“HORAS MÁGICAS” EN EL SCUM HASTA EL 13 DE JUNIO

| 08/06/2023

Elena Gamez y su gusto “por la intensidad que vibre”

Elena Gamez y su gusto “por la intensidad que vibre”
Elena y sus paisajes. Foto: Facundo Pardo.
Elena y sus paisajes. Foto: Facundo Pardo.

Su exposición abarca considerable diversidad temática, aunque las obras tienen como elemento en común el gran colorido. Si bien pinta desde niña, en los últimos años se sumó al taller de Juan Ferrarini.

Elena Gamez tituló “Horas mágicas” a su exposición. Hasta el próximo martes (13 de junio), los paneles del SCUM (Moreno y Villegas) se dejan habitar por una multitud de máscaras, por coloridos retratos de niños y niñas, por la intimidad de paisajes capaz reconocibles, por flores espléndidas y por unas llamativas puertas que permanecen abiertas. También es considerable la cantidad de obras expuestas, en cuya creación seguramente la expositora invirtió aquellas “horas mágicas”.

Por estos días, la artista pone a consideración “un collage de mis obras, el trabajo de unos cuantos años”, le dijo a El Cordillerano. “Digo collage porque tengo muchos temas, desde retratos a paisajes, flores, portales y máscaras. Es variado, porque en realidad me gusta pintar todo, entonces, hay temporadas en las que empiezo con una serie, por ejemplo, de retratos, porque me encantan y después, paso a los paisajes”, ilustró.

En su secuencia personal, “lo último son los portales: puertas y ventanas, como manera de entrar en otro mundo o de salida. Me empecé a fascinar con la luz que se puede ver a través de ellas y con los otros espacios, adonde uno puede entrar, salir o pasar a otro nivel”, expresó Elena, un tanto enigmática. “Ahora, el trabajo es seguir buscando dentro mío lo que quiero expresar”.

Más allá de la amplitud temática, hay elementos en común en toda su producción. “Me gusta el color, la intensidad, que vibre. Me gusta que haya mucha luminosidad y en los retratos, trato más que nada de enfocar en la mirada. Me gusta la figura humana, sobre todo los chicos, me encanta retratarlos. También en las flores hay algo que está dentro que se va abriendo y mostrando, va dando una transparencia”, describió la artista.

Las flores de la artista se extienden a la vereda de SCUM. Foto: Facundo Pardo.

La mirada de Elena Gamez es más bien “universal. De Bariloche o patagónicos son las flores y los paisajes, porque me encantan. Cuando tengo esa racha del paisaje, siempre hay agua, está presente siempre en los paisajes”, describió. En definitiva, puede interpretarse a la muestra en curso como “una recopilación. Estoy juntando y mostrando un poquito de cada cosa, un poco de todo lo que a mí me llega. Siempre hacia lo profundo, trato de verle la parte psicológica a todo”, sostuvo.

La relación entre la pintora y el arte existe “desde que era niña. Empecé cuando tenía 5 o 6 años a dibujar o pintar. Cuando se ponía a trabajar mi papá, en aquel entonces los vidrios se fijaban con masilla”, evocó. “Yo le saqué un pedacito y me puse a modelarla e hice una cara, que era un payaso. Otra vez estaba trabajando con yeso en una pared, le pedí un poco que todavía estaba fresco y con alambre, hice el esqueleto de un caballito, lo fui recubriendo e hice un caballo con yeso. Ya desde entonces, me llamaba muchísimo el arte”, resaltó.

Claro que “después no paré más. Toda mi vida trabajé y viví del arte, porque estudié Bellas Artes y con distintos profesores. Durante 15 años di clases de dibujo y pintura y tuve muchísimos alumnos. Hace unos años, uno de ellos vino a exponer a la Argentina porque se fue a vivir a Estados Unidos y recordaba lo que yo le di para hacer. Sus trabajos se basan en lo que le enseñé, si bien es profesor de Bellas Artes. En su infancia, yo fui su profesora y lo recordaba. Entonces, me dio mucha emoción”, compartió.

Elena está entre nosotras y nosotros “hace 6 años. Me hija se vino a vivir acá hace 14 y mi primer nieto nació acá, así que me tiró y tuve que venirme”. Antes de dar vida a “Horas mágicas” en el SCUM “había expuesto en sala Frey y acá con mis compañeras, porque voy al taller de Juan Ferrarini, que es el curador y armó toda la exposición. Divino, excelente persona, más allá de ser un gran profesor”, ponderó la pintora. El gris prevaleciente en estos días hace que más resalte el colorido de sus obras.

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