22/04/2024

Un estudio científico demuestra que las caricias y abrazos tienen efectos positivos

Un estudio científico demuestra que las caricias y abrazos tienen efectos positivos

Un nuevo estudio científico publicado en la revista Nature Human Behaviour ha confirmado lo que muchos intuíamos: el contacto físico, a través de caricias y abrazos, tiene efectos beneficiosos en la salud física y mental de las personas. Este estudio, que se basó en más de 200 investigaciones previas y que contó con la participación de más de 13.000 personas, reveló que el contacto físico es capaz de reducir el dolor, la depresión y la ansiedad en los adultos.

El tacto es el primer sentido que desarrollamos al nacer y es nuestra experiencia más directa con el entorno físico y social. A lo largo de nuestras vidas, utilizamos el contacto físico para mostrar cariño, apoyo emocional o consuelo a nuestros seres queridos. Sin embargo, este estudio demuestra que va más allá de un gesto de amor: tiene un impacto real en nuestra salud.

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Cuando recibimos una caricia o un masaje, nuestro sistema nervioso central libera sustancias relacionadas con el placer, como la serotonina, las endorfinas y la oxitocina. Al mismo tiempo, se reduce la producción de cortisol, la hormona del estrés. Esta combinación de reacciones químicas contribuye a mejorar nuestro bienestar físico y mental, según explica la psiquiatra Pilar López.

El estudio también reveló que los beneficios del contacto físico son mayores cuando se realiza en la cabeza, específicamente en la cara o el cuero cabelludo. Esto se debe a que esta zona del cuerpo cuenta con una mayor cantidad de terminaciones nerviosas y es donde más se siente la tensión causada por el estrés o algún trauma.

Otro dato interesante que arrojó este estudio es que existen diferencias culturales en la forma en que se vive el contacto físico. Las cohortes sudamericanas obtuvieron mayores beneficios para la salud en comparación con las norteamericanas y europeas. Según el psiquiatra Jerónimo Saiz, esto se debe a la importancia que se le da al contacto físico en diferentes culturas.

Además, el estudio reveló que los pacientes con enfermedades físicas o mentales obtuvieron mayores beneficios del contacto físico en comparación con personas sanas. Esto se explica porque estas personas suelen sentirse más aisladas y estigmatizadas, por lo que el contacto físico les brinda un mayor consuelo y bienestar.

Si bien aumentar el número de sesiones de contacto físico se asoció con mejores resultados en depresión, ansiedad y dolor en adultos, alargar la duración de las sesiones no tuvo el mismo efecto positivo. Los investigadores sugieren que esto se debe a una habituación en el cerebro o al potencial de reducir el agrado del tacto al aumentar la exposición.

Es importante destacar que el contacto físico debe ser deseado y consensuado. Recibirlo sin consentimiento puede generar estrés y malestar, lo que va en contra de los efectos positivos. Por otro lado, la psiquiatra Pilar López señala que si bien el contacto físico tiene un valor curativo, no debe sustituir el tratamiento médico adecuado. Sin embargo, establecer relaciones humanas cálidas, tanto con el médico como con nuestros seres queridos, puede contribuir a aliviar el dolor, tanto físico como mental, concluye López.

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