En la última jornada del acontecimiento titiriteros, habrá cinco funciones: dos en Moma, una en el Camping Musical y dos en el hotel Nevada.

Desde temprano para que en el cronograma entren cinco funciones, se despedirá el domingo (21 de mayo) el Festival Internacional de Títeres Andariegos. Las obras abordarán las preguntas a veces incómodas que se hacen niños, niñas y niñes al crecer; la búsqueda de un gato que confunde a la Luna con un queso; vínculos con la educación sexual; experiencias oníricas y la búsqueda de un tesoro inca. Aquí, algunos datos que ayudarán a armar la agenda.

Desde las 16, la titiritera Julia Sigliano pondrá a consideración del público menudo “El mundo de Dondo”, una obra sin restricciones de edad, que podrá disfrutarse en Moma, el reducto de Melipal. Las técnicas combinan títeres de mesa, de boca, dibujo en vivo y máscaras, en “un recorrido profundo, sensible y sincero por las preguntas que los chicos se hacen sobre lo que significa nacer y crecer”.

En ese marco, “Dondo es el protagonista, al que conocemos desde la gestación y el nacimiento hasta los primeros años de su vida. Compartiremos con él los desafíos de crecer y aprender. El retablo gira como un cubo mágico y se transforma en diferentes espacios: la panza de mamá, el cuarto del bebé” o “los sueños”, anticipa la sinopsis. La titiritera reside en Lincoln (provincia de Buenos Aires).

A partir de las 17 en el hotel Nevada, irá “Un gato a rayas”, propuesta que trajo a Bariloche el grupo Foco a la Mano, procedente de Unquillo (Córdoba). Es un espectáculo apto para todo público, que se creó a partir del cuento “El gato que quiso comerse la Luna”, de Javier Villafañe. Se desarrolla con títeres de mesa, planos, bocones, narración oral y música. Ya pudo verse en el primer fin de semana del festival.

Según la sinopsis, “un gato a rayas vive en un departamento de un edificio de siete pisos. Una noche decide salir por la ventana. Quiere saber qué hay más allá de sus cuatro paredes, dónde termina esta ciudad y, sobre todo, qué es ese círculo blanco y brillante que aparece en el cielo y se va rodando sobre los edificios”. Entonces, “un recorrido nocturno con sus dificultades y sus aprendizajes lo llevará del bullicioso centro de la ciudad hacia zonas más alejadas donde, después de unas pocas casas, comienza el inmenso campo”.

Luego a las 18, se pondrá en escena “¿Qué pasaría si…?”, creación de la Compañía Insólita para todo público, que se ofrecerá en Moma. En su trama, “Lili y Hugo tienen 8 años y muchas preguntas: ¿por qué para algunas cosas soy chica y para otras soy grande? ¿Por qué tengo ganas de gritar? ¿Por qué soy diferente a los demás? ¿Por qué no tengo ganas de jugar?”, plantea el argumento.

En ese marco, “buscando encuentran una pregunta mágica: ¿Qué pasaría si...? Y como una llave mágica encontrarán respuestas jugando con la imaginación, una aventura sobre las emociones, la identidad, el cuerpo, la amistad, la diversidad”. Se trata de “un espectáculo que busca la creación de una caja de herramientas que ayude a difundir la Ley de Educación Sexual Integral (ESI) en escuelas” y en “el espacio público”. La Insólita también es de Lincoln.

Igualmente a las 18 pero en la sala del Camping Musical Bariloche, irá “Cabeza de aire”, el aporte al festival del Teatro del grupo Ilusiones animadas. Es una obra para mayores de 5 años que tuvo origen en “la necesidad de compartir experiencias, conocimientos y espacios de creación entre la compañía Roberto White que reside en el País Vasco” y el elenco que mencionamos, proveniente de Córdoba.

A partir del intercambio entre vascos y cordobeses, “el desafío-deseo fue realizar un espectáculo para público general, en el que se pudieran contar, sin palabras, experiencias oníricas, de ilusiones, de magia, creando imágenes que se re signifiquen, con la idea de que hay vida dentro de la vida y que todo puede sorprendernos, que todo puede revelarse”, destaca el adelanto.

Le tocará al grupo Foco a la Mano cerrar la edición del festival, desde las 18:30 en el Nevada. En la ocasión, volverá a compartir “Quri Qala. El tesoro de la montaña”, un espectáculo para mayores de 3 años que se vale de títeres de mesa, planos y narración oral. “Cuenta la leyenda que el tesoro de los Incas está enterrado en todos los lugares y en ningún lugar. Quri y Qala recorren la montaña en busca de su llamita perdida mientras sueñan con poder ver el oro escondido”.

No obstante, “el Sol, la Luna y las piedras cuidan el tesoro para que nadie lo toque. El tesoro escondido de los Incas en tiempos de Atahualpa es una de las historias precolombinas que aparecen dentro de esta obra como un paisaje imaginario que permanece hoy en día gracias a las tradiciones orales que lo mantienen vivo”, según el adelanto del elenco, proveniente de Córdoba. Con sus títeres, se apagarán las luces de la sala, para volver a encenderse el año que viene.