Mujeres suizas se manifestaron una vez más solicitando se visibilicen y enmienden las desigualdades sociales, sobre todo las de género. Este 14 de junio unas trescientas mil personas pertenecientes a colectivos feministas y de diversidades de género salieron a las calles de Berna, Zúrich, Basilea, Ginebra y Lausana, entre otras. Una verdadera marea violeta irrumpiendo en la calma civilidad helvética. Contaron con el apoyo de la Unión Sindical Suiza (USS) quienes negociaron que las trabajadoras del sector público puedan movilizarse sin sanciones salariales.

Los antecedentes sobre los derechos de la mujer en ese país muestran una marcha lenta. Recién en 1971 las mujeres pudieron votar a nivel federal, aunque algunos cantones se oponían. El 14 de junio de 1981 se incorporó en la Constitución suiza la igualdad entre hombres y mujeres en materia de derechos. 

Diez años después se hizo la primera huelga de mujeres para reclamar paridad en los salarios ante la falta de cambios. En 1990 Appenzell Innerrhoden fue el último cantón de la Confederación en aceptar el voto femenino, en este caso por una orden judicial de la Corte Federal Suprema. El porcentaje femenino en la representación parlamentaria sigue siendo baja, aunque en el 2010 por un año pudo ser presidida por una mujer.

La lista de reivindicaciones solicitadas empieza por el cambio del sistema patriarcal y capitalista, la reducción de la jornada laboral (a 30/35 horas semanales), licencias parentales por un año, mejores salarios y pensiones para vivir dignamente, la abolición del sistema privado de seguros médicos, una política de asilo y medidas concretas para combatir la violencia y la discriminación. En su web oficial [ https://www.14juin.ch/ ] explicitan “las mujeres continúan percibiendo salarios y pensiones más bajos que los de los hombres. Asumen más trabajo no remunerado y siguen sufriendo discriminación y acoso. De una vez por todas, ¡las cosas tienen que cambiar!”.

Las estadísticas oficiales muestran que las mujeres cobran menos que los hombres, con una brecha salarial del 43,2%, ubicando a Suiza entre los 3 países europeos más desiguales. Con respecto al acoso laboral, además de pedir que se apliquen las convenciones vigentes, exigen que Suiza ratifique y aplique el Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo contra la violencia sexista laboral.

Uno de los países más ricos del planeta debe revisar sus propias cuentas.