“QUÉ LO PARIÓ A LOS GRINGOS, ¡VENIRSE AL CUETE!”

| 20/11/2022

La Vuelta de Obligado, una derrota que se canta en aire de triunfo

La Vuelta de Obligado, una derrota que se canta en aire de triunfo
"Angostura del Quebracho, ¡de aquí no pasan!"
"Angostura del Quebracho, ¡de aquí no pasan!"

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Creó la canción una dupla llamativa: el folklorista Alberto Merlo y el sibarita Miguel Brascó, más conocido por su pasión por la cultural gourmet que por sus inquietudes anticolonialistas.

En el cancionero popular argentino no hay mucho lugar para obras que recuerden gestas históricas, pero la batalla cuya conmemoración dio origen al Día de la Soberanía Nacional es una excepción. En efecto, aquel hecho de armas que si bien terminó en derrota, abrió el camino a la retirada de la flota anglo-francesa, está descripta no solo por textos históricos, sino por “La Vuelta de Obligado”, un triunfo, en términos folklóricos.

Su letra es tan escueta como significativa: “Noventa buques mercantes / veinte de guerra / vienen pechando arriba / las aguas nuestras. Veinte de guerra vienen / con sus banderas. Angostura del Quebracho / de aquí no pasan. Qué los parió a los gringos / juna gran siete / navegar tantos mares / venirse al cuete. ¡Qué digo venirse al cuete! Ahijuna con los franceses / quién los pudiera. A ver, vos Pascual Echagüe / gobernador es / que no pasen los franceses / Paraná al norte. / Pascual Echagüe los mide / Mansilla los mata”.

Intérprete de unas de las versiones más difundidas en los 70, Alfredo Zitarrosa grabó “qué los peló a los gringos”, en lugar de “qué los parió”. La popularidad del ícono uruguayo y el tono adecuadísimo de su voz alimentó en su oportunidad una confusión e hizo pensar que él mismo era el autor. Pero el triunfo de “La Vuelta de Obligado”, que hoy quizá difundan las radios, fue compuesta por una llamativa dupla: el folklorista Alberto Merlo y el especialista en vinos y cultura gourmet Miguel Brascó.

El primero se llamó en realidad Aquilino Candelario Merlo, vivió entre 1931 y 2012 y fue considerado un baluarte del canto surero. Compositor y guitarrista, vino al mundo en Santa Fe, de padre y madre de origen italiano pero naturalizados. El ambiente rural en el que creció imprimió de forma indeleble en sus inquietudes los ritmos folklóricos tradicionales: milongas, huellas, estilos y zambas.

Comenzó en el profesionalismo como intérprete de tangos y luego se radicó en Jesús María (Córdoba). Suya es la música de “La Vuelta de Obligado”, pero la letra, es obra de Brascó, cuya imagen pública más recordada parecería incoherente con inquietudes anticolonialistas. En efecto, en la década de 1970 fue director de la revista de la tarjeta de crédito “Diners” y de “Status”, una publicación que consagraba sus páginas al erotismo y la cultura gourmet.

Pero su trayectoria fue tan prolongada y diversa que, en 1984, recibió el Diploma al Mérito Konex de los Premio Konex, en el rubro Literatura de Humor. También editó revistas muy recordadas, como “Claudia” o “Cuisine & Vins”, entre otras. Llegó a desempeñarse en el canal Gourmet de la televisión por cable, donde relataba en espacios cortos, historias de vinos y de lugares vitivinícolas célebres. Inclusive franceses.

La grabación por parte de Merlo data de 1974, el mismo año en que, a instancias del historiador revisionista José María Rosa, se declaró al 20 de noviembre como Día de la Soberanía Nacional. Sin embargo, la efeméride recién adquirió status de feriado por decisión de la expresidenta Cristina de Kirchner. Movible, claro, para alimentar el movimiento turístico en el país.

El enfrentamiento tuvo lugar en 1845, cuando una flota, en realidad anglo-francesa, forzó con éxito las defensas que había extendido las tropas de la Confederación sobre el río Paraná, a la altura de la localidad de San Pedro. La agresora era una escuadra considerable: 22 buques de guerra y otros 92 mercantes, con los cuales las potencias colonialistas más importantes de la época, pretendían comerciar favorablemente en el Litoral argentino y más al norte.

El saldo fue gravoso para los defensores de la Vuelta de Obligado: 250 muertos y 400 heridos. En la flota invasora, solo se registraron 30 víctimas fatales y 86 heridos, pero estuvo detenida en el paraje más de 40 días. Al emprender su regreso, fue atacada nuevamente desde tierra. Hay que recordar que París y Londres apostaban a la construcción de un nuevo “tapón” entre la Argentina y Brasil, como dos décadas antes habían logrado con Uruguay. Pero en esta ocasión, las metrópolis coloniales no pudieron salirse con la suya. Quizá por eso escribió Brascó: “Qué los parió a los gringos […] ¡venirse al cuete!”

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