La diputada pasa por un momento de salud de muchas complicaciones y esto se lo debe en gran parte a su nueva labor dentro de la politica.

"No te hagas mala sangre", te dicen cuando te enojas o frustras por algo y cuando se es chico no se toma dimensión de que eso es tal cual. Ahora esa "mala sangre" se puede traducir en estrés, el mal que aqueja a todas las personas hoy en día y que puede manifestarse de muchas formas.

La manera en como siente en lo que se embarca, hace de Amalia Grananta una mujer corajuda que va a fondo con sus convicciones, con lo que le interesa y se mete en el papel hasta donde puede y más, poniendo en riesgo su salud.

Desde hace tres años que es diputada representando a la provincia de Santa Fe y está metida en el mundo de la política, cumpliendo con sus labores como debe ser, asistiendo a cada sesión porque para ello la votaron.

Pero todo este trajín la metió en un espiral de estrés que la está teniendo con muchos problemas de salud como ella misma contó en una charla con LAM. "A mitad de año casi me muero por la anestesia, me dio un pico de estrés mientras me operaban", reveló.

Lee también: Amalia Granata calificó de “pantomima” el atentado a Cristina Kirchner: diputados pedirán su expulsión

Asimismo manifestó que su relación con el mundo de los médicos era el normal, pero ahora todo cambió: "Yo soy una persona que no va al médico, simplemente voy al ginecólogo una vez al año, mamografía, ecografía, chequeo general de lo que se hace una mujer y nada más".

A raíz de este infortunio con la anestesia y su pico de estrés, la visita a los médicos es constante: "Ahora me la paso en los médicos, tengo retención de líquido, tomo pastillas para la circulación, gastritis, gastroenterocolitis a cada rato, contracturas, dolores de cabeza seguido".

Lee también: Amalia Granata dio detalles de cómo está Viviana Canosa tras el escándalo de América

"La verdad que no puedo más, tengo una chica que a hacerme reiki para armonizarme", confesó Amalia, quien tiene apenas 41 años, pero que claramente su nueva labor le está poniendo en jaque su salud.

Para cerrar contó una historia de calores que la preocupó: "Arranqué con los calores y pensé que era la menopausia, pero tengo 41 años. El otro día estaba cenando y me emepecé a sofocar, pensé que se me prendía fuego el cuerpo y el ginecólogo me dijo que era estrés. No me amarga esto, pero me pasó que en los últimos 3 años visité al médico más que en toda mi vida"