Juan Pablo Vera (39), actualmente alojado en el Establecimiento Penal 1 de Viedma, admitió su culpa en un juicio abreviado y sumó otra condena por un año de prisión efectiva, por un hecho encuadrado en la figura de amenazas que cometió mientras estaba detenido y alojado en el Penal 3 de Bariloche.

De acuerdo a la acusación de la fiscala Betiana Cendón, el hecho investigado ocurrió el día 10 de septiembre de 2021, cuando Vera se encontraba alojado con prisión preventiva en la cárcel local y valiéndose de un teléfono celular le envió mensajes por diversas vías a un testigo, al que le manifestó una serie de amenazas.

"Boludo rescatate conmigo, resolvé esto porque te al mando a poner"; "Ya hablaste gordo, te vas a comer un tiro, fue, me jugaste mal"; "Si quedo pegado con tu declaración te mando a hacer mierda, te juro", entre otras frases intimidatorias que provocaron profundo temor en la víctima.

La fiscala Cendón resumió que en el caso había reunido prueba clara ""que en caso de ir a juicio seguramente implicaría una pena mayor a la que hoy vamos a acordar, que es de un año de prisión".

El defensor oficial Nelson Vigueras consideró acertado el acuerdo de juicio abreviado y le sugirió a Vera que lo acepte, lo que finalmente así ocurrió.

El sujeto, había sido condenado a la pena de catorce años de prisión tras declararse culpable por el brutal crimen de Rodrigo Navarro, que cometió mientras gozaba de prisión domiciliaria en el marco del cumplimiento de varias condenas previas que habían sido unificadas en 16 años de prisión.

Vale recordar que en el año 2000, cuando Vera era apenas un adolescente y permanecía alojado en el instituto roquense El Maruchito, donde se albergaba a menores en conflicto con la ley, escapó de los controles y ya en Bariloche, protagonizó un violento asalto armado al comercio Casa Lucas, ubicado en calle Santa Cruz, a pocos metros de Elordi. Tras una rápida intervención policial, Vera se vio acorralado y se trabó en un duro enfrentamiento armado con los uniformados que lo perseguían. Resultó herido de gravedad y sufrió secuelas permanentes que lo dejaron en silla de ruedas de por vida.

Cumpliendo la condena por ese hecho y por otros que sumó en el tiempo, gozaba del beneficio de la prisión domiciliaria por su estado de salud y en esas circunstancias, en diciembre de 2020, procuró embriagar a Rodrigo Navarro con el propósito de disminuir su capacidad y tras largas horas de bebidas, visitas a otros domicilios y trámites bancarios, golpeó a la víctima en la cabeza, abdomen derecho, tórax izquierdo, ambos miembros inferiores, en la cara y en la frente, provocándole diversos traumatismos, para finalmente efectuarle dos disparos en la cabeza, desde atrás y a poca distancia, con un arma de fuego presumiblemente calibre 38.

Para intentar ocultar el hecho, Vera convocó a dos personas que ya fueron condenadas por encubrimiento. Janet Lagos Ruíz (tres años de prisión en suspenso) y Martín Páez (cuatro años y seis meses de prisión efectiva). Finalmente, cargaron el cadáver en el vehículo del fallecido y luego lo arrojaron por un barranco cercano al domicilio.