El juez de Garantías Víctor Gangarrossa tuvo por reformulados los cargos que el fiscal Gerardo Miranda atribuyó a Héctor Bastías y además, extendió la prisión preventiva de carácter domiciliario que venía cumpliendo. Están trabajando para darle una salida aternativa al caso, pero la fiscalía anticipó que no cederá de un pedido de prisión efectiva para el responsable del hecho.

En el marco de una audiencia de reformulación y revisión de la prisión preventiva que pesaba sobre Héctor Bastías, acusado por el delito de homicidio culposo agravado, por su responsabilidad en el siniestro que costó la vida del joven artista Galo Glyn Ramos, el juez Gangarrossa hizo lugar a los planteos de la fiscalía.

Bastías había estado inicialmente imputado por el delito de lesiones graves habilitándose una investigación formal por cuatro meses, pero tras el deceso de la víctima se produjo un cambio en la carátula del caso, reformulándose los cargos bajo la figura del homicidio culposo.

Al ser imputado por la fiscala Betiana Cendón, el acusado había manifestado un pedido de disculpas a la familia y tras la acusación, se había dispuesto que permanezca detenido con prisión preventiva domiciliaria, con la utilización de un dispositivo electrónico de monitoreo.

El hecho sufrió diversas modificaciones hasta el día de hoy, cuando el fiscal Gerardo Miranda anunció que están trabajando con las partes para dar una salida alternativa al caso y que han logrado definir el modo en que ocurrió el hecho, posiblemente de manera definitiva.

La tarde de navidad pasada, Bastías conducía un Ford Escort a la altura del kilómetro 14,200 de la Avenida Bustillo en dirección hacia el centro de la ciudad. Imprevistamente invadió el carril contrario e impactó de frente contra la motocicleta que conducía el joven artista conocido como Galo, quien sufrió entre otras lesiones un traumatismo de cráneo grave que le ocasionó el deceso posteriormente.

Según se determinó en la acusación, la conducta de Bastías fue "imprudente, negligente y antirreglamentaria", ya que "estaba en estado de ebriedad". La pericia estableció que tenía 1,29 gramos de alcohol por litro de sangre. Según el médico policial que lo revisó, "no podía mantener su estabilidad y había síntomas claros de que esta persona estaba alcoholizada manejando un vehículo". Además, otras personas que circulaban por el lugar, aportaron en la causa que aunque el tránsito estaba congestionado, el conductor del Ford Escort intentaba avanzar.

Como antecedente, además, se citó una alcoholemia positiva que le realizaron al acusado en julio de 2022. En la ocasión le había dado 1,43 gramos de alcohol por litro de sangre. Por el hecho no había pagado la multa había sido inhabilitado administrativamente de manera momentánea para conducir.

Para el fiscal Gerardo Miranda la investigación está agotada, pero como se fijó un plazo de investigación que vence a fines del mes de abril, está trabajando junto a la defensa para lograr una salida alternativa.

El defensor particular Pablo Calello no se opuso a los planteos fiscales.
Según el relato de los testigos, luego de ocurrido el siniestro el acusado nunca se acercó a la vícima y se manifestaba enojado por los daños que había sufrido su vehículo y además tomaba agua de manera constante para mejorar su condición procesal y bajar el nivel de intoxicación alcohólica.