CUANDO SE APUESTA A PLENO Y SE ACIERTA

| 03/01/2022

Un visionario que incursionó en la digitalización de menús meses antes de la llegada del COVID

Un visionario que incursionó en la digitalización de menús meses antes de la llegada del COVID

Un hijo de salvadoreños nacido en Washington que recala en la Argentina por cuestiones laborales y, luego de varios años, al ir a tomar una cerveza junto a un amigo en Buenos Aires, tiene una idea relacionada con los bares, para evitar todo el embrollo de pasar por la caja, abonar, y luego dirigirse a la barra, retirar la bebida, y, peor aún, en caso de querer tomar otro trago, tener que hacer toda esa cadena nuevamente.

El proyecto arranca muy lento…

Y de pronto, la pandemia.

Lo que a otros hundió, a esta nueva empresa le vino –en lo económico- de maravillas.

Fue -y es- un boom.

Podría ser el argumento de una película, pero es lo que le pasó a Jonathan Rivas, que en la actualidad tiene treinta y seis años.

“Llevo una década en la Argentina. Vine por trabajo. Estaba en un banco y me enviaron acá. Luego me fui de esa institución y empecé mi primer emprendimiento, que todavía existe, aunque yo ya no estoy en el día a día: una empresa de consultoría que da servicios al sector financiero, como por ejemplo a casas bursátiles”, cuenta Jonathan.

“Justamente, con mi socio, Augusto Hassel, nos conocimos hace ocho años, cuando lanzó su primer emprendimiento, llamado Puerto Finanzas, que era una red social financiera”, explica.

¿Pero en qué se tradujo aquella salida nocturna cervecera?

Él lo explica: “Somos una empresa de gastronomía tecnológica (aunque los servicios ahora ya están yendo más allá del rubro de comidas y bebidas), en la que damos un servicio de software y digitalización de menús gratis para restaurantes, que tiene una vertical de integración de pagos”.

En tal sentido, apunta: “Estamos integrados para abonar por Mercado Pago, así como a través de nuestra propia procesadora de pagos”.

“La idea es que cualquier establecimiento, como un restaurante o una cafetería, pueda armar el menú y recibir pagos totalmente sin contacto”, añade.

Además, aclara: “No obligamos a nadie a bajar una aplicación para utilizar el servicio. Si vas a un restaurante, simplemente escaneás el código QR y te muestra diferentes menús, dependiendo de cómo el local prefiera armarlo -de salón, take away o delivery-; es gratis para el cliente y también para el dueño. Por lo único que cobramos es por la asociación que tenemos con Mercado Pago, se trata de una comisión por el procesamiento”. 

Sobre el servicio, que hace ya tiempo se utiliza en varios locales gastronómicos de Bariloche, Jonathan dice que ha comenzado a usarse en acontecimientos de otra índole. Por ejemplo, el emprendimiento fue parte de la Fiesta Nacional del Inmigrante en Oberá, Misiones, y en distintos encuentros de venta de productos navideños.

También trabajan con las llamadas “dark kitchens”, o cocinas a puerta cerrada, un concepto ligado a las empresas de reparto de comida a domicilio. Estos “restaurantes fantasmas” elaboran los platos solo para enviar a través de las plataformas de delivery. 

Jonathan anuncia que, en base a la demanda, continuarán añadiendo distintas formas de pago. Además, informa que pronto ingresarán en el mercado paraguayo.

–Si bien el proyecto surgió antes, al llegar la pandemia, ¿qué sucedió? Porque, a diferencia de muchos emprendimientos que se vieron perjudicados, para ustedes debe haber significado un impulso.

–Efectivamente. La pandemia nos dio una ventana a un crecimiento muy grande. Para que se tenga una idea, prepandemia veníamos con un nivel de desarrollo muy lento, y ahora nuestro crecimiento es de alrededor del veinte por ciento por mes. Nos enfocamos en la digitalización de menús, ya que muchísimos locales no podían -y algunos aún no lo hacen- dar menús impresos. Además, al cambiar tan seguido los precios, los establecimientos no tienen que gastar para imprimir, simplemente entran a su tablero de servicios y pueden cambiar la información.

En cuanto a la denominación de la empresa, que se llama Parra Payments, Jonathan -que dice estar “totalmente instalado” en el país- recuerda: “Nos encontrábamos definiendo varias ideas, entre ellas el nombre, cuando mi socio dijo: ‘Elegí cualquiera pa’arrancar…’. Y así nació… Primero fue una broma, luego nos gustó”.

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