SE PRESENTÓ LIBRO SOBRE LA TRAGEDIA DEL CERRO VENTANA

| 04/09/2022

Cómo continúan con sus vidas las y los sobrevivientes, 20 años después

Cómo continúan con sus vidas las y los sobrevivientes, 20 años después
La presentación arrancó con audios de los protagonistas e imágenes del Ventana. Foto: Verónica Moyano.
La presentación arrancó con audios de los protagonistas e imágenes del Ventana. Foto: Verónica Moyano.

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La obra se titula “Nadar para arriba” y tiene como autora a la escritora Verónica Battaglia. En su epílogo, ofrece unas líneas sobre el presente de aquellos y aquellas estudiantes que vivieron y cuentan la historia del penoso acontecimiento.

Algunos abandonaron la carrera o tardaron mucho en recibirse. Otros se especializaron en socorrismo u otras profesiones cercanas a la montaña y la naturaleza. Están quienes atribuyen responsabilidad al entonces profesor Andrés Lamuniere y los que señalan a la fatalidad como única culpable. Además de compañeros y compañeras de estudios, perdieron novios, amigos y hasta hermanos.

Con el presente de Liliana Alonso, Maxi Warnes, Gustavo Vega, Nicolás Olmedo, Juan Pablo “El Gato” Rinaldi, Nicolás Lemos, Patricia Palazuelo, Marisa Santos, Zacarías Maripán y Juan Carlos Antuña finaliza “Nadar para arriba” (Griselda García Editora-2022), el libro en cuyas páginas Verónica Battaglia reconstruye la tragedia del cerro Ventana. El trabajo se presentó el último jueves en la sala de prensa de la Municipalidad, al cumplirse 20 años del episodio, que costó la vida a nueve estudiantes universitarios.

La primera tuvo que hacer años de terapia. “Mucho tiempo se sintió culpable por haber sobrevivido a Adrián”, indica la reconstrucción de la escritora. La culpa refiere a Adrián Mercado, una de las víctimas fatales. En 2002, eran novios y si cabe la palabra milagro, hay que aplicarla para explicar la suerte que corrió Liliana, quien a pesar del tiempo que ya había transcurrido bajo la avalancha, fue rescatada con vida. Ahora trabaja como preceptora en una escuela del Alto.

Después de un tiempo de residencia en Estados Unidos, Warnes se radicó en Barcelona. “Ahora tiene tonada catalana, vive con su mujer y su hijo en España”, informa el libro. Todavía piensa que su amigo y compañero de cuarto, Fabricio Vaccari, podría estar con vida porque “la noche anterior dudamos de ir a la salida”, porque estaban los dos muy cansados. Fue él quien instó a ser parte: “Estuvimos ahí en el momento justo, a la hora indicada”, lamenta.

Por su parte, Gustavo Vega “vive en Bariloche con sus padres. Su habitación está en la planta alta que da a la calle Piedras Blancas, en el barrio Quimey Hue. Cuando se anotó en la carrera tenía diecinueve años. Nunca había estado en una cima blanca y sin huellas”, reconstruyó Battaglia. En la actualidad, “trabaja como preceptor en una escuela a pocas cuadras de su casa”. Es que “hay muchos profesores de Educación Física en Bariloche y no hay tantos cargos, pero está cómodo así”.

Battaglia (a la derecha de la imagen) charló durante la presentación con la colega Violeta Moraga. Foto: Verónica Moyano.

Nicolás Olmedo “no pudo terminar la carrera. Cada vez que juntaba las fuerzas para retomar, cambiaban los planes de estudio. Ahora vive en Junín de los Andes con su mujer y su hija. Trabaja como guardafauna provincial y en sus ratos libres practica pesca con mosca. Tiene tatuado en su antebrazo izquierdo el cerro Ventana con un cielo de nueve estrellas y un círculo que representa a todos los compañeros de la camada del 2002”.

Académicamente, la historia de Juan Pablo Rinaldi es similar: “Tampoco logró terminar la carrera. Amaba la montaña” y “esa tarde en el Ventana se quedó a ayudar a sus compañeros. “Lo primero que pensé fue que los chicos se estaban cagando de risa, como si hubieran resbalado por un tobogán gigante. El escenario que encontramos fue otro. El infierno se había vestido de blanco”. Ese panorama dantesco está descripto en las primeras páginas de “Nadar para arriba”.

Nicolás Lemos “tuvo que aprender a vivir solo, sin Martín, su gemelo. Hacían todo juntos, hasta las compras en el almacén”, dice la trama que reconstruyó Battaglia. Resolvió terminar el Profesorado de Educación Física en Neuquén. “Como si se sacara de encima la carga de un náufrago aprobó una de las últimas materias y las más difícil: Legislación de la actividad física y deporte, donde el caso de la avalancha del Ventana era un contenido a evaluar”.

Informa el libro que Patricia Palazuelo “fue una de las pocas estudiantes del 2002 que se recibió a tiempo”. En el presente, se desempeña como guardaparque en San Juan, donde vive con su pareja y dos hijas. “Algunos profesores no entendían nuestro tiempo de duelo. La universidad se dividió en dos bandos: los que estaban en contra de Andrés Lamuniere y los que estaban a favor. Se quería hacer desaparecer la carrera de Educación Física. Esa parte me hizo mal”.

“Cuando terminó la carrera, se formó como pistera socorrista con la intención de aprender y evitar una situación así”, informa el texto para Marisa Santos. “Andy cometió un error técnico clave, pero por eso no es una mala persona. Sabe que se equivocó”, opinó 19 años después, al momento de la entrevista. Como se había fracturado la tibia unos días antes, Marisa no participó de aquella salida. “Ahora vive en Esquel y trabaja como instructora en la Asociación Argentina de Guías de Montaña”.

No es la postura de Zacarías Maripán, quien inicialmente figuró en el listado de víctimas fatales. “Andy era la palabra autorizada”, le dijo a Battaglia en un bar céntrico. “El profesor de profesores. Su palabra era inobjetable frente a la ingenuidad e inexperiencia de sus alumnos. Lo que le pasó a Andy fue un exceso de confianza”, consideró. Tiene dos hijos y trabaja como profesor en escuelas secundarias de Bariloche.

A Juan Carlos Antuña, el epílogo de “Nadar para arriba” apenas la dedica poco más de dos líneas. Es profesor de tenis y “le dio clases a la mujer actual de Andy Lamuniere”. También vive en la ciudad “con su mujer y su hijo”, cierra el capítulo. Una obra valiente que reconstruye aquella dolorosa bisagra que, según muchas de las voces participantes, dividió en dos la historia del montañismo en el país.

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