DECLARACIÓN DE UNO DE LOS INVESTIGADORES

| 13/06/2022

Días antes de la desaparición el pastor dio un sermón polémico: “La paga del pecado es la muerte”

Días antes de la desaparición el pastor dio un sermón polémico: “La paga del pecado es la muerte”
Foto: Matías Garay
Foto: Matías Garay

El relato de Federico Valenzuela Campos, policía que encabezó la investigación sobre el asesinato de Micaela y que se encuentra suspendido porque fue investigado sobre el secuestro y muerte del oficial Lucas Muñóz, durante una nueva jornada del juicio oral contra Angélica Paine dejó algunos puntos interesantes sobre lo ocurrido durante la investigación. Fue designado especialmente al caso y se abocó durante meses a la recolección de pruebas y testimonios.

Recordó que en un momento elevó un pedido de allanamiento a dos amigos de Vargas, porque aparecieron los dos aportando pruebas en el marco de esa investigación paralela que montó Vargas. Se refirió concretamente al hallazgo de “unas cuerdas y la huella de calzado que se encontró en el hotel abandonado de Villa Mascardi, que se correspondía con el calzado de la víctima. “Esto acrecentó las sospechas hacia Vargas” dijo Valenzuela al recordar que “Ellos fueron al hotel abandonado y lo llamaron a Poblete diciendo que encontraron una huella”.  Teniendo como hipótesis que esos elementos fueron plantados, el 12 de mayo 2016 Valenzuela firmó un pedido de allanamiento que elevó ante el por entonces juez de Instrucción Ricardo Calcagno.

Además, Valenzuela remarcó que “Lo de la iglesia me llamaba mucho la atención, el contenido de los sermones que se daban en la iglesia. La prédica del pastor Vargas -padre de Patricio-, días antes de la desaparición de Micaela fue “la paga del pecado es la muerte”.

También aportó el testigo que en la suela del calzado del cadáver de Micaela Bravo había tierra “que no se correspondía con la de la zona en la que se halló el cuerpo”, según un informe que Valenzuela conoció tras la remisión del mismo por parte del fiscal Fernández.
Además, entre tantas otras versiones, Valenzuela recibió un anónimo que indicaba que a Micaela Bravo la “subieron a una camioneta Fiat Strada”, por lo que tras revisar el tráfico de llamadas del entorno de Vargas, también se pidió un allanamiento a otros miembros de su grupo familiar.

Otro policía

Gustavo Painefil, trabajaba la noche en que se denunció la desaparición de Micaela Bravo en la Unidad 42 y tomó la exposición policial que realizó Patricio Vargas junto a la madre de Micaela. Indicó que durante esa noche fueron surgiendo elementos que llevaron a tomar distintas declaraciones testimoniales en el transcurso de la noche, y comenzó a surgir “que existía una amenaza previa de parte de Angélica Paine, por lo que fue citada a declarar".

Esa misma madrugada Painefil efectuó comunicaciones “para informar lo ocurrido y buscando instrucciones”. Las mismas eran hacia jefes policiales y al fiscal de turno César Lanfranchi. Relató que aquel día se quedó varias horas después de haber terminado su guardia, “tomando testimonios y elaborando informes” e inclusive fue hasta el hotel para recabar algún dato que oriente la pesquisa. Además, esa misma madrugada requirió autorización para realizar un allanamiento en la vivienda de Paine, que se realizó horas después con la presencia de los fiscales Martín Govetto y César Lanfranchi, la división canes de la Policía, el Gabinete de Criminalística y pese a la minuciosa inspección del domicilio, el resultado fue negativo.

 

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