DESPUÉS DE DOS AÑOS DE PARÉNTESIS PRESENCIAL

| 08/09/2022

Volvió Septiembre + Bariloche = Arte

Volvió Septiembre + Bariloche = Arte
En primer plano, un pupitre que añora Remmy Calancha. Foto: Facundo Pardo.
En primer plano, un pupitre que añora Remmy Calancha. Foto: Facundo Pardo.

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Con la mirada puesta en la inminente apertura de La (casa) Bachmann como nuevo espacio para exposiciones, el trabajo de las y los plásticos se reparte entre el SCUM y la sala Frey. Inauguró el martes último.

Después de dos años de ausencia, volvió a las salas Septiembre + Bariloche = Arte, la forma que tiene la Asociación de Artistas Plásticos de celebrar la finalización del clima hostil y anticipar la llegada de las estaciones más benévolas. Como antes del paréntesis pandémico, las y los expositores distribuyeron sus obras en el SCUM (Moreno y Villegas) y en la sala Frey (Centro Cívico), seguramente con el espíritu animado: desde el 21 de septiembre podrán disponer de la renacida Casa Bachmann para ampliar la oferta artística.

Quizá se recuerde que, durante el bienio complejo, la AAPB no estuvo del todo ausente, ya que en noviembre último había incursionado en el ámbito de las muestras virtuales. El anhelo se concretó a través de www.artsteps.com, una plataforma especializada que tiene base en Londres. Buena parte de quienes fueron de la partida en aquella oportunidad, muestran ahora presencialmente, los mismos trabajos.

Además, se sumaron otros y otras artistas y unos pocos, no participan de la renovada versión de “Huellas”, tal el nombre de la propuesta. En los dos espacios, reciben a les visitantes dos textos: uno que explica a grandes rasgos, qué pasó con el quehacer artístico durante la reclusión que generó la situación sanitaria. El otro, enumera varios significados de la palabra en cuestión, que viene del verbo hollar y en su primera acepción alude a la “señal que deja el pie del hombre o del animal en la tierra por donde pasa”.

Cuando se ingresa al SCUM, el visitante tiende a enfrentarse con las vívidas miradas de “Lucía” y “Antonia”, dos precisos retratos de Mónica Miliauskas que reproducen rostros de ancianas. Sin transición, el recorrido puede continuar con los tres aportes de Miguel Ángel Vitaliti, quien, sin abandonar del todo la figuración, incorpora elementos que recuerdan al cubismo y otros lenguajes más cercanos a trazos geométricos.

Remmy Calancha convoca a buscar refugios en intimidades domésticas, mediante coloridos homenajes “A las mascotas”; a la infancia y a los pies que precisamente, son en definitiva los que imprimen su sello a las huellas. En tanto, Blanca Valiñas persiste en su compromiso con las memorias patagónicas de corto y largo plazo. En “Genocidio invisible”, la o el espectador harán bien en leer detrás del alambrado de púas, una de aquellas “historias tristes” que llegaron a nuestros días en los relatos orales mapuches. Insistente, la artista revisita una vez más Trelew y la masacre de 1972 en “Huellas que florecen”.

Perla León reproduce la belleza que pueden tener las atmósferas invernales en sus acuarelas y Carlos Iriarte insiste con su invocación a la resiliencia, aunque en esta ocasión, no haya explicitación: el escultor pone a consideración del público tres pequeñas piezas a las que no titula, confeccionadas a partir de objetos que fueron encontrados entre las cenizas de un incendio.

"Genocidio invisible", de Blanca Valiñas. Foto: Facundo Pardo.

Cerca de sus trabajos y quizá, con calculada continuidad, se despliegan tres obras vibrantes que llevan la firma de Alfredo Varela Wonnacott y que se inspiraron en los desgraciados incendios que castigaron a la Comarca Andina del Paralelo 42 un año y medio atrás: “Árbol en llamas”; “Fisiología del grito” y “La huida”. La perspectiva feminista no podía estar ausente, gracias a la contribución de Silvina Russo y sus collages-acuarelas.

La artista incluyó una reflexión muy llamativa: “menos del 5 por ciento de las obras expuestas en los museos de artes son de artistas mujeres, sin embargo, el 85 por ciento de los desnudos son femeninos”. La exposición en el espacio de Moreno y Villegas cierra -según el arbitrario recorrido de este cronista- con Patricia Balmaceda y “Huellas mente”, una abstracción de predomino violáceo.

El segmento de “Huellas” que se instaló en el SCUM se podrá visitar hasta el próximo 16 de septiembre, de 9 a 20. Para conocer qué se puede apreciar en la sala Frey, por favor ver la otra publicación al respecto de El Cordillerano. Y que aficionados y aficionadas al arte en Bariloche agenden: el 21 de septiembre se inaugurará la primera muestra en La Bachmann, como la AAPB ya comenzó a llamar a su futura sede.

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