COLUMNA ABIERTA
| 12/12/2022Luchadora ucraniana que pone sus esfuerzos en resaltar los crímenes de guerra
Oleksandra Vyacheslavivna Matviichuk es una abogada ucraniana de 39 años que lidera el Centro para las Libertades Civiles desde el 2007. En 2012 ingreso al Consejo Asesor del Comisionado de Derechos Humanos del parlamento nacional de Ucrania; coordinó la iniciativa cívica Euromaidan SOS luego de la violenta represión en la Plaza de la Independencia del 2013 para brindarle asistencia legal a las víctimas, recopilando y analizando información sobre los hechos. Luego puso sus esfuerzos en la liberación de presos políticos. Escribió informes para las Naciones Unidas, la Unión Europea y para la Corte Penal Internacional.
Oleksandra fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2022 junto con el grupo de derechos humanos ruso Memorial, una de las organizaciones más antiguas y reconocidas del país, y a Ales Bialiatski, jefe del grupo de derechos humanos bielorruso Viasna. Bialiatski, está encarcelado a la espera de un juicio con una sentencia de 12 años en prisión. Ni siquiera pudo enviar su discurso. Su esposa Natalia Pinchuk ira a la ceremonia de premiación y hablara en su nombre. En diciembre de 2021 la Corte Suprema de Rusia clausuró Memorial. En esas tierras la represión es implacable.
Tras la invasión rusa de este año ella puso sus esfuerzos en los crímenes de guerra, incluso solicitó armas para la liberación y defensa del territorio. "Debemos impedir otros daños a las infraestructuras civiles. Y requerimos sistemas de defensa antiaérea. Necesitamos otro tipo de equipo militar que pueda ayudarnos a defender nuestro cielo", declaró la abogada. Algo no funciona bien en el sistema internacional cuando las agresiones militares persisten a pesar de las sanciones.
El Centro para las Libertades Civiles ha reunido más de 24.000 registros de crímenes de guerra (tortura, fosas comunes, violaciones, asesinatos) así como la apropiación de niños en todo el territorio. Lo consideran una muestra del plan ruso, ya que Putin ha dicho que la nación, el estado, la cultura y el idioma ucraniano no tiene derecho a existir, lo que algunos analistas consideran el principio de un genocidio. Oleksandra se obstina ante este escenario difícil: “Necesitamos respuestas para todos estos crímenes, pero estoy segura de que es posible”. Claro que es posible.