DINA HUAPI

| 27/10/2021

Tras los entredichos por las cloacas, la falta de agua y luz caldeó más los ánimos

Tras los entredichos por las cloacas, la falta de agua y luz caldeó más los ánimos
Foto: Municipalidad Dina Huapi.
Foto: Municipalidad Dina Huapi.

La situación de Dina Huapi, sin energía y agua potable a partir de los vientos fuertes del domingo, servicios que comenzaron a volver paulatinamente a partir de la noche del martes, no hizo más que enrarecer un “clima” que de por sí ya era bastante complicado tras las idas y vueltas en torno a la temática vinculada a las cloacas, cuestión que, hace un tiempo, provocó que gran parte de su población se planteara con firmeza con el fin de que los proyectos que giraban sobre esa cuestión no lograran -al menos hasta ahora- el apoyo para que alguno de ellos se concretara.

El martes, cuando aún no se había solucionado el problema donde se aunaban agua y luz, comenzaron a llegar rumores de que los pobladores estaban yendo al río Limay para abastecerse.

Justamente, Nelson Pachao, uno de los vecinos que se opuso más acérrimamente contra la idea de la planta depuradora, no sólo certifica la versión, sino que detalla que él mismo fue uno de los que recurrió al río: “Tuve que ir con bidones al Limay”, afirma.

“Nos querían convencer de que instaurarían las cloacas con un sistema que iba a contar con un respaldo de un grupo electrógeno, por lo que no podía fallar… Y ahora, sin embargo, con un corte de luz, pasa esto… Se supone que si dicen que van a tener un respaldo para aquello, también deberían tenerlo para esto”, considera.

“Estamos en un pueblo, donde el servicio fracasa teniendo, como tenemos, tres espejos de agua: los ríos Limay y Ñirihuau, y el lago Nahuel Huapi”, aprecia, para luego manifestar que, ante esas condiciones, “el agua debería estar asegurada”.

“Quien provee el agua es la municipalidad, por lo tanto la responsabilidad es suya, y debería contar con un grupo de respaldo ante situaciones como esta”, asevera.

“Mucha gente perdió un montón de cosas por no tener luz, por ejemplo la mercadería de las heladeras”, comenta.

“El sistema de agua está instalado, entonces demostrá que tenés capacidad y operatividad, porque me es difícil creer que vamos a contar con un sistema de respaldo para las cloacas cuando no lo hay para el agua”, remarca.

Más allá de todo, recalca que él se opone “a una red cloacal, es decir a un sistema central que junte todo, que lo acumule”.

“El bypass del que hablan, por más que las cosas abajo funcionen bien, si hay un problema arriba, en la planta, hace que tiren todo al lago, y nosotros no queremos eso”, expresa. 

Otro que desde un primer momento se opuso a los proyectos de redes cloacales en Dina Huapi ha sido el reconocido ecologista Alejandro Beletzky, quien remarca la contradicción de no poder asegurar el servicio de agua mientras se aspira a un sistema que, para muchos –incluido él–, implicaría un riesgo ambiental: “Lo que sucede es una locura: una ciudad que se pretende turística, de avanzada, con alta calidad, que tiene la intención de ampliar su ejido, no posee planificación. ¿Cómo no se previó la existencia de una casilla con grupos electrógenos para abastecer de agua? Si imaginamos lo que hubiese pasado con una supuesta planta de tratamiento deberíamos pensar en que, desde hace tres días, se estaría volcando líquido cloacal directo al lago”, sostiene.

“Esta fue la cuestión principal por la cual los vecinos reclamamos ante los organismo internacionales: falta el criterio básico de pensar qué sucede ante determinados imprevistos”, afirma.

“Es una muestra de incapacidad: en una ciudad donde hay ríos -y el Ñirihuau es un gran río- cómo no hay un buen acueducto que, por lo menos, mantenga las condiciones básicas, y que el bombeo sea complementario. Sin embargo, optan por poner una bomba que, si se corta la luz, no anda”, expone.

“La intendenta (Mónica Balseiro), en vez de movilizarse para ampliar el ejido, tendría que hacerlo para realizar un acueducto que saliera desde dentro del Parque Nacional, por sobre toda la villa del Ñirihuau, de manera que esa agua llegara lentamente por pendiente”, desarrolla.

“Los proyectos que se hacen absurdamente, sin prever las variables a tener en cuenta, hablan de una mirada cortoplacista, desinformada y con poco criterio urbano”, opina.

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