El museo de Geología y Paleontología Dr. Rosendo Pascual estaba ubicado en Villa Los Coihues. Su propietario era Rodolfo Corsolini, quien ante una inminente clausura decidió cerrar sus puertas. En febrero de 2019 declaró a El Cordillerano: “No voy a permitir la humillación de la faja de clausura, por eso lo cierro antes”. Sin embargo, con el correr del tiempo, no fue una humillación la que cayó sobre él, sino una orden de captura internacional por contrabando, puesto que al mudarse a España, decidió camuflar las piezas para llevarlas consigo.

El museo

El museo había abierto sus puertas en 1995 y era reconocido a nivel internacional por las miles de piezas con las que contaba. El Municipio le exigía una habilitación comercial, a lo que Corsolini se negó rotundamente.

Fue por ello que le llegó una nota oficial con el fin de cesar con la actividad, bajo apercibimiento de ley, firmada por el juez administrativo Gustavo Contín. “La propuesta fue un plazo para cerrar el museo y como no voy a permitir la humillación de que me pongan una faja de clausura, lo cierro antes”. Al respecto, muy desganado, comentó: “La vida, como las melodías, comienzan y terminan, bueno, mi museo también, ahora estamos en otro proyecto, veremos si lo podemos llevar adelante”.

Evidentemente ese “otro proyecto” era mudarse a España y montar allí el museo, pero no fue así como lo anunció en 2019. Simplemente comentó que la idea era montar una exposición en ese país, representando a Río Negro.

Corsolini afirmó en ese momento: “La ley dice que todas las piezas son de mi propiedad a pesar de que la 3041 dice que somos tenedores precarios, la ley nacional habla de los propietarios de colecciones privadas”. La ley también cita que él se las puede vender al Estado: “De no poder adquirirlas, las podría vender a particulares” dijo, aunque no son estas sus intenciones. “Mientras yo esté vivo, los fósiles no se venden y son míos”.

“Tengo una edad bastante avanzada y lo único que quiero es vivir en paz, si a uno en su hogar lo maltratan, lo insultan y lo agreden, se va, eso es lo que estoy haciendo ahora, yéndome”.

Contrabando

Rodolfo Corsolini cumplió con su palabra de cerrar el museo y radicarse en España, pero convencido de que el material del Rosendo Pascual era de su propiedad, lo cargó en un contenedor, al cual declaró como "mudanza" y se lo llevó.

Cuando ese contenedor partió hacia Murcia, generó la sospecha de que transportaba fósiles, por lo que inmediatamente la Aduana argentina solicitó al servicio aduanero español que a su arribo realice un exhaustivo control de la carga.

Como resultado del operativo, se detectaron huesos fósiles de dinosaurios y mamíferos, huevos de dinosaurios y abundantes cantidades de troncos fósiles e invertebrados, todos pertenecientes al patrimonio cultural de Argentina.

Especialistas del Museo de Ciencias Naturales "Bernardino Rivadavia", junto a científicos españoles, certificaron que parte de lo incautado en el puerto de Valencia era material fósil original procedente de Argentina, algo que está protegido por la Ley 25.743 de Protección del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico.

Finalmente, las más de 6400 piezas están nuevamente en Bariloche, en manos del Museo Paleontológico Bariloche, y sobre Rodolfo Corsolini hay una orden de captura internacional.