y comunitarios para difundir la temática”, introdujo.

En su origen, “No dejes de hablarme” quería superar el hecho estrictamente artístico. “Como una estrategia y como una propuesta más, surgió hace un año y medio la idea de hacer una obra de teatro. No es tan extraño porque Guadalupe (integrante de la entidad) es actriz. A través de ella nos contactamos con Cecilia Meijide, una directora de Buenos Aires que terminó siendo quien escribió la obra. Ahí nos fuimos convenciendo de que la obra de teatro podía poner arriba del escenario temas de todos nosotros: la enfermedad, el amor, la vida, la muerte… Fuimos definiendo la temática, la idea y estrenamos en agosto del año pasado”, recordó.

Detrás del reestreno y de una pequeña gira que se avecina solo hay “mucho entusiasmo. Por ahí nos pasa algo parecido a los espectadores, que nos cuentan de mucha empatía y se identifican con los personajes. Nos mueve eso, nos entusiasma y nos genera mucha expectativa volver a mostrarla, así que estamos con ganas de que llegue el fin de semana”, confió Nespral.

Entonces, el recorrido fue distinto. “Empezamos convocando a Cecilia. Si bien nos conocemos y somos amigos, para ella, escribir una obra a la distancia y dirigirla era todo un desafío, porque trabaja en Buenos Aires. Primero pensamos de qué tema hablar y nos convencimos de que el duelo, uno de los temas que trabajamos en la Fundación, podía ser. Entonces, la pareja que compone la obra termina hablando del duelo”.

Ida y vuelta

Delimitado el asunto, “ella (Meijide) empezó a escribir, nos mandaba el material y nos pedía devoluciones, inclusive nos preguntaba algunas cosas técnicas de medicina: cómo se da un diagnóstico cuando es complicado, por ejemplo… Así se terminó de armar, viajó en dos oportunidades, los actores iban ensayando y ella terminó de entrenarlos. Para el elenco, buscamos en la ciudad lo mejor que encontramos: Braulio Pérez, que es un actor más vinculado al clown, al humor y a los niños, que acá hace una cosa más dramática. Guada también es actriz y fuimos convocando vestuarista, escenógrafo y la música también se hizo para la obra, así que se terminó armando un equipo súper lindo”, valoró el médico.

En cuanto a su hilo narrativo, “la obra trae temas como el dolor, la enfermedad o la muerte, pero no habla solamente de eso. Esos temas pueden ser comunicados o contados y pueden ser, si se quiere, un disparador reflexivo en un lenguaje artístico. A veces vemos que estos temas están medio escondidos o se hablan cuando te toca una experiencia de enfermedad. Entonces, el arte en general y el teatro en particular, puede ser un lenguaje para provocar”, valoró Nespral. “De hecho, la idea es provocar un debate posterior cuando termine la obra. Abrimos la charla con el público, para que diga qué le pareció, qué le despertó. Por eso, a veces lo llamamos teatro debate, porque más que un fin, termina siendo una excusa para que juntos como comunidad, podamos hablar”, resaltó.

En cuanto al lenguaje dramático, “es una mezcla en un período corto, porque dura 40 minutos, que pasa por momentos muy emotivos que quizá rocen la angustia pero también hay otros humorísticos y chistes, porque en el fondo, lo que está contando es la historia de una pareja, que podría ser la de cualquiera de nosotros. Cuando en una pareja, uno de ellos está enfermo, tampoco es que se habla todo el día de eso, entonces hay mucha cotidianeidad. Discusiones sencillas del tipo: ¿dónde está tal cosa? ¡Si la dejé apoyada acá! ¿Dónde la pusiste? Y después, momentos muy profundos”, avisó.

“No dejes de hablarme” continuará con su prédica. “Tenemos ganas de que la vea más gente y la expectativa de una pequeña gira, porque vamos a ir a El Bolsón y a Esquel. Que siga siendo un disparador para hablar y pensar… Recuerdo una anécdota: una familia la vino a ver y dos semanas después nos dijo que la obra estaba buena, que no se acordaban tal parte pero que había permitido en familia sacar un tema y resulta que un tío estaba enfermo… Nosotros pensamos un producto artístico que esté lindo, para eso hacemos lo mejor que está a nuestro alcance y que siga siendo un medio para dejar una semillita”, pidió Nespral. Van por más.

Un poquito de todo

Cuando el cronista arribó a la Biblioteca Sarmiento, Alejandro Nespral estaba detrás de la consola de sonido. “Soy parte del equipo de la Fundación, ayudo un poquito en la producción, en la difusión y en detalles detrás de escena: que esté la escenografía, el contacto con la prensa, hablar para llevarla a otro lado… Somos muy poquitos y todos hacemos un poco de todo, pero trato de que los actores estén enfocados en actuar”, explicó.

A pesar de su familiaridad con el teatro, “tenía poco y nada de experiencia, hice algún taller perdido por ahí, pero me gusta estar más de este lado. Me encanta como actúan ellos y me parece que como en cualquier arte o disciplina, se nota cuando alguien está formado y sabe hacerlo”, valoró, en relación a Guadalupe Colombo Paz y Braulio Pérez.

Después de las funciones del año pasado, a título de devoluciones, pasaron “muchas cosas. Nosotros trabajamos en cuidados paliativos en el hospital (zonal Ramón Carrillo) y vinieron algunos pacientes a ver la obra. A veces, la historia que cuenta, es casi la de un paciente. Teníamos entre dudas y expectativas. ¿Estaremos bien haciendo dramáticamente lo que el otro vive en la realidad? No sé si esas no fueron las devoluciones más ricas… A una mujer que la vino a ver le pasa algo muy parecido a lo que plantea la obra, entonces estábamos muy pendientes de qué nos iba a decir. Y terminó diciendo algo muy sencillo: gracias. Como la pudo ver mi marido, a ver si entiende lo que a mí me pasa… Eso no estaba en nuestros planes: contar algo de lo que es la experiencia de atravesar una enfermedad” casi en términos concretos.

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