11/04/2022

"No a la guerra, paren la guerra, no crean en la propaganda, les están mintiendo"

"No a la guerra, paren la guerra, no crean en la propaganda, les están mintiendo"

En las guerras modernas el manejo de la prensa es fundamental, no importa que tan certeras sean las noticias que se difundan. Así lo anticipó en Grecia, hace 2.500 años, Esquilo quien decía que “la primera víctima de la guerra es la verdad”. La guerra de Vietnam demostró que la opinión pública puede cambiar con rapidez al ver como los propios soldados caen.

En la Rusia de Vladimir Putin todo, absolutamente todo, parece estar controlado: los opositores caen presos por causas diversas o se les impide presentarse a elecciones por tecnicismos; los disidentes mueren de causas extrañas; está restringido el derecho a asociarse; la prensa no es libre, los periodistas reciben amenazas; los defensores de los derechos humanos corren riesgos de toda índole; las manifestaciones públicas suelen estar prohibidas; los servicios de inteligencia advierten con rapidez cualquier descontento; a los presos se los maltrata y tortura; en Chechenia hay denuncias de desaparición de personas; la violencia doméstica es un tema no abordado; al colectivo LGBTI se lo discrimina. La lista sigue, los informes de Amnesty Internacional no dan lugar a dudas.

Por eso se valora el gesto de Marina Ovsyannikova, editora y periodista de televisión, quien interrumpió el programa de noticias Vremya (Tiempo) del Canal 1, uno de los más vistos, con un cartel contra la invasión de Ucrania "No a la guerra, paren la guerra, no crean en la propaganda, les están mintiendo". Una estocada al Kremlin que tuvo una rápida reacción. Una nueva ley prohíbe llamar a la acción militar de Rusia en Ucrania como "invasión" o "guerra", solo puede decirse que es una "operación militar especial" que tiene como objetivo "desmilitarizar" y "desnazificar”. Luego del incidente estuvo unas horas sin ser ubicada. Ella relato que pasó dos días sin dormir y que fue interrogada durante 14 horas seguidas sin asistencia legal. La justicia le impuso por ahora una multa de 30.000 rublos.

Antes del incidente grabó un video: "Estoy avergonzada de haberme permitido decir mentiras desde la pantalla del televisor. Avergonzada de haber permitido que los rusos se convirtieran en zombis. Simplemente observamos en silencio este régimen inhumano". Ella es hija de un ucraniano y una rusa, y madre de dos niños.

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