Creó una red de mujeres afrolatinas, fundó el Centro de Mujeres Afrocostarricense, fue la primera vicepresidenta mujer de Costa Rica, encabezó la Comisión de Alto Nivel sobre Salud Mental y COVID-19 de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y preside en la actualidad el Foro Permanente de Personas Afrodescendientes de las Naciones Unidas. Epsy Campbell Barr se destaca por su activismo antirracista.

Cuando empezó en la década de los 90 litigó contra actos de racismo y de discriminación en la corte constitucional de su país. Una de las tantas batallas fue contra los textos burlones y malintencionados, herencia neocolonial que desprecia a unos sobrevaluando a otros, en donde siempre salen indemnes los de tez clara. No es casual que sea víctima de muchas noticias falsas. Su militancia molesta.

En el 2005 creó el Parlamento Negro de las Américas, una iniciativa para mejorar la calidad de vida de la población de ascendencia africana de la región. Participaron 100 delegados de 22 países. Entre sus principios está el de promover políticas y hacer propuestas a los distintos gobiernos para superar el racismo, así como hacer visible la presencia de los afrodescendientes en nuestra sociedad, impulsar acciones de integración y reivindicar los derechos humanos y la equidad de género. No se trata solo de cupos, sino también de reparaciones históricas a esas comunidades.

El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) la nombró en 2019 como "Campeona" para la estrategia "Generación Sin Límites" por su compromiso con los niños, niñas y jóvenes del continente. Un año después impulsó el Día Internacional de los Afrodescendientes, lo que fue aprobado por la ONU. Activista incansable.