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La noticia de su fallecimiento comenzó a circular en la tarde-noche del sábado. El titular de Teatrantes resaltó su contribución al teatro barilochense y los aportes a sus dirigidos y dirigidas.

Como actor, Adrián Beato trabajó en innumerables ocasiones bajo la dirección de Alfredo Fidani, cuyo fallecimiento se produjo en la tarde-noche del último sábado. Para el actual presidente de la asociación Teatrantes, “la palabra maestro le cabía en su totalidad”. El integrante del histórico grupo Trampolín resaltó también: “Fue una de las personas más lúcidas con las que he trabajado”.

Un paro cardiorrespiratorio apagó la vida del incansable director, cuando contaban con 87 años de edad. Beato estaba en la sala de lectura de la Biblioteca Sarmiento cuando comenzó a circular la ingrata novedad. “Para todo el ambiente teatral ha sido una tristeza muy grande. Nos llegó (la noticia) mientras estábamos en ese momento tan exquisito que fue la poesía de Jorge Spíndola y en medio del festival de Teatro x la Identidad”. El primero presentó su libro Flores encontradas – Peshake Rayen en el rincón más entrañable de la institución, mientras en su teatro se aprestaba una de las funciones por el Día Nacional del Derecho a la Identidad.

Con el dolor todavía a cuestas, el actor confió: “Alfredo era un amigo, (su fallecimiento) es una de esas cosas que nunca se esperan y nunca se quieren, aunque uno sabe que al final, va a formar parte del gran silencio en algún momento”, concedió Beato. “La tristeza se da porque, sin ninguna duda, Alfredo fue una persona importante para el desarrollo del teatro barilochense”.

“Formó parte de esta maravillosa fauna y podría decir, sin equivocarme, que la palabra maestro le cabía en su totalidad”, resaltó. “En quienes tuvimos la suerte de ser dirigidos por él, cada experiencia dejaba un aprendizaje que enriquecía nuestro bagaje de conocimientos en la profesión del teatro”. Por ejemplo, “fue un avanzado en el análisis de la luminotecnia como lenguaje teatral y en el estudio del espacio escénico”.

Tales aportes “se veían en sus obras, porque no sólo era un buen teórico sino también, muy coherente entre lo que decía y luego, se reflejaba en sus puestas en escena, lo cual le hizo muy bien al teatro de Bariloche”, insistió el teatrero. “Siguiendo en esa línea de reflexión, podría decir que fue una de las personas más lúcidas con las que he trabajado, en cuanto al análisis de la forma y el contenido de los distintos textos. Un hombre que podía analizar el contenido y otorgarle la forma en la puesta en escena, en una comunión muy simbiótica”.

A todas luces se ve lo que su fallecimiento genera en el ambiente: “Una pérdida para nosotros. Siempre será recordado con gran cariño, con gran afecto. No hay palabras más que de amor para su paso por esta amistad y este momento que nos toca vivir, que es la vida misma. Y por su paso por el teatro independiente”, añadió. “Ha sido un hombre reconocido en todos los ambientes en los que se ha movido teatralmente”, subrayó. “Lo recordemos siempre con mucho cariño. Cada vez que le recordemos en alguna de las salas, un aplauso llenará el espacio para él”, auguró Beato. Y así será.