Carlos Iván Castro fue condenado en el marco de un juicio abreviado a la pena de un año y diez meses de prisión efectiva, tras declararse culpable por varios hechos delictivos que correspondían a diversas causas, pero que fueron unificadas para el desarrollo de un juicio único.

El fiscal adjunto Facundo D´Apice acusó a Castro por un hecho ocurrido el 9 de diciembre de 2021 en horas del mediodía, cuando aprovechó la distracción de un obrero que trabajaba en una obra ubicada en pleno centro de la ciudad, en Moreno y Quaglia, y le sustrajo una sierra circular y una mochila con otros elementos de trabajo.

Apenas unos minutos después, la víctima con sus compañeros recorrieron las inmediaciones para intentar dar con el autor del hecho, a quien previamente habían individualizado por el registro de cámaras de seguridad y dieron con el sujeto a pocos metros, dando intervención a la Policía de inmediato. Así, uniformados de la Comisaría Segunda del Centro Cívico procedieron a la detención en cercanías de los carritos de comida rápida que se ubican en la esquina de Moreno y Urquiza.

D´Apice también le atribuyó a Castro un hecho ocurrido en plena Nochebuena del 2021, cuando, escalando un paredón medianero, logró ingresar a un domicilio por una de las ventanas ubicadas en el segundo piso y se apoderó de un televisor, cien mil pesos chilenos, una notebook y un teléfono celular.

Mientras ejecutaba su accionar su presencia fue advertida por testigos que convocaron a la Policía, que logró detenerlo en cercanías del cementerio municipal, luego de haber descartado el televisor en su huida. No obstante, las autoridades encontraron en su poder el dinero sustraído.

Castro también fue imputado por otros tres delitos que ocurrieron el 1 de noviembre de 2022.

De acuerdo a la imputación primero trepó un cerco de rejas hasta alcanzar el balcón de un primer piso, forzó una puerta balconera y depositó diversos elementos en una valija que tomó de la vivienda: una notebook con su cargador, una tablet, un par de zapatillas, camperas, remeras, pantalones, relojes, anillos y otros elementos, además de 28 mil pesos.

Cuando el acusado se aprestaba a arrojar la valija desde el balcón y consumar el robo, llegó el propietario y ambos se trenzaron en un forcejeo del que el delincuente pudo zafar. No obstante, producto del cruce con el damnificado, en la escena quedó el teléfono celular del delincuente, lo que permitió fácilmente su individualización posterior.

Luego de ese primer robo frustrado, Castro ingresó al predio de Vialidad Nacional ubicado en la intersección de Onelli y Elflein, se dirigió a una oficina sin ocupantes y aprovechando que la puerta estaba abierta intentó apoderarse de 45 mil pesos y diversos elementos que pertenecían a los empleados. Luego, se dirigió a uno de los camiones que estaba estacionado en el predio y fue sorprendido por el personal de la repartición, que lo redujo hasta el arribo de personal policial.

En esas circunstancias, al ser requisado por los uniformados, encontraron que llevaba consigo varios elementos que ese mismo día habían sido sustraídos del interior del garaje de una vivienda cercana. Según la acusación, tenía una riñonera con varios compartimentos que contenía una cámara digital, un trípode, binoculares, un par de herramientas, una linterna y un handy de radioaficionado y la cédula de identidad del damnificado.

De manera que el sujeto fue acusado en el orden cronológico de la descripción anterior, por los delitos de hurto simple, hurto agravado por su comisión con escalamiento, robo agravado por su comisión con escalamiento en grado de tentativa, hurto simple en grado de tentativa y encubrimiento por receptación sospechosa.

La Fiscalía propuso la realización de un juicio abreviado, ante la importante evidencia colectada contra Castro, a cambio de una pena de un año y diez meses de prisión efectiva, y la declaración de primera reincidencia, ya que el acusado había sido condenado en julio de 2016 a la pena de cinco años de prisión por el delito de robo agravado por el uso de arma de fuego.